Parque nacional Morro Moreno

Basura y tráfico de algas: Los esfuerzos y obstáculos para consolidar el Morro Moreno

Hace cinco años se inauguró con insignes promesas el segundo parque nacional de Antofagasta. Hoy, los encargados del área se esfuerzan día a día por mantener y hacer crecer un parque que busca ser un punto de referencia para el turismo local.

por José Pablo Harz - Fotos: Andrés Gómez
LUNES 20 DE JULIO DE 2015
Conoce el parque nacional Morro Moreno

Un sillón amarillo y otro café se miran de frente. Al lado los acompañan una cocina, dos botellas vacías de bebida energética de elaboración nacional y una silla roja. Debajo de ese living improvisado hay pedazos asimétricos de madera, bolsas plásticas y más bolsas plásticas, sólo que éstas están llenas con pañales, papeles o cáscaras de plátano y tomate. El olor se transforma en el principal obstáculo para continuar la desagradable tarea de describir un basural ilegal alojado en medio del Parque Nacional Morro Moreno. Como éste, hay otros puntos que las comunidades aledañas han decidido transformar en vertederos, situación que se intensificó desde que en abril de este año, justo cuando el parque cumplía cinco años de vida, el Seremi de Salud decretó el cierre del vertedero municipal de Antofagasta y, principalmente por falta de información, la gente comenzó a deshacerse de su basura sin pensar en las consecuencias medioambientales.

“Es un tema a nivel región. Como aún no se resuelve el tema del vertedero en Antofagasta, porque siguen trabajando en el traslado, la gente busca sectores con quebradas para botar su basura y la geografía del parque es, entre comillas, perfecta para eso. Así que por ahora nosotros intentamos educar a la gente del sector para evitar estos focos de basura, mientras esperamos que la situación se normalice de una vez por todas”, explica José Luis Jara, administrador del Morro Moreno, quien se apura en recalcar que esto es sólo un detalle dentro de los avances que se han conseguido en este primer lustro de vida del segundo parque nacional de Antofagasta, luego del Llullaillaco, creado hace ya veinte años.

Datos del parque
  • Ubicacion: 65 kilómetros al norte de Antofagasta
    Superficie: 7.313  hectáreas
  • Cuando: Todo el año
  • Atracción: Macizo Morro Moreno
Actividades

Las más de siete mil hectáreas que constituyen esta área silvestre protegida tienen como principal atracción el cerro que le entrega el nombre. Alrededor del morro se construyeron, gracias a la alianza de Conaf y la Injuv canalizada a través del programa “Vive tus parques”, un par de senderos y miradores que buscan atraer al público a conocer de cerca la diversa flora que, gracias a la permanente neblina del sector, se desarrolla en la zona. Ese es el caso del sendero “El Espinazo del Morro”, ubicado en el lado suroeste del parque y que a lo largo de dos kilómetros recorre desde sitios arqueológicos con más de cinco mil años de existencia hasta miradores hacia las guaneras y loberas de la zona. Justo al otro lado del cerro, se encuentra el sector de la Isla Santa María, a la cual se puede acceder con los pescadores de la zona, quienes también ofrecen tours por una lobería, donde además de lobos, se observan distintos tipos de aves; los cormoranes guanay y lile, piqueros, pelícanos y gaviotas, sobrevuelan constantemente el lugar. Es en este mismo sector donde Conaf debe lidiar con otro de los enemigos del parque: los extractores ilegales de algas.

“La ley indica que dentro de las áreas silvestres protegidas no se pueden extraer ni aprovechar recursos, por eso junto con Sernapesca, el SAG, la Armada, Carabineros y la PDI armamos una comisión interinstitucional para poder fiscalizar de mejor manera a las personas que vienen a sacar las algas con la intención de venderlas después. Al haber escases de algas en la orilla, al final la gente termina sacándolas de raíz y con eso destruye inmediatamente un ciclo biológico, porque de esas algas dependen huevos y otros seres vivos que viven alojadas en ellas”, dice Jara.

Para poner fin de raíz a este problema, la Conaf está trabajando en una alianza con las comunidades aledañas, como Juan López, para integrarlas a la vida del parque. Además de charlas sobre educación ambiental, se busca que las personas que viven alrededor del parque tomen conciencia de la oportunidad que esta atracción turística significa. La idea es mejorar los servicios gastronómicos y de alojamiento para que además de maravillarse con el contraste entre el desierto y el mar, los visitantes tengan la posibilidad de completar la experiencia e incluso alargar la estadía para disfrutar las hermosas playas que posee la Península de Mejillones. “Para este año postulamos a un proyecto de desarrollo de infraestructura administrativa y pública. Por suerte ya fue aprobado y estamos esperando detalles para concretarlo. Con esto pensamos potenciar más a nuestros vecinos: les estamos haciendo cursos para lograr sacar de esas comunidades guías turísticos que puedan complementar el trabajo de los guardaparques. Al final buscamos ser un equipo de trabajo que no se divida en funciones del Estado y de la comunidad, sino que haya solamente una línea de trabajo”, cuenta Jara.

Las palabras del guardaparques suenan aterrizadas y concretas, muy al contrario de las expresadas durante la inauguración por el entonces Ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, que protocolarmente afirmó hace cinco años que con esta creación se buscaba “proteger un sitio prioritario para la conservación de biodiversidad regional y contribuir de manera importante a la recreación y calidad de vida de los antofagastinos y antofagastinas". Un discurso bonito, pero que si se piensa en los mínimos recursos invertidos (ni siquiera hay un guardaparques fijo todos los días) y en los esfuerzos enormes que se realizan para, por ejemplo, construir un sendero básico, son solamente palabras en un papel que seguramente descansa debajo del sillón amarillo. Arrugado y con la tinta corrida.

Sigue el viaje en el Facebook oficial de la aventura.

Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.

#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.

Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.

MÁS CONTENIDO MULTIMEDIA

    Canales
  • Deportes
  • Magazine
  • Mundo
  • Nacional
  • Tecnología
  • Música
    Categorías
  • Especiales
  • Fotos HD
  • Infografías
  • Interactivos
  • Slideshows
Términos y condiciones de los servicios I © 2002 El Mercurio Online