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Un cementerio que rompe la tradición

Mi abuela Rosa falleció hace dos años. Un gran coro de voces de sus hermanos evangélicos la acompañó en su última despedida, ayudando a mitigar el dolor y haciéndome comprender que para ellos mi abuela fue una elegida para pasar a mejor vida y que, más allá del dolor, había que alegrarse por eso.

Cementerio Camino a CanaánSeguro que mi abuela hubiera querido que la sepultasen en el Cementerio Camino a Cannán, pero éste sólo fue inaugurado hace nueve meses. Es el parque de los evangélicos y, como tal, es distinto a los cementerios tradicionales. No mejor ni peor, sino sólo distinto, hecho por ellos y para ellos, aunque también para quien quiera descansar en sus prados para siempre, sea cual sea su religión.

Pienso en esto mientras me tomo un jugo natural sentado en la nueva cafetería de este parque sacramental, sentado al amparo del enorme edificio estilo neogótico con forma de semicircunferencia, que fue construido para dar la bienvenida a quienes llegan a despedir a sus deudos. Ante mi vista se extienden las casi cinco hectáreas de parque, donde desde el 26 de abril han sido sepultadas 540 personas, la mayoría de ellas evangélicas, pero varias también católicas o de otras creencias.

Ciertamente que sentarse aquí y tomar algo refrescante invita a reflexionar. Se escucha además una leve música ambiental y se siente al ambiente acogedor que buscaban producir los dueños del lugar. "Quien muere está dentro de los elegidos. Hay pena, pero la idea nuestra es quitar esa tristeza alrededor de una tasa de café o una bebida. Darle una acogida a quienes vienen al cementerio", me explica brevemente Humberto Becerra, sub-administrador del parque.

Aún quedan minutos para que se efectúe la inauguración del Café Galería, así que aprovecho de recorrer las instalaciones principales del edificio. Un gran arco sirve de entrada principal. "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque muera vivirá", reza una leyenda inscrita en un segundo arco tras el cual se inicia el paseo hacia la fuente de agua y el prado.

Galería históricaÉse es el centro del edificio. Desde ahí, hacia la izquierda y la derecha divergen dos pasillos formando la media 'O'. El paseo por cada uno de ellos resulta obligado. Desde el extremo del corredor derecho es posible leer en sus murallas la historia del cristianismo, desde sus orígenes hasta su llegada a Chile. Textos y fotografías hacen de la galería un recuento histórico que, según el metodista César Contreras, gerente de Relaciones Públicas del cementerio, es único en el país.

Ahí, y como parte de ese corredor, se ubica la cafetería que debe su nombre a la galería expuesta en las murallas. Pero no sólo hay una cafetería. A un costado de ésta, una puerta con dibujos a color invita a pasar a la Guardería Infantil. Ésa es otra de las opciones que entrega el parque. Para cuidar y entretener a los menores mientras se oficia la ceremonia religiosa fúnebre. Es como todas, con la diferencia que está en el interior de un cementerio. Los niños pueden pintar, pegar sus "trabajos" en la muralla, ver películas e incluso salir a jugar en el resbalín y columpios de plástico de colores que están en un recreado patio.

GuarderíaEs casi hora de la ceremonia y antes de ubicarme para inmortalizar el importante hecho, decido conocer otra parte de este cementerio. Una parte no no menos importante que la cafetería o la guardería: los baños del parque evangélico son dignos de un mall. Los mismos administradores lo reconocen e incluso se atreven a asegurar que los recientemente inaugurados en el centro de la capital, obra de la Municipalidad de Santiago, fueron "copiados" a los del Parque Camino a Canaán. Lucen impecables, son amplios, muy limpios y con las comodidades para menores, discapacitados y para las mamás que deben mudar a sus guaguas.

Hacia el otro extremo del edificio están las instalaciones destinadas al área comercial del cementerio, porque no hay que olvidar que son al fin y al cabo una empresa que tiene clientes y debe atenderlos.

En una de las murallas de esta extensa galería la historia del cristianismo se interrumpe para dar paso a una muestra de las cartas de apoyo de las distintas iglesias evangélicas del país. Porque si bien la idea de construir un cementerio evangélico nació en 1999, una vez que se concretó el proyecto muchas iglesias adhirieron y manifestaron su apoyo. Los Metodistas Pentecostal, el Ejército de Salvación, la Iglesia del Evangelio de Cristo, la Evangélica Pentecostal o la Adventista del Séptimo Día, entre otras, enviaron cartas de apoyo al Presidente del Cementerio Parque Evangélico Camino a Canaán, Richard Contreras Jones, que hoy son exhibidas en el parque.

Parque "Es un apoyo moral que le da una identidad evangélica al cementerio", me dice el jefe de Relaciones Públicas y también metodista, Jorge Vargas. Pero ya es hora de la inauguración y César Contreras, junto a Humberto Becerra, se disponen a cortar la cinta tricolor. No hay champañazo, porque el alcohol está prohibido entre los evangélicos, pero sí jugos naturales y canapés para los invitados y periodistas.

"La intención no es lucrar", explican a coro los encargados, una vez que el inaugurado Café Galería luce con las mesas llenas. En un tiempo más está proyectado ofrecer el servicio de Internet en el mismo local, algo que es resistido por más de una iglesia, en especial la Evangélica Pentecostal, la más conservadora y reservada. Para ellos es pecado ver televisión, por ejemplo.

Sin embargo, con la idea del café quedaron todos contentos. "Los evangélicos somos distintos. Nos gusta comer, aunque sea en un día triste como cuando muere un pariente", me explica Contreras. "Y esto es más que un cementerio. Es un lugar de reflexión, pero que puede transformarse en un paseo familiar. Cumplimos con una necesidad que hacía falta en Chile. Los evangélicos ven distinto la muerte", finaliza.

Datos:
Cementerio Evangélico Camino a Canaán
Ruta 68 hacia Santiago
Desde Santiago hay que tomar la pista de regreso dando la vuelta en Lomas de Lo Aguirre, kilómetro 11 Ruta 68