La niña indiferente

Si esta adolescente dark fuese de carne y hueso odiaría la prensa, la fama, sus miles de fans y hasta sus propios creadores. A ella le gusta llevar una vida solitaria, oscura y extraña. Para desgracia de Emily, es conocida mundialmente.

Este es el típico cuento del sueño americano hecho realidad. Transcurre en los años noventa en Oakland, California. El adolescentes Rob Reger y sus amigos deciden armar en un garaje una pequeña empresa de diseño y línea de ropa bajo el nombre Cosmic Debris Inc..

Al ritmo de la música de grupos como Dead Kennedys, Subhumans, Minor Threat, The Damned o Social Distortion que resonaba en el insólito lugar, tomó forma una adolescente que más adelante se iba a conocer bajo el nombre de Emily.

Su primera aparición en público fue de espalda, piernas cruzadas y en compañía de un gato negro sobre una calcomanía. Además había una reveladora inscripción que decía “Emily didn't search to belong. She searched to be lost” (Emily no busca pertenecer, busca perderse). Rob y sus amigos comenzaron a repartir gratuitamente esta calcomanía en conciertos, disquerías y tiendas de skaters para promocionar su empresa.

El sueño tomó vuelo. Había algo en “Emily the Strange” (Emily la extraña). Había algo en esta chica adolescente de pelo negro, liso y chasquillas que le llegan hasta sus ojos grandes, también negros. Negros como su vestido, sus calcetines rallados, sus bototos, sus gatos y todo el mundo que la rodea.

Había algo en esta niña que tiene como amigos a aquellos que la dejan en paz, que no sigue a nadie más que a ella misma, que sólo tolera el rojo como color y odia Hello Kitty.


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