Cáncer de mama
Las dos primeras tienen como finalidad atacar la enfermedad en su parte locoregional (mama y axila) y las otras dos buscan que ésta no se disemine dando paso a una metástasis.
Cuando un cáncer debe ser extirpado se puede actuar en forma conservadora o radical, es decir, realizar una mastectomía parcial o total. Las indicaciones médicas señalan que la mama debe ser sacada en su totalidad cuando el tumor es muy grande, cuando hay una disrelación entre el tamaño de éste y el de la mama, cuando hay dos o más tumores separados (multifocales), cuando la paciente no puede –por diversos factores, como un embarazo- recibir radioterapia y cuando la paciente expresa el deseo de realizar una mastectomía radical como un seguro de que el cáncer no avance o recurra.
No todas las mujeres requieren de radio y quimioterapia. La radioterapia es necesaria cuando se realiza una cirugía conservadora y a veces, cuando se extirpa la totalidad de la mama. La quimioterapia, en tanto, es necesaria cuando se trata de cánceres infiltrantes con ganglios comprometidos o cuando los ganglios están sanos, pero el tumor mide más de 2 cms. No se hace quimioterapia cuando se trata de un cáncer in situ (localizado que no ha sobrepasado la membrana basal) y en el caso de una metástasis, generalmente, se administra una quimioterapia paliativa.
La hormonoterapia se debe administrar a una paciente cuando el cáncer presenta receptores de estrógeno o progestágeno positivo, es decir, éstos los pueden hacer crecer. El medicamento impide ello y por eso, la terapia debe proveerse por a lo menos 5 años.
Reconstrucción mamaria y recurrencia
En la actualidad, después de una mastectomía total se procede inmediatamente a reconstruir el seno de la mujer mutilado. Sin embargo, ello dependerá del tipo de tratamiento que deberá seguir la paciente.
Cuando ella se tiene que irradiar no se puede colocar inmediatamente una prótesis definitiva y por ello, sólo se coloca una prótesis expansora que luego es reemplazada.
Lo anterior es fundamental porque esta cirugía es considerada una de las agresiones emocionales más fuertes que puede experimentar una mujer. La mujer sufre un gran impacto psicológico por este procedimiento porque su apariencia física es mutilada y su imagen de mujer se degrada, a lo que se suma la caída del pelo por efecto de la quimioterapia.
