Miguel Bosé derribó los prejuicios en la apertura de Viña 2008


Miércoles 20 de Febrero de 2008 
23:52:09
Sebastián Cerda, enviado especial a Viña del Mar

VIÑA DEL MAR.- Para ser honestos, no había más fe en él que la de un número seguro. De un tipo que podía pararse arriba del escenario y prácticamente no hacer nada más, porque su reputación y su popularidad harían todo lo demás.

Sin embargo, en la apertura de Viña 2008 Miguel Bosé demostró que es un artista con, al menos, la inquietud y la vitalidad precisas como para no quedarse dormido en esa torre de marfil que se ha levantado bajo sus talones.

¿Que es un nombre repetido? Es verdad. Mal que mal, con esta actuación el español se convirtió en el artista que más veces ha pisado el escenario de la Quinta Vergara (siete). Un dato que invitaba a pensar en un show visto y conocido, lo que tras su paso por Viña 2008 no puede ser considerado más que como una verdad a medias.

Bosé entregó un show de pasajes enérgicos y potentes, con la cuota de intimidad justa y necesaria para atrapar a sus fieles y no llegar a aburrir a los que no lo son. Algo que quedó claro desde el inicio, con un bloque de tintes dance en que hilvanó sus éxitos "Sereno", "Duende" y "Nena", con los que logró poner a bailar a la galería.

Un vuelo que detuvo en alguna medida con un bloque del recuerdo, compuesto por las añosas "Creo en ti", "Linda" y "Te amaré", canciones que hasta antes del "Papitour" venía interpretando tarde, mal y nunca.

Previo paso por una "Morena mía" con cierto olor a reggaetón, el cantautor interpretó sus éxitos noventeros "Si tú no vuelves" y "Nada particular", y ni siquiera así alcanzó el estereotipo de la intimidad. En su afán por no dejar de pulir sus creaciones, Bosé se las arregló para que las revoluciones no bajaran ni en esos momentos.

Una fórmula que tuvo su peak antes de salir por primera vez de escena, con una acelerada y pulsante versión de "Amante bandido", pero que al regreso vio también cierto retroceso en la innecesaria repetición de "Nena" (por mucho que haya sido en versión "Paulina Rubio").

Luego, una antorcha de plata con el vuelito de Sergio Lagos y Tonka Tomicic, "Voy a ganar" en versión sintetizada (y algo desafinada) y la confirmación pública de que el repertorio de hits se irá, por ahora, a un cajón, y que él se recluirá a buscar nuevos horizontes musicales. Una declaración que se constituyó en un buen incentivo para una antorcha de oro que sí fue algo más pedida (aunque esto de manifestar satisfacción mediante trofeos es una costumbre realmente olvidada por el público viñamarino).

El español cerraría todo con una muy rockera "Bajo un sol forastero", para luego irse del escenario. ¿Por tanto tiempo como dice? Ésa debe ser otra verdad a medias. Si en 2005 ya vino a Viña con la electrónica intimista de Velvetina, no quepa duda de que la Quinta Vergara lo verá más temprano que tarde por octava vez. Eso es seguro.

Foto: Cristián Carvallo, El Mercurio

El español, como siempre, complementó sus canciones con sus siempre efectivos contorneos y provocaciones.



Noticias en línea Ver más noticias en línea Ver más noticias
15:07 Chayanne fue el artista mejor evaluado en Viña del Mar 03:12 Wisin & Yandel dieron un nuevo broche reggaetonero al Festival
13:57 Viña 2008: Lo bueno, lo malo y lo repudiable del Festival 01:29 Italia se llevó la Gaviota de Plata en la competencia internacional
09:44 Director del Festival en la hora del adiós: “Nunca trabajamos para darle carne al Monstruo” 00:58 Con una ovación, Buddy Richard se despidió para siempre del Festival
07:54 Buddy Richard tras su último show en Viña: "Me retiré arriba" 23:39 Chayanne escribió un nuevo capítulo de su romance con Viña del Mar
Términos y condiciones de los servicios © 2002 El Mercurio Online