Aston Martin no pasa por buenos momentos económicos y prueba de ello es que el 2019 solo pudo comercializar 5.819 ejemplares, cifra que es un 7% menor a lo alcanzado en 2018. Esos números tienen a la marca enfocada completamente en posicionar a su nuevo SUV DBX, dejando de lado otros proyectos incluyendo el ingreso al segmento eléctrico.
Así lo reveló el medio Autocar que informó que la empresa frenó de golpe la salida al mercado de su primer auto cero emisiones llamado Rapide E.
El modelo, que se presentó en 2015 como prototipo, debía entrar a producción a fines de este año con 155 unidades fabricadas en primera instancia. Sin embargo, Aston Martin decidió congelar sus planes y utilizar el vehículo como “proyecto de investigación para ampliar el programa de electrificación de la compañía”, según señaló el mencionado medio.
Esto quiere decir que, al menos por ahora, el Rapide E no será ofrecido a los clientes y solo servirá de plataforma interna para Aston Martin. “Aún no está claro cuántos pedidos del modelo se tomaron, o si se tendrán que emitir reembolsos”, explicó Autocar.
Esta noticia llega en medio de los decepcionantes resultados financieros que exhibió la empresa durante el año pasado, ya que a la menor cifra de vehículos vendidos, también se sumó la caída en su margen de beneficio, el que se ubicó entre el 12,5 y 13,5 %, muy por debajo del 20% proyectado.
De ahí que Aston Martin apostará todas sus fichas a la comercialización del DBX, su primer todoterreno del que ya se han comercializado 1.800 unidades que deben comenzar a entregarse a fines del primer semestre de este año.