LA SERENA.- Ambas delegaciones viven en hoteles del mismo nombre, pero con varios kilómetros de distancia y realidades muy distintas. Se trata del plantel de honor de Argentina y de la Sub 17 trasandina, que acompaña a la adulta en la Copa América.
Los sparring llevan una vida absolutamente tranquila en La Serena, alejada de la gran custodia policial que tiene la "Albiceleste" en todo momento. Apenas cuatro Carabineros y tres guardias custodian su lugar de concentración.
Caminan sin problemas por la Avenida del Mar ubicada en el borde costero o por su recinto de hospedaje. Son 17 jóvenes los que acompañan al seleccionado adulto y, entre ellos, hay uno que juega en Chile.
Se trata de Ricardo Rodríguez, delantero argentino de Universidad Católica. De todos sus compañeros, es el único que no milita en suelo trasandino. Y sus vivencias con Lionel Messi y compañía las cuenta en Emol.
"Es impresionante estar acá con estos jugadores, uno tenía la imagen televisiva de ellos como figuras, estrellas, pero ahora que uno está acá todos los días con ellos se da cuenta que son personas normales", relata.
El delantero, que fue citado por primera vez a la juvenil de la "Albiceleste" en diciembre de 2014 para la Copa UC, deja por un momento su habitación en el Hotel Serena Suite Costa y sigue contando sus experiencias con los pupilos de Gerardo Martino.
"Esta es una experiencia que nunca olvidaré, es un placer estar acá y compartir con jugadores como Messi, Agüero, Tévez, sólo por decir algunos nombres", señala.
Pero más allá de estar en la misma cancha, o prácticamente al lado del astro del Barcelona, Rodríguez aclara con algo de nostalgia: "No nos hemos comunicado mucho con los jugadores, no he podido hablar directamente con Messi, pero siempre estamos cerca".
También explica cuál es la función de este grupo de sparring en las prácticas de Argentina. "Nosotros entrenamos con ellos dependiendo lo que se necesite, si necesitan jugadores que tiran centros para los delanteros van los laterales, y así ,cada uno cumple su función dentro de la cancha", argumenta.
Dejando de lado por unos momentos su presente en La Serena, el delantero de la Sub 17 cuenta cómo llegó a Chile cuando era un niño.
"Llegué a los 8 años a Chile, nos mudamos por el trabajo de mi papá. Ya a los 14 llegué a Católica porque Hugo Balladares era mi profesor de mi colegio y también del club", explica.
Rodríguez detalla que conoce a Mario Salas, actual entrenador del primer equipo de la UC, pero que aún no ha tenido ninguna conversación con él.
"Conozco al 'profe' Mario, jugué un amistoso contra el equipo y lo conocí, pero no he tenido más oportunidad de estar con él. Obviamente me gustaría dar el salto al primer equipo en algún momento", confiesa.
¿Lo que viene? "Seguir aprovechando esta oportunidad. El Mundial Sub 17 es mi meta y la de todos acá, estamos para servirle a la adulta pero también para jugarnos un puesto para el Mundial", concluye.
Así, regresa a su habitación para vivir las últimas horas de descanso antes de partir a nuevo entrenamiento con las mejores figuras del fútbol mundial.
