SANTIAGO.- El 14 de noviembre del 2009 Tomás González consiguió una histórica
medalla de plata en suelo en el Mundial de Gimnasia de Alemania. Con la presea colgando de su cuello regresó a Chile e hizo un llamado a las autoridades a que lo ayudaran económicamente para seguir triunfando.
Pero el mensaje no fue sólo para ellos, sino que también, y en tono de broma, emplazó al multimillonario Leonardo Farkas, a quien no conocía. "Ojalá él también pueda ayudar", dijo esa vez entre risas.
Y el blondo empresario recogió el guante. Rápidamente se contactó con él y
se comprometió a donarle 80 millones de pesos en implementación de primer nivel proveniente de Europa. Su intención era clara.
"No quiero que Tomás termine representando a Perú o a Cuba, sino que a nosotros. Estos son equipos top para Chile, que no están en nuestro país", destacó Farkas hace siete años.
Las palabras del empresario llegaron justo cuando
el deportista vivía sus momentos más álgidos en su relación con la federación de gimnasia. Sólo un año antes, en la previa de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el deportista no pudo clasificar a la prueba de los anillos. En esa ocasión González acusó una negligencia de la Federación local, ya que podría haber optado a un wild card. "Si mis dirigentes hubiesen querido que fuera a los Juegos, habría estado", fue su descargo.
Alemania ya le había hecho una invitación para que se uniera a su equipo y los defendiera en competencias internacionales. Por eso el apuro de Farkas por "asegurar" que el especialista no dejase Chile.
La compra incluyó un caballete, un trampolín, la superficie y argollas. Pero con dos condiciones. "Le dije que quiero la medalla de oro y lo único que le pedí es que cuando él tenga plata haga lo mismo. En cinco semanas llegan los equipos top a Chile y con esto ya compramos la mayoría de las cosas con una empresa europea. Son más o menos 70, 80 millones de pesos y no estoy deduciendo impuestos ni nada", comentó en ese entonces el empresario.
Y la respuesta de González no se demoró en llegar. "Me comprometí para no irme a ningún otro país. Me quedo en Chile".
Siete años después Tomás cumplió una de esas promesas, y aprovechando toda esa ayuda.
Inauguró su Escuela de Gimnasia que está emplazada en la Ciudad Deportiva de Iván Zamorano.
En ella utiliza la misma implementación que el 2009 le donó el millonario. "Ahora la van a poder aprovechar muchos otros chicos que tienen equipos de primera calidad", valoró en la ceremonia que dio el vamos a su escuela.
"Nuestro compromiso era que Tomás pusiera su escuela. Y cumplió. Esto demuestra que los sueños se cumplen", cerró muy satisfecho Farkas. Los dos ya habían cumplido su palabra.
