Sabido es que los incendios producto de las altas temperaturas están provocando grandes desastres en Australia, país que alberga el primer Grand Slam del año.
Dada esta situación, fue
Novak Djokovic, 2 del mundo, quien abrió el debate sobre si debería aplazarse o no este torneo.
"En esta época del año sabemos que nos enfrentamos a condiciones extremas en Australia, pero cuando se llega a niveles en los que la salud está en juego, creo que hay que considerar algunos cambios", dijo "Nole", quien se encuentra en Brisbane disputando la ATP Cup.
Y añadió: "Probablemente sea la última opción que se plantee y que los organizadores van a hacer todo lo posible por no aplazarlo".
"Es difícil un aplazamiento porque hay un calendario que respetar (...) y que hay mucho en juego, pero la salud es una preocupación para mí y para todo el mundo", cerró Djokovic.
La preocupación del serbio podría recaer, en algún punto, en la calidad del aire que se respira en Australia. Según el indicador internacional ICA, sobre a 150 la calidad es muy mala, y en Melbourne, la medición arrojo 213. He ahí donde la organización del Abierto de Australia debería tomar decisiones si el parámetro se mantiene.
Desde septiembre del 2019, han fallecido 24 personas producto de los incendios y se han evacuado a 100.000 habitantes del sudeste australiano.
