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Daniela Viviani, escritora de "Luisa 1912": "Aunque hablamos de 107 años atrás, hay temas que nos tocan ahora"

La novela narra la historia de una mujer que acaba de cumplir 23 años y que pasa a ser una "solterona", según los estándares de la época. A lo largo de la historia, el personaje principal va evolucionando y dando pasos para liberarse de las creencias de la sociedad en la que vive.

10 de Febrero de 2019 | 12:25 | Por Magdalena Álamos, Emol
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El Mercurio/ Archivo
SANTIAGO.- Daniela Viviani publicó recientemente el libro "Luisa 1912" (Planeta, $13.900), una historia ambientada en el Chile de comienzos del siglo pasado, cuya protagonista acaba de cumplir los 23 años, lo que significa que pasó a ser una "solterona", y su entorno se lo hace notar.

Luisa siente que ha fracasado como mujer pues no está casada ni tiene hijos, que era principalmente lo que se esperaba de una mujer chilena de las altas esferas de la sociedad en aquella época.

En este contexto, la protagonista se rebela y comienza a salir, a escondidas de sus parientes y de la servidumbre, a las calles de Santiago. Vestida de hombre de clase obrera, Luisa recupera un poco de libertad, escabulléndose en la ciudad, sin chaperona y oculta del escrutinio de la clase alta.

Un día conoce a Víctor, un italiano que la impulsa a perseguir sus sueños y a luchar por lo que quiere: estudiar medicina. Para alcanzar sus metas, Luisa se ve enfrentada a una serie de dificultades que el entorno le impone, comenzando por su propia familia.

"Luisa empieza muy machista, ella es una mujer criada en una familia machista y piensa que falló un poco: 'no me he casado', 'no he tenido hijos', '¿qué hago?'. Con el tiempo, con todas estas experiencias, ella dice: '¿Y si hay algo más?, ¿Y por qué no estudio de una vez por todas?'. Se empieza a cuestionar ella misma", explica a Emol la autora de la novela.

Crédito: planetadelibros.cl

Pero este libro no abarca solamente temas que corresponden a la sociedad de esos años, como por ejemplo el sufragismo y el ingreso de las mujeres a la universidad. También incluye temas propios de la actualidad, como es la identidad de género y la diversidad sexual, a pesar de que estos son tratados en un segundo plano.

- ¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela? ¿Por qué decidiste ambientarla a comienzos del siglo pasado?

Siempre había tenido ganas de escribir una historia que estuviera situada entre 1910 y 1914, porque me tincaba, por un tema de gusto. Me decidí por el año 1912 por un baile muy famoso de fantasía que se hizo ese año, el de los Concha Cazotte. Este es un palacio que estaba en la Alameda. Fue un baile que es un símbolo, una representación de todo el derroche por las ganancias de los yacimientos en el norte. Entonces, encontré muy interesante agregarlo en mi novela. En ese baile termina todo. Eso fue lo que definió el año 1912, pero admito que antes no sabía nada de este año en particular. Empecé la investigación a partir de este evento.

- ¿No fue entonces el machismo de la época lo que te impulsó a escribir, sino que este hecho puntual?

La fecha de este baile determinó el año, pero el período de la belle-époque me atraía mucho. Después empezó toda la investigación -porque primero yo quería hablar de una historia de amor, de una historia romántica- y en la medida que fui armando el argumento, me llamó mucho más las atención desarrollar el personaje principal, a Luisa, y ver cómo ella iba creciendo, superando obstáculos para alcanzar su independencia emocional, profesional, de todo tipo. Ahí me di cuenta que, sin ocupar la palabra, Luisa estaba representando los valores del feminismo, que en ese tiempo ni se hablaba de eso. No existía casi el concepto, era más el tema del sufragismo, y eso llegaba de Europa y de Estados Unidos.

Crédito: El Mercurio

- ¿Cómo fuiste investigando esta época?

Fui bien caprichosa con la elección del año, pero una vez que ya se definió, lo primero que hice fue recurrir a revistas y diarios de la época. La revista Familia, la Selecta, Zig-Zag, entre varias otras. Y a partir de estos documentos de la vida social de esos tiempos, me empecé a hacer una idea de cómo eran las mujeres, a lo que se veían enfrentadas, cuáles eran sus temores, sus ambiciones. Entonces, tenía una idea general en mi cabeza para los capítulos, y a medida que iba escribiendo los iba comparando con lo que realmente pasaba. La investigación para mí fue muy entretenida porque me sorprendió en muchas cosas. Fue como abrir una cápsula del tiempo, convertirte en una mujer de la época y sorprenderme de lo que tenían que vivir nuestras bisabuelas.

- Uno de los personajes principales lleva tu apellido. ¿Por qué? ¿Hay alguna relación?

Sí (ríe). Víctor Viviani es mi abuelo, él ya falleció, pero hice un pequeño homenaje. El personaje que tiene todo el carisma es Eulalio, que es el tío de Víctor Viviani. Ese realmente en personalidad es mi abuelo. Ambos son comerciantes y mi abuelo también lo era, era italiano y vendía de todo. Y de a poco fue surgiendo con lo mínimo, hasta que ya logró construir su fortuna. Entonces, quería hacerle un pequeño homenaje a través de la novela, a pesar de que el personaje que acompaña a Luisa es bien distinto a mi abuelo. Es un feminista, es una cosa muy rara para 1912. Pero sí, fue una licencia que me di (se ríe) ponerle el apellido. Es un personaje con el que me encariñé mucho, pero siempre traté de no hacer una novela romántica, sino de darle todo el protagonismo a Luisa y que Víctor fuera el hombre que la ayuda, pero que ella sea finalmente la que toma las decisiones y la que tiene que enfrentarse a todos estos obstáculos por lograr entrar en la universidad.

- En el libro no se habla solamente de los temas más típicos de la época, sino de otros que son propios de la nuestra, como es la identidad de género. ¿Cuál es tu opinión respecto a ese tema?

A pesar de que estamos hablando de 1912, de 107 años atrás, hay temas que nos tocan ahora. Yo con todas mis obras siempre, o en casi todas, trato de meter temas de las minorías sexuales. Siempre he tratado de no dejarme llevar por los prejuicios, sobre todo en las relaciones humanas. Lo que más me importa es la armonía, el amor, dejando de lado el tema de género. Entonces, traté en esta historia que las personas se cautivaran con todo esto.

¿Qué opino? Yo estoy a favor de la diversidad, de la libertad de expresión, que cada uno sea lo que quiera ser. Que ojalá todos tuviéramos otro tipo de problemas, que esto no fuera un problema. Creo que hay demasiados asuntos más importantes en el mundo para estar peleándonos porque una persona no piensa como nosotros, o porque una persona decidió que correspondía a otro género que no es el físico, así que bueno, todo esto repercutió en la novela. Pero intento que no sea lo importante.
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