BRASILIA.- Abortar de manera preventiva o correr el riesgo de tener un hijo con microcefalia. Este es el drama al que se enfrentan hoy muchas mujeres brasileñas ante el virus del Zika y que ha reabierto el debate sobre el aborto en el país con más católicos del mundo.
Algunas brasileñas que contrajeron el virus durante su embarazo tras la picadura del mosquito Aedes Aegypti, ya han optado por abortos preventivos clandestinos, confirmó el doctor Artur Timerman, presidente de la Sociedad Brasileña de Dengue.
Un grupo de activistas, abogados y médicos anunció el inicio de una batalla legal en la Corte Suprema para que se autorice la interrupción del embarazo en casos de microcefalia, y también cuando mujeres embarazadas que hayan contraído el Zika no quieran seguir adelante con la gestación.
Se trata del mismo grupo que en 2012 ganó una batalla similar que culminó en la legalización del aborto en casos de fetos anencefálicos.
Con más de 404 casos de recién nacidos con microcefalia en Brasil y otros 3.670 casos sospechosos detectados medio de un brote de Zika, Brasil está en el centro de la alerta sanitaria mundial decretada esta semana por la Organización Mundial de la Salud.
Se cree que existe relación entre el virus y la microcefalia, sin embargo, aún no se ha comprobado. En Brasil, la ley solo permitía hasta 2012 el aborto en casos de violación y riesgo de vida para la mujer.
Uno de los grandes misterios del zika es su discreción: en sólo 20% a 30% de los casos la persona infectada presenta síntomas.
Con los exámenes disponibles actualmente, se puede detectar hasta siete días después de que los síntomas comenzaron. Pasado ese período, rastrear el virus no es posible. Al menos por ahora.
En tanto, la microcefalia es detectable durante el embarazo sólo a partir de la semana 24, por lo que algunos expertos defienden la idea del aborto preventivo y enfatizan en la idea del llamado a la ciudadanía a posponer los embarazos.
