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Caso Benalla: El escándalo del guardaespaldas que sumerge a Macron en su peor crisis política

El Presidente francés se encuentra nadando en un mar de críticas, luego de que se revelaran las agresiones cometidas por su jefe de seguridad contra manifestantes. Encubrimiento y un actuar tibio, son parte de los cuestionamientos.

23 de Julio de 2018 | 12:15 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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Emmanuel Macron y Alexander Benalla.

AFP
SANTIAGO.- El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, podría estar viviendo una de las peores crisis políticas de su Gobierno, desde su inicio en mayo de 2017. Todo a causa del denominado "caso Benalla", la investigación en torno a Alexander Benalla, uno de los guardaespaldas del jefe de Estado que fue grabado golpeando a manifestantes y utilizando de forma indebida credenciales de la policía.

Pero el escándalo no solo se quedó en el acto de violencia. La polémica desató críticas en contra de Macron y su ministro del Interior, Gérard Collomb, quienes han sido acusados de intentar encubrir a Benalla, e incluso ha instalado cuestionamientos acerca del poder que posee el círculo más cercano del Presidente y sobre el actuar de las fuerzas de seguridad galas.

Los videos

El caso Benalla se conoció la semana pasada, luego de que el diario Le Monde develara un video en el que se puede ver al guardaespaldas presidencial empujando por el cuello a una mujer y golpeando a un manifestante que ya se encontraba en el suelo. Las imágenes fueron grabadas en el marco de las protestas del 1 de mayo y en ellas es posible vislumbrar que Benalla se encuentra portando una insignia y equipado con un casco de la policía.

Luego de que la polémica se tomara las portadas, el Ejecutivo inició una el procedimiento de desvinculación laboral y la fiscalía abrió una indagatoria en su contra y en la de Vincent Crase, un empleado del partido oficialista En Marcha, que también aparece en los videos violentando a manifestantes.

Ambos hombres fueron inculpados el domingo por el cargo de "violencia en reunión", por uso ilegal de distintivos policiales y acceso indebido a imágenes de seguridad pública. También fueron imputados tres policías por haberle entregado a Benalla imágenes de cámaras de seguridad.

Sin embargo, avanzadas las horas salieron a la luz pública más detalles sobre quién era Benalla, sus beneficios en la actual administración y sobre el actuar de la cúpula del Ejecutivo cuando se enteraron de lo realizado por el cercano asesor.

El "Watergate francés"

Macron y Benalla se conocen bien. Este hombre de 26 años se convirtió en el jefe de seguridad de la campaña política del Presidente en 2017, después de haber trabajado desde joven para el Partido Socialista. Posteriormente fue nombrado asesor y "responsable de misión" en el Palacio de Elíseo, cuando el representante de En Marcha llegó al poder.

En su publicación, Le Monde asegura que tanto el equipo de Macron como el del ministro el Interior, Gérard Collomb, supieron del incidente poco después de que éste ocurriera. Sin embargo, ninguno alertó a la policía. El código penal francés establece que todo funcionario público que sepa de un delito debe informar a la Justicia lo antes posible. Según consigna Euronews, la fiscalía de París solo se enteró del hecho la semana pasada.

"¿Hubo alguna maniobra para encubrir esto? El séquito de Macron cree que está por encima de la ley", aseguró el presidente del partido de centro-derecha Les Republicains, Laurent Wauquiez."El Elíseo debe dar una explicación", dijo por su parte la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen. El líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, consideró que este caso está "al nivel del Watergate". Y el diputado comunista Sébastien Jumel afirmó que Benalla "fue protegido por el círculo íntimo del Presidente".

Frente a las críticas, Collomb compareció este lunes ante la Asamblea Nacional, que abrió una comisión de investigación en torno al caso. Dijo que tuvo conocimiento del video, pero que no era su tarea alertar a la Justicia. "No le corresponde al ministro hacerlo", declaró Collomb. Señaló que sus servicios informaron sobre las imágenes al jefe de la policía y a los servicios de la presidencia el mismo día. "Le correspondía a ellos aplicar sanciones e informar eventualmente a las autoridades judiciales", indicó el ministro.

Efectivamente, el equipo de Macron habría sancionado a Benalla al saber de lo ocurrido el 1 de mayo, pero lo hizo con un castigo considerado "leve" por la opinión pública: suspensión sin goce de sueldo por 15 días. Esta información endureció las críticas en contra del Ejecutivo. Aún más, cuando trascendió que Benalla fue fotografiado trabajando con el Mandatario la semana pasada, momento en que el régimen de suspensión se encontraba vigente.

Otra de las interrogantes que deberá explicar el Ejecutivo es qué hacía el jefe de seguridad en las protestas del 1 de mayo; por qué contaba con indumentaria policial si no contaba con autorización para poseerlas; y por qué las fuerzas de seguridad en ese momento en el lugar no reaccionaron ante su presencia o impidieron su actuar.

El viernes pasado, el Gobierno anunció que Benalla sería destituido, aunque no por los actos de violencia, sino por haber utilizado identificaciones policiales. En tanto, Collomb encargó una investigación interna a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) el 19 de julio, un día después de la publicación del controvertido video.

Poder desmedido y paralización de reformas

Ya con la polémica instalada, las revelaciones sobre los beneficios con los que contaba el jefe de seguridad vinieron a ser la guinda de la torta. Según el mismo diario francés, Benalla disponía de un auto oficial, chofer y un departamento de propiedad del Elíseo en el número 11 del Quai Branly, al que se mudó el 9 de julio. Patrocinios que mantuvo incluso tras conocerse los videos.

Por último, el fin de semana de informó que el asesor mantenía una a acreditación de alto rango para acceder a la Asamblea Nacional como funcionario presidencial. Esta noticia provocó la indignación de los parlamentarios y obligó a la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, a suspender los debates de la clave reforma constitucional que se tramita en el Legislativo. El escenario hace tambalear la serie de iniciativas legales que la administración de Macron deseaba poner en agenda próximamente.

Por ahora, el Presidente ha decidido permanecer en silencio, aunque a través de varios miembros de su Gobierno ha asegurado que estima "totalmente escandaloso" e "inaceptable" lo que hizo su empleado. Según el secretario de Estado de Relaciones con el Parlamento, Christophe Castaner, Macron quiere tener una visión global y reorganizar su administración antes de pronunciarse.
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