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Desde privación de agua hasta empalamiento: Fiscalía Federal denuncia tortura generalizada en cárceles en el norte de Brasil

El informe reúne testimonios sobre abusos perpetrados por agentes del Grupo de Trabajo de Intervención Penitenciaria enviado por el ministro de Justicia, Sérgio Moro, para controlar los recintos de la zona.

10 de Octubre de 2019 | 15:03 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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El Presidente Jair Bolsonaro (c) consideró "una estupidez" las denuncias, mientras que el Ministro de Justicia, Sergio Moro (a su derecha), cuestionó el informe de los persecutores.

Reuters (archivo)
Empalamiento, un pie perforado con un clavo y una jornada siendo golpeados desnudos bajo el sol. Estos son algunos de los relatos que se incluyen en el documento presentado por la Fiscalía Federal de Brasil, para denunciar una serie de prácticas y casos de torturas al interior de la cárcel de Pará.

El texto, de 158 páginas y firmado por 17 de los 28 fiscales estatales, alude a presuntos actos perpetrados por agentes federales del Grupo de Trabajo de Intervención Penitenciaria (FTIP, por sus siglas en portugués), enviados por el ministro de Justicia de Brasil, Sérgio Moro, para controlar la violencia en el interior de las cárceles tras la masacre en Altamira, que dejó 62 fallecidos.

Los persecutores denuncian que los casos de torturas, lejos de ser sucesos aislados, se han transformado en una práctica generalizada y señalan a un responsable por ello: Maycon Cesar Rottava, coordinador FTIP de Pará y funcionario federal de prisiones.

Consultado por la denuncia, el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, respondió: "Dejen de preguntar estupideces".

"Es un campo de concentración"

El informe presentado por los fiscales reúne los relatos de detenidos, ex detenidos, familiares, funcionarios penitenciarios, representantes del Colegio de Abogados de Brasil -que realizaron inspecciones en los centros carcelarios-, y miembros del Mecanismo Nacional para Prevención y el Combate de la Tortura (MNCT). Además, se incluyen fotografías y videos que, según los persecutores, evidencian las violaciones a los derechos humanos perpetradas por los agentes.

El portal de noticias G1, que tuvo acceso al documento, consigna que los casos en cuestión incluyen violencia física; privación del sueño, agua, alimentos y artículos de aseo, y en algunas ocasiones abuso sexual. Según el texto, los detenidos permanecían en sus celdas solo vestidos con ropa interior y se veían obligados a dormir rodeados de orina y heces. También se denunció el uso indiscriminado de gas pimienta y de balas de goma.

"Comenzamos a escuchar aullidos, gritos, fue un horror, momentos de terror (…) Es un campo de concentración. Spray pimienta alrededor de 2, 3 días. Los agentes federales dijeron que se les permitía 'entrar' en cualquier casa criminal y 'hacer cualquier cosa'", comentó un funcionario penitenciario, según el informe, bajo condición de anonimato.

Uno de los testimonios de las víctimas aseguró que casi nunca contaban con acceso a servicio médico. "(Un agente) tomó una tabla con un clavo, levantó la cabeza del clavo y golpeó el clavo con mi pie. Él insertó el clavo en mi pie derecho y me arrojaron al bloque (celda) con el pie lesionado. Al día siguiente, en lugar de recibir atención médica, me torturaron, me golpearon y rociaron con gas (pimienta)".

Otro reo denunció que tras la intervención de las instalaciones, fueron obligados a permanecer desnudos en uno de los patios exteriores por nueve horas. "Sufrimos tortura porque estábamos bajo el sol ardiente, nos rociaron con gas (pimienta), nos rompieron muchas escobas en la espalda", aseveró el interno.

Las acusaciones van aún más allá y hablan de empalamiento. "Los vi agarrando la empuñadura de una 'calibre doce' (pistola) y se la introducieron en el ano a un chico. Eran dos agentes, él estaba en una posición procesal, es decir, con las manos en la cabeza. Primero intentaron insertar un mango de azada, pero fallaron, luego lo consiguieron con la 'doce'. De hecho vi a este chico saliendo en ambulancia", narró el mismo recluso.

Los abusos sexuales también habrían ocurrido al interior de las celdas durante las revisiones diarias. Según algunos relatos, los agentes federales los obligaban a besarse entre ellos y les realizaban diversas tocaciones que incluían la introducción de objetos o dedos en el ano.

"Parece que han hecho una selección de psicópatas y les han dado el derecho de regocijarse de los internos; lo que vemos es la banalización del mal. ¿Que si antes había tortura? Sí, pero era algo puntual, aislado. Tras la intervención federal, es generalizado", afirmó un funcionario.

Aunque la mayoría de los casos tuvo lugar en el complejo penitenciario de Santa Izabel, también se reportaron abusos de poder y vulneraciones en el Centro de Recuperación de Mujeres de Ananindeua. Según los familiares, las presas fueron introducidas en celdas superpobladas y golpeadas diariamente.

A raíz de las denuncias, el centro fue inspeccionado por representantes del Colegio de Abogados de Pará y la Sociedad Paraense para la Defensa de los Derechos Humanos (SDDH). Sus informes aseguran que las detenidas viven en zonas comunes con casi 80 prisioneras, y que están rodeadas de orina y heces de rata. Además, en varias ocasiones fueron obligadas a pararse desnudas frente a agentes federales hombres. También se consignó el caso de una detenida de 27 años que abortó debido las agresiones físicas.

Qué dice el Gobierno

El contenido de la demanda permaneció en secreto hasta que un Tribunal Federal dictaminó la destitución de Maycon Cesar Rottava, por mala conducta administrativa. "Aunque no hay evidencia en el archivo del caso que indique que él ejecutó directamente los presuntos actos de abuso de autoridad, tortura y malos tratos, hay evidencia de que, debido a su postura omisiva, contribuyó a su práctica", consideró el juez Jorge Ferraz.

"El FTIP ha retomado el control de las cárceles, ayudando al gobierno estatal. También de la policía local"

Sergio Moro, ministro de Justicia de Brasil
Ayer, el Departamento Penitenciario Nacional (Depen), responsable del FTIP, negó cualquier evidencia de tortura y "repudió" cualquier tipo de violencia. Desde el Ejecutivo aseguraron que varios internos de los dos centros aludidos fueron sometidos a investigación forense y no presentaron signos de malos tratos.

El propio ministro Moro, durante una visita a Pará, cuestionó el informe de los persecutores y dijo que el FTIP está haciendo un estupendo trabajo. "Ha retomado el control de las cárceles, ayudando al gobierno estatal. También de la policía local", aseveró.

Un día después, un periodista le preguntó al Presidente Bolsonaro sobre el tema: "Déjame rezar aquí ahora. No soy pastor, pero: 'Dios mío, lava la cabeza de esta prensa fétida que tenemos (...)'. No vieron problemas en gobiernos anteriores. Ayudemos a Brasil. Ustedes son muy importantes para salvar a Brasil. Dejen de preguntar estupideces", aseveró.
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