La industria del automóvil está constantemente buscando que sus autos sean más eficientes en consumo de energía -provenga esta de la gasolina o de la electricidad- ya que así se logran mejores autonomías, menores consumos y naturalmente se pueden alcanzar mayores velocidades.
Esa es la idea que tiene la compañía británica Briggs Automotive Company, conocida como BAC, que se encuentra trabajando en el desarrollo de un auto de competición fabricado con grafeno.
El grafeno es un material producido a partir de la agrupación muy densa de partículas de carbono en láminas de dos dimensiones muy finas (tienen el tamaño de un átomo), y en celdas hexagonales.
Pese a que el grafeno se conoce desde la década de 1930, fue abandonado por considerarlo demasiado inestable. No fue hasta 2004, cuando los científicos de origen ruso Novoselov y Geim consiguieron aislarlo a temperatura ambiente y gracias a ello obtuvieron el Premio Nobel en 2010.
Desde entonces a este material se le han encontrado múltiples aplicaciones, especialmente en la industria electrónica en pantallas, baterías y paneles solares. Pero a BAC se le ocurrió que podía aplicarlo en un auto de carrera para bajarle unos gramos. Junto a Haydale Composite Solutions, instaló una serie de láminas de este componente en algunas zonas de la carrocería, que en su base está hecha de fibra de carbono.
Este material es extremadamente caro por ahora, estimándose que cada lámina cuesta entre 300 y 1.000 euros. Según algunos estudios, este nuevo material es hasta 20% más liviano que la convencional fibra de carbono y 200 veces más duro que el acero. Estos datos, sin embargo, no sirven para que los fabricantes apuesten fuerte por armar las carrocerías de sus vehículos con grafeno; los costos de producción son realmente elevados.
Sin embargo, algunos expertos estiman que los costos de este material podrían reducirse lo suficiente como para que fueran económicamente viables en la medida que se consigan economías de escala. Algunos expertos adelantan que el costo del grafeno podría reducirse hasta ser inferior al del silicio.
El BAC Mono
Neill Briggs, confundador de la compañía de superdeportivos decidió jugársela por el empleo de este material revolucionario, pero es consciente del alto precio que debe pagar para cubrir una pequeña parte de la estructura.
Su prototipo, el BAC Mono, solo usa este material avanzado en los arcos de las ruedas traseras, dejando para el resto de la carrocería los más "tradicionales", como la fibra de carbono y titanio.
El resultado es un auto que pesa sólo 550 kilos que usa un motor derivado de un Cosworth con una potencia de 309 CV con un desplazamiento de 2,5 litros. Según BAC puede ir de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos.
Un ejemplar pudo ser visto en el último festival de Goodwood, en Inglaterra, hace un mes y puede que haya pasado algo inadvertido en medio de un show lleno de autos maravillosos. No obstante, pocos de los asistentes deben haber estado conscientes de que estaban siendo testigos de uno de los primeros empleos del material del futuro.
