El inventor de la "risoterapia" con fines médicos está de visita en Chile.
Verónica Marín, Emol
SANTIAGO.- Vivir la vida feliz y contagiar esta actitud al resto es uno de los objetivos que mueven al médico Patch Adams, famoso en todo el mundo por sus terapias basadas en la risa.
El célebre profesional transmite esa intención en cada palabra, juego o actitud que tiene con sus pacientes, a quienes hace olvidar sus más profundos dolores.
Con su largo pelo mitad blanco y mitad azul, una camisa y pantalón con estampados coloridos y diferentes, calcetines cambiados, un tenedor como aro y una gallina como sombrero, "el doctor de la risa" habló sobre su experiencia en la charla "Medicina de la Felicidad" que dictó el viernes en Clínica Alemana.
"¿Se les ocurre algo que sea más importante que el amor?" preguntó Hunter Doherty Adams, quien aseguró que ese sentimiento es "lo más importante. Sin embargo en ninguna escuela de Medicina se enseña compasión".
"Si enseñáramos del amor una vez a la semana, durante los 12 años que dura el colegio, este sería un mundo diferente", argumentó el médico estadounidense de 70 años de edad.
Doherty insistió en que el Estado y la sociedad deben ser capaces de generar "facultades de medicina gratuitas, formar más médicos y hacer que sean más felices con sueldos más pequeños".
La risa como forma de vida
Antes de la conferencia, Adams visitó por casi dos horas a los pacientes de la clínica privada. Allí compartió con varios niños y mostró su particular terapia a los pacientes oncológicos adultos.
La propuesta, denominada "The power of the pedo" (El poder del peo), invita a médicos y familiares a simular el sonido de un gas con la boca: las risas que acompaña a ese gesto van en la línea planteada por el médico de combatir la enfermedad a través de la alegría.
"El ser humano ya se acostumbró y está orgulloso de estar aburrido, enojado e infeliz con su matrimonio o su trabajo, pero no entiende que ser feliz o la risa no es parte de una terapia, sino que esa es la forma correcta de vivir", insistió.
Este médico "hippie", que no habla nada de español a pesar de que su hijo vivió siete años en Chile, recomienda que si se tiene "un sueño hermoso, hay que mantenerlo, ya que cada uno decide cómo vivir".
