Claudio Cortés, El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- La periodista Mónica González relató esta noche que el pasado martes 19 de julio, fue secuestrada junto a su nieta, mientras estaba de vacaciones en San Cristóbal de las Casas, estado de Chiapa en México.
La profesional dijo que se le "heló la sangre" cuando escuchó que los secuestradores pertenecían al peligroso cartel de narcotraficantes "Los Zetas", quienes pedían un rescate millonario a sus parientes y amigos.
González, que relató el hecho en el programa Ciudadanos, de CNN, donde es panelita, explicó que, como hablaba en francés con su nieta, los secuestrados posiblemente pensaron que era una ciudadana gala, y que eso pudo llevar a hacerlos creer que podían obtener un suculento botín por su rescate.
"Había reservado en un hotel maravilloso, cinco estrellas, precioso y estaba muy cansada con mi nieta porque habíamos viajado bastante durante dos días", recordó González.
"Recorrimos la ciudad, comimos muy rico y nos acostamos temprano a dormir. Y estando dormida profundamente suena el teléfono de la habitación, y el hombre de la recepción me dice 'señora Mónica, hay un operativo en marcha, la comunico'. No me comunica con un teléfono, hay un hombre que toma la comunicación y me dice 'señora, quiero informarle que hemos descubierto un vehículo cargado con armas con patente de Monterrey y que hemos iniciado un operativo habitación por habitación ¿Lo escuchó? Si escucha disparos, escucha gritos, escucha carreras, más disparos, usted no abra la habitación hasta que yo se lo ordene'", agregó.
Tras ello, el sujeto le empezó a preguntar datos personales, lo que fue rechazado por la periodista. Entonces, la conversación cambió de tono. "'Mira hija de la gran puta -le dijo-, el único que da las órdenes soy yo, el único que grita soy yo. Tú no vales nada, tú no eres nadie. ¿Policías? Jajajá. Estás en mano de Los Zetas (...) Que te digan Los Zetas se te hiela la sangre y yo tenía a mi lado una nieta que dependía de mí, chica, a la cual lo primero que me dicen es que la van a sacar y le van a hacer todas las violencias que ellos saben hacer", siguió con el relato la profesional.
A la mañana siguiente, González dijo que salió del hotel junto a su nieta, con la orden de llevar sólo insumos para tres días. Fue trasladada a otro hotel, donde tenía una reserva a su nombre. Allí estuvo incomunicada por varios días y, supuestamente, en el exterior estaba bajo vigilancia.
Los secuestradores llamaron a sus familiares en Francia, donde estuvo exiliada, para pedir el rescate. Fueron sus propios parientes quienes alertaron del hecho al ministerio de Relaciones Exteriores, iniciándose el operativo para su rescate, y que pese a un pago, no fue liberada.
La violencia verbal siguió, siempre por llamadas telefónicas, hasta que la periodista por su cuenta decidió salir del hotel, donde supuestamente era vigilada.
"A las 2:10 de la tarde, decido salir del hotel a lo que sea. Tomo a mi nieta y le digo 'Nos dejaron salir'. Usé el argumento más lindo de 'La vida es bella' para que mi nieta sufriera lo menos posible y salí a lo que fuera", dijo, regresando al hotel donde originalmente estaba alojada.
Una hora después llegó la policía, que la trasladó al aeropuerto, donde la estaba esperando el embajador chileno Ricardo Núñez y el embajador de Francia, Maryse Bossière. Recién entonces, Mónica González dijo que sintió que "estaba a salvo".
