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“Estoy en una situación privilegiada”

18 de Enero de 2005 | 09:46 |
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Nacido y criado en Puerto Varas, Hofmann emigró a Santiago en 1979 con la firme decisión de convertirse en periodista de la Universidad Católica.

Dice que nunca planeó ser rostro de televisión; que por el contrario, su objetivo era la prensa escrita y los temas internacionales o científicos. “Uno empieza a tomar las oportunidades y caminos según se presentan”, sostiene y ¡vaya que las ha aprovechado!

Como muchos, estuvo un año “dando bote” y pituteando para la agencia UPI, la radio Minería y el diario “El Sur” de Concepción antes de ser contratado por el vespertino “La Segunda”. A comienzos de los noventa se fue al naciente Mega y a los tres meses estaba leyendo el noticiero central junto a Gloria Stanley. De ahí, al “Medianoche” de TVN y al canal 13.

-Ya no sólo informas, también emites opinión ¿Sientes el peso?
“No me pesa, lo asumo como una responsabilidad que me gusta y lo hago con mucha conciencia. En un minuto tuve la oportunidad de dar mayor interpretación a la información que entregaba; Patricia Guzmán, en el Mega, me sentó a hacer comentarios económicos y fue el inicio de algo muy interesante.
“Se trata de emitir opinión fundada sobre las cosas, no de emitir juicios de valor sobre los hechos. Es una opinión que implica un enjuiciamiento más técnico y obliga al reporteo”.

-¿Ahí es cuando el periodismo se transforma en el cuarto poder?
“No sólo ahí. En la opinión es más notorio, pero el periodismo ejerce un rol interactivo con los otros poderes en entrevistas en profundidad. Cuando se pregunta con juicio fundado se está ejerciendo control y es bueno que sea así”.

-¿Estás satisfecho con el medio periodístico actual?
“No tanto. Creo que es muy disparejo; no puedo sostener que en Chile hay buenos periodistas y buenos medios. Hay buenos periodistas que en ciertos momentos, y para mi desilusión, se derrumban y también hay buenos medios que en algunas etapas decaen. Los medios y los periodistas, y en eso me incluyo, somos de ciclos; en algunos momentos conseguimos apertura y en otros, cerrazón. A veces sube la calidad del producto y otras, baja”.

-Los problemas antes eran la censura o la autocensura ¿cuáles ves hoy?
“Hay dos cosas. Primero, un fenómeno que confunde el periodismo con la industria de la entretención, cuestión que algunos llaman la farandulización. Hay personas que estudiaron periodismo y derivaron a otro negocio. Ojalá esto se sincere y se separen aguas porque eso es otra cosa. Yo hago periodismo y no quiero ser confundido”.

-¿Apuntas al periodista-personaje?
“Sí, pero no lo llamen periodista a ese señor. Espero que eso le quede claro al público porque ya se habla del periodismo de farándula y eso no existe. O es periodismo y crítica de espectáculo, cultura y cine o es farándula, chismorreo de situaciones personales de personajes públicos que para mí no es periodismo”.
“Lo segundo, en periodismo propiamente tal, hay un problema con la calidad; con la calidad del reporteo, de la información e incluso de forma, como la presentación y el lenguaje”.

-¿Tienes una explicación para eso?
“Puede ser por una sobrepoblación de profesionales. A pesar de que hay una mayor oferta de periodistas, debió subirse el nivel. A lo mejor es una etapa y el mercado tendrá que resolver; los medios deberán reclutar y regodearse entre quienes tienen más pergaminos. Hay algunos que no saben ni escribir, que no saben nada; haciendo clases uno ve cómo vienen los jóvenes desde la enseñanza media y es desolador. Esto me ha sensibilizado más”.

No tiene muy claro qué nuevas etapas tiene que quemar en el futuro, pero descarta que se encuentre en el peak de su carrera. “Estoy en una situación bien privilegiada, cumpliendo una función que es visible y tiene reconocimiento público”.
Sí confidencia un deseo ligado a su parte más creativa: montar una empresa que preste servicios informativos a los medios de comunicación.

“Me gustaría innovar un poco. En Chile es muy difícil fundar medios independientes, no sólo porque se necesita tener enormes espaldas financieras, sino que, lamentablemente, políticas. Por eso veo que el camino es explorar con productoras que provean a los medios de la más amplia gama de productos”.

-¿Dejarías el periodismo para asesorar crisis o conflictos?
“He barajado esa posibilidad, pero creo que mi fuerte es el periodismo puro, la información y la opinión. Otros han derivado a la asesoría y lo veo como algo interesante, factible y de mucho futuro, pero no quiero dejar el periodismo”.

-¿Te genera conflicto tomar partido, perder tu independencia?
“Si estuviera en ese negocio no podría hacer periodismo, son incompatibles y me tendría que volcar por entero a eso. Yo respeto a quienes hacen periodismo desde la trinchera o hacen lobby, pero yo no me veo ahí por una cuestión de aptitudes personales”.

-¿Cómo ves hoy la libertad de expresión?
“Me preocupa mucho. Creo que se han vivido momentos cruciales para el periodismo sobre todo con el caso Spiniak y la discusión de la ley de privacidad. El fallo judicial que anuló la sanción del Consejo Nacional de Televisión contra canal 13 por supuestamente haberse entrometido en la vida privada de Spiniak fue muy importante. También lo son los fallos que dejaron sin efectos los procesamientos contra varios periodistas en el proceso montaje”.

-¿La sociedad está preparada para una mayor transparencia?
“La sociedad está absolutamente dispuesta a mirarse, fiscalizarse y varias cosas lo demuestran. Los que no están preparados son los que están en el poder, los ministros, los parlamentarios, los jueces. Cuando se despide al director de “La Nación” y se da como razón que el Gobierno está complicado con que se informe sobre procesos judiciales en curso, me parece grave. Lo que corresponde es que se sinceren las cosas y ese medio deje de ser oficial. ¿En qué democracia del mundo hay un medio de gobierno?”.
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