La faceta más desconocida de Hofmann es quizás la más descorcentante. Lleva más de 20 años casado con la periodista Ximena Torres Cautivo, la misma que junto a Totó Romero ha escrito diversos best sellers donde han develado los secretos del jet set criollo. Ahora es la editora periodística del programa “Acoso textual, el otro sexo”.
Se conocieron en la universidad, eran compañeros de curso y nunca más se separaron. Hoy, con dos hijas de 18 y 16 años, se declara romántico. “Soy de sentimientos muy a flor de piel y no me cuesta expresarlos, soy de decir te quiero o manifestar mi cariño físicamente. No soy un tipo frío ni distante”, sentencia.
-¿Qué se siente estar casado con una mujer tan exuberante?
“Bien se siente. Estoy feliz, hemos tenido, con problemas y todo, un muy buen matrimonio. Me gusta que se luzca y la reconozcan”.
-¿No te has sentido el marido de?
“No. Ella tiene su perfil y su mérito es que siempre fue más pública y conocida que yo”.
-¿Te han comentado que se ven polos opuestos?
“¿Que yo soy de bajo perfil y que ella rompe los esquemas? Muchas veces”.
-¿Y son así?
“Ella una vez afirmó que su maldad era inducida por mi. Creo que puede tener cierta razón, yo tengo una forma de ser que oculta más mis malos pensamientos y ella es más pensamiento hablado”
-¿Y la nutres de ideas?
“En ese ámbito no cacho nada y ella no va a cócteles, tiene otra forma para nutrirse. Ahora, en sus columnas ella se alimenta de nuestra experiencia de vida y muchas veces me echa al agua”.
-A ella se la ve en el mundo de la farándula, ¿te molesta?
“Es que es distinto. Ella hace observaciones sobre fenómenos sociales o de personajes públicos, pero nunca la he visto contando un chisme ni lo va hacer. Ella, a partir de cosas conocidas, ironiza y veo que lo que hace es más sociológico. Escribe desde una postura más crítica, de observación”.
-¿Hay en ti un dejo de machismo como para haber querido que ella no trabajara?
“Quizás....no podría estar jamás con una mujer que hable sólo de la casa y no concibo que en estos tiempos una mujer no estudie ni trabaje, pero aún así me gustaría que ella estuviera más en la casa y que no fuera tan obsesionada. Trabaja de lunes a domingo, de sol a sol”.
-¿Y en cosas hogareñas también?
“Ah...sí. No hago camas, no hago aseo. Ella y mis hijas cocinan, pasan el chancho”.
-¿Tus hijas sufren de un padre estricto?
“El mayor desafío de la vida familiar es la comprensión de los hijos y eso es lo que hago. Trato de entender sus cosas, acompañarlas en su proceso y creo que lo logro bastante”.
-¿Tragas fácilmente a los pololos con piercing?
“No sé si fácilmente, pero no tengo derecho a juzgar a nadie. Mis hijas son súper tranquilas, pero tienen amigos chascones o de pelo teñido. Van a sus carretes todos los fines de semana, pero han sido razonables con los horarios y por eso, no hemos tenido problemas”.
-En algún momento confesaste que eras celoso de Ximena. ¿Ahora?
“Ahora no, porque perdería. Si fuera celoso no podría permitir que estuviera expuesta; por su tipo de trabajo, estaría muerto”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
La formalidad lo traiciona y trata de explicar el concepto con términos como que esas son las cosas que no se comparten. Finalmente cede y los expone.
“Mi soledad placentera, esos momentos que busco, en la mañana, en el computador. No podría estar todo el tiempo compartiendo. También soy un obsesionado por la tecnología, siempre estoy pendiente de qué nuevo aparato electrónico puedo comprar”.
