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Cómo calentar motores para entrar a clases

Corregir de a poco los horarios para dormir e involucrar a los niños en los preparativos ayuda a partir bien el año.

11 de Marzo de 2005 | 16:16 |
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La cuenta regresiva comenzó. Faltan pocos días para que empiecen las clases y la tristeza de los niños por el fin de las vacaciones se mezcla con la ansiedad de saber qué depara el nuevo año escolar.

Pero no sólo los niños, sino la familia completa debe prepararse para la entrada a clases. Esto, para evitar que el estrés que genera la llegada de marzo afecte tanto a padres como a hijos.

Por eso, los expertos recomiendan volver de vacaciones unos días antes y no dejar todo para el último día. Reconocen que hay que disfrutar el período de descanso, pero no al extremo de llegar un domingo en la noche y que el lunes los niños tengan que partir al colegio.

Más allá de tener útiles y uniformes listos con anticipación, lo difícil es hacer entender a los niños que deben cambiar, sin caras tristes, la playa y la piscina por libros y cuadernos. Por eso, lo mejor es, desde ya, prepararlos gradualmente para el ritmo que deberán seguir una vez que comiencen las clases.


Síndrome de normalidad

Para la pediatra Patricia Salinas lo importante es ir familiarizando de a poco a los niños con el ambiente escolar.

Afirma que el tema de los horarios es el más complicado, porque después de las vacaciones se pasa por el síndrome de la normalidad, en el que "nos demoramos una o dos semanas en recuperar el ritmo habitual del año".
Por eso, hay que comenzar a recuperar cuanto antes la rutina del "baño, comida y dormir temprano" para evitar un cambio brusco.

La siquiatra infantil Flora De la Barra aconseja que junto con acostarlos y levantarlos gradualmente más temprano, para que el reloj biológico se acostumbre a las exigencias del año escolar, hay que realizar cambios al horario para ver televisión, limitándolo ojalá a no más de dos horas diarias.
La recomendación es cambiar la televisión por otro tipo de actividades, como por ejemplo, que los niños ayuden a forrar sus cuadernos y ordenar los útiles escolares, ya que ésta es una buena instancia para ir preparando el ambiente en la casa.

Es en ese momento, en que se da un espacio de conversación, en el que se pueden destacar las cosas buenas que tiene el colegio. Contarles, por ejemplo, la importancia que tiene aprender a leer y escribir, y la diversidad de actividades que pueden realizarse en los establecimientos escolares, como jugar, compartir y conocer a nuevos amigos.

De la Barra recalca la importancia de planificar en conjunto, antes de entrar a clases, las rutinas de la vida escolar, fijando cuáles serán los horarios para hacer tareas y para el esparcimiento. Aunque cada niño es diferente, la especialista sugiere que al llegar a la casa descansen un rato, luego hagan sus tareas - idealmente no más de una hora- , y después disfruten del tiempo libre.

Aconseja, además, que durante estos últimos días de vacaciones los niños comiencen a leer alguna revista o un libro que les interese, "para que sea como un juego más y comiencen desde pequeños a divertirse con la lectura".

Pero no sólo los horarios deben volver a la normalidad, sino que también la nutrición, los controles médicos e incluso los dormitorios: guardar algunos juguetes y reemplazarlos por un escritorio bien iluminado para poder hacer las tareas es una buena preparación.

En el caso de los niños que van por primera vez al colegio, Patricia Salinas recomienda a los padres llevarlos a pasear por el establecimiento en los días previos, mostrándoles las salas, el patio, los juegos e incluso el baño.

La idea es que a través de la conversación y el ambiente los niños se ilusionen con el colegio y "lo miren desde una perspectiva diferente, como un desafío interesante que deberán enfrentar como una familia", dice la sicóloga Constanza Thomsen.

En este sentido, la comunicación es la clave para romper con el paradigma de que el colegio y las responsabilidades son aburridas. En la medida en que los niños perciban un ambiente agradable al acercarse la vuelta a clases, reducirán la angustia que genera el término de las vacaciones y el inicio del año escolar, agrega la especialista.

Aunque es natural que los niños estén nerviosos en los días previos al retorno a clases, no debe minimizarse el miedo que puedan tener. Por el contrario, hay que estar atentos para escucharlos, entenderlos y conversar con ellos respecto al tema.

Para la sicóloga Constanza Thomsen la conversación es la mejor receta para disminuir la ansiedad. Una buena taza de chocolate caliente y las historias que puedan contarles los padres respecto de sus propias experiencias en el colegio son una buena alternativa para la noche previa al comienzo de clases.

Los nervios pueden llegar a producir mareos o vómitos durante los primeros días, lo que debe considerarse normal. Sí hay que preocuparse frente a conductas regresivas -llorar, chuparse el dedo o hacerse pipí- y consultar a un especialista.
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