Siete casadas
Colegiala:Dejó de tener vida propia para vivir la de los hijos. Se la pasa corriendo para cumplir el turno de llevar retoños propios y ajenos a todos lados; conoce personalmente a todas las mamás del curso, pasa al menos dos veces a la semana por el Chuck E. Cheese en algún cumpleaños. Es la que sabe dónde mandar a tejer los cuadros de lana para las campañas del colegio; la que pilló dónde venden el termo para comidas más irrompible; la que tiene el discado rápido de todas las mamás del curso para preguntarles una tarea a última hora. Es una compañera de curso honorífica. Está cursando los mismos años que los hijos, y estudia tanto o más que ellos. Sólo le falta pelear con los micreros para que la lleven por $100.
Profesión gimnasio:Del yoga, al pilates; del pilates, al spinning; del spinning, al tai chi. Y si queda algún resabio de energía, a tirarse a Kütralco, para que le hagan un masajito que la relaje. Vive para quemar energías. Sabe de calorías, dietas, músculos innombrables que sólo ella, los entrenadores personales y los traumatólogos conocen por su nombre. Claro que tanto esfuerzo no es en vano. Tiene el mejor forro del grupo de amigas y es siempre utilizada como parámetro de comparación. Aunque las amigas la pelen por ociosa, la envidia las corroe.
Vive para el hobby:Instalada vitalicia de los distintos talleres del Pueblito del Inglés, se declara siempre ocupada y estresada. Después de todo, pegar escarcha, craquelar y hacer crucecitas de colores con lanas en degradé no deja de ser cansador, dice ella.
Mantenida no asumida:La que se declara feliz y próspera empresaria, pero en realidad el marido es el inversionista fantasma, que le pasa la plata para todo. Mala para los negocios o bien, nula de frentón, aprovecha el auspicio disfrazado de apoyo con su mejor cara de emprendedora.
Primera Dama:Hillary en potencia - con la cuota de ambición desmedida y todo- se dedica a ser la esposa perfecta para el marido. Convierte su casa en un país en escala, donde ella es la gran mujer detrás de un gran hombre. Sabe bastante de protocolo, como para recibir al jefe en la casa, aunque nunca lo inviten. Gobierna con total autocracia y ya empezó su autobiografía, que planea sacar en cuanto se acabe su mandato.
La superada:Sobrepasada por la agitada vida de hoy, vive y muere gracias a su dosis diaria de alprazolam. Colapsada, gritona en los tacos, malabarista que maneja con una mano y con la otra entretiene a la díscola prole, maneja a 130 Km/hora y necesita con urgencia que el día se alargue a 29 horas.
La operada de los nervios
Nada la perturba. ¿El hijo se cae del árbol de dos metros? Bueno, es niño, se regenerará solo y para eso es chico, para caerse, ensuciarse y quebrarse alguna extremidad. ¿La hija de quince se queda en la casa del pololo a dormir? Todo ok. Mejor eso antes que maneje curada a las 2 am. La pesadilla de las mamás de las amigas, que la usan como referente de culto a la hora de negociar permisos.
