¿Quién... yo?, ¿cuándo?... Se supone que desde la promulgación de la Ley de Filiación en 1999 nadie puede perder la memoria y esquivar su paternidad. Ni los famosos se salvan. Nancy Sandoval asegura que su pequeño "Patito" de 7 años es hijo del ex futbolista Patricio Yáñez. Dice que es igualito a él y que hasta tiene el mismo lunar, y le lanza besos cuando lo ve en televisión. Claro que eso no basta para probar legalmente la paternidad. Si el supuesto progenitor se hace el desentendido, el único camino es una demanda.
Marisol Proschle, abogada de la Oficina de la Familia de la Corporación de Asistencia Judicial, cuenta que reciben unos 2 mil casos de este tipo al año. Todo comienza con la
"reclamación de paternidad", que busca dilucidar si el acusado es o no el progenitor del niño, y, si así se comprueba, debe reconocerlo en el Registro Civil. Cuando se determina la filiación es necesario iniciar otra demanda para obtener
pensión alimenticia. No obstante, el juez puede decretar una provisoria mientras dure el proceso, aunque no se haya probado todavía la paternidad.
Durante el juicio se admite toda clase de evidencias; testigos, fotos, videos y el test de ADN que es encargado al Servicio Médico Legal. Fue lo que se le ordenó hacer a Yáñez tras la querella, la que arrojó un 99, 990% de "coincidencia genética", que en español significa que es su hijo biológico.
| Por si las dudas... |
| Un examen de ADN se puede hacer en un laboratorio privado sin fines judiciales. Cuestan en promedio $200 mil y según de cuál se trate, se le extraerá una muestra de cabello, saliva o sangre. Los resultados tardan cerca de una o dos semanas. Algunas opciones son: Taag Genetics (www.taag.cl o al 800 800 007); Servicio de Genética de la Universidad de Chile, 678 8513; Genética y Tecnología (www.genytec.cl o 633 5269). La Corporación de Asistencia Judicial presta ayuda jurídica a quienes carecen de recursos. Más información en el 782 7900. |
Es gratuito si los toma el Servicio Médico Legal, aunque los resultados pueden demorar hasta 6 meses, retrasando el litigio. Si se quiere más rapidez, se puede hacer en el laboratorio de Genética y Tecnología, el único privado que tiene validez legal. Claro que hay que pagar unos $200 mil.
Pese a que
el examen de ADN es obligatorio, hasta el 2005 no era una prueba definitiva en el juicio. La norma establece que se presume la paternidad si alguien se niega a hacerlo, pero en la práctica los magistrados tenían diferentes criterios y algunos preferían dilatar las causas. No obstante, la abogada admite que ha tenido casos en que los jueces dictaron la filiación sólo porque el padre rechazó el test.
De comprobarse que el reclamante quiso dañar la honra del demandado con la acusación, deberá indemnizarlo por los perjuicios. Si el padre ha negado ser el progenitor, pero la justicia concluye en lo contrario,
pierde los derechos sobre su hijo y se le exigen sólo deberes.
El senador Jaime Naranjo y otros parlamentarios, convencidos de que la ley presentaba problemas, promovieron su reforma. Uno de ellos apuntaba a lo difícil que es que sea admitida una demanda, porque la norma exigía "antecedentes suficientes" que acrediten que existió una relación entre las partes antes de dar curso a un proceso. Hay jueces que solicitan fotos, testigos, cartas de amor, etc., lo que perjudica a quienes vivieron relaciones fugaces que no dejaron muchas de estas huellas.
Marisol Proschle explica que con ello el tribunal sólo busca asegurar que la gente no comience a demandar a cualquiera porque sí. Aunque según su experiencia basta con contar una buena historia que tenga argumentos de peso para que se admita la causa.
Los cambios que Naranjo presentó en un proyecto y que establecen que la prueba de ADN es obligatoria y los jueces deben exigirla; que quien se niega hacersela admite su paternidad inmediatamente y que no será necesario presentar pruebas como fotos o cartas para demostrar una relación previa fueron finalmente despachadas por el Congreso y son ley desde abril de 2005.
Con estos cambios, la ley de Filiación se hace eficiente.
