Muchas son las cualidades de este político socialista; sin embargo, hay una de ellas que traspasa el ámbito político y las barreras partidarias, su atractivo físico, que lo ha convertido en uno de los diputados jóvenes más cotizado. Se ríe del tema y se pone algo colorado cuando se le pregunta al respecto.
-¿Te consideras buenmozo?
“Creo que sí, pero no es un tema… me da mucha risa, porque se ha hablado tanto de que soy metrosexual y toda esa historia y no fue una invención que se me ocurrió a mí. Tampoco creo preocuparme más del aspecto físico que cualquier ser humano, sólo de estar bien presentado…”
-¿Te cuidas? ¿Te echas cremas y esas cosas?
“Nada, la verdad es que nada, pero no encuentro malo que la gente lo haga. Es como a los hombres que les molesta que las mujeres se hagan cirugía plástica; como médico viví lo importante que es que una persona se sienta bien con su físico y, si necesita la cirugía para sentirse mejor, bienvenida sea”.
-¿Siempre te has destacado por ser buenmozo, desde chico?
“Es muy difícil hablar de eso uno mismo, deben juzgarlo los demás. Creo que para mi mamá era el niño más lindo del mundo, pero mi madre fue siempre muy poco objetiva”.
-¿¡ Eras niño de mamá!?
“Ella falleció, pero teníamos una relación muy, muy cercana. Nunca voy a conocer una mujer tan poco objetiva a la hora de juzgarme”.
-Pero debes haber tenido mucho éxito con las mujeres, en el colegio, en la universidad.
“¿Qué se entiende por eso?
Cambia de conversación y asegura que su seguridad frente a la cámara de fotos sólo se debe a la costumbre y a que ya quedan pocas cosas que lo ponen nervioso. Después del paréntesis, sigue con la respuesta: “El éxito es una cosa bastante relativa, puedo decir que no tuve problemas al respecto, pero desde otro punto de vista… recién me voy a casar ahora, a los 34 años; entonces todo depende de cómo uno lo mire”.
-¿Frustraciones?
“Siempre he sentido como una frustración que mi hijo no haya crecido al lado mío. La muerte de mi madre y tantos proyectos con ella inconclusos también me generan… no sé si la palabra es frustración”.
Se emociona un momento y sus profundos ojos azules se entrecierran, explica que su madre murió cuando él tenía 17 años. “Son temas que he ido resolviendo, en general no soy un tipo dado a caer en depresiones o frustraciones, pero no soy autocomplaciente, así que siempre tengo un grado de insatisfacción, porque cuando estoy aquí quiero estar allá y cuando estoy allá, quiero estar aquí. Podría decirse que a veces me ha frustrado no tener mayor sintonía con la estructura de mi partido, no se si será porque tengo una visión distinta de lo que debe ser hoy el PS ó que yo esté mal… pero no creo”.
-¿Te gusta leer?
“Sí, lo último que leí fue “El tiempo de las Mujeres”; “Desgracia”, de Coetzee, pero siempre he tenido una debilidad por Sherlock Holmes, de Conan Doyle, es una debilidad al margen. También tuve mi época de Rimbaud”.
-¿Y qué tipo de música?
“Soy un poco cebolla para mis gustos. Para bailar me gusta la música electrónica, también el rock ochentero y grupos como Marillion, Emerson, Lake and Palmer, Genesis, U2, Led Zeppelin, Def Leppard. Me gusta la nueva trova cubana, Víctor Heredia, Baglietto, Charly García, Fito Páez; en Chile, Los Tres me gustaban mucho en su época”.
-Pero nada de eso es cebolla.
“Me gusta Montaner, Chayanne… me sé las canciones de memoria y las canto, me encantaría cantar bien. En la universidad me echaban tallas mis amigos, por lo cebolla, pero tenía un socio, el doctor Fontboté, con el que llorábamos juntos”.
-¿Algún sueño por cumplir?
“Tocar piano es mi sueño, es uno de los instrumentos más bellos, más románticos, más alucinantes”.
Cuando era chico jugaba tenis regularmente, llegó a seis horas diarias y fue campeón regional varias veces; hoy juega poco, pero trota por lo menos cuatro veces a la semana y practica natación. También jugó basquet ball y karate.
Dice no saber si tiene un fans club, pero que la gente le manda “mensajes muy amables” a su página web y, cuando llega a actos masivos, siente mucho cariño, pero no sólo de las mujeres, sino también de los hombres y los niños. “El otro día estuve como cuatro horas firmando autógrafos”, dice. Asegura que las personas le manifiestan su afecto, pero no es una cosa sexual como muchos pueden pensar, sino de cercanía y cariño, porque “me he sacado la cresta trabajando estos cuatro años”.
-¿Y la Carolina no provoca los celos de tus fans?
“No, no. El otro día en un acto le gritaban que no se casara conmigo, pero eran bromas no más”.
-¿Vicio privado?
“Una buena comida, con un grupo de amigos, música, vista al mar y… ¡un buen ron con Coca Cola!”
