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Mujer en el camino de la compatibilización

La directora de Estudios de la Fundación Chile Unido, Paulina Villagrán, hace una reflexión, para Puntomujer, sobre la realidad que enfrenta la mujer chilena que desea ser madre y trabajar. Esto a partir de las encuestas conocidas las últimas semanas.

06 de Julio de 2005 | 12:13 |
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Recientemente se han dado a conocer dos estudios chilenos sobre la mujer, uno acerca de las madres del 2010 (encuesta Mori-Hacer Familia), cómo serán, a qué aspiran, qué las satisface, y otro sobre lo que las mujeres mayores de 35 años (Adimark-Club Mujer) piensan, sienten y esperan del futuro.

Al comparar las dos investigaciones, salta a la vista la diferencia generacional sobre el tema de la maternidad y el trabajo de la mujer, siendo en las mujeres jóvenes una gran aspiración trabajar fuera del hogar y tener éxito y donde la maternidad es vista más como un problema o dificultad. En las mujeres mayores, sin embargo, la maternidad y relación con los hijos les da mucha satisfacción, el 94,5% se encuentra muy satisfecha con la familia que ha formado y la relación con los hijos es la más importante para el 56% de estas mujeres, superando las relaciones de pareja, amistad, etc. y, aunque creen que trabajar para la mujer es positivo (85,8%), aspiran a realizarlo en jornadas más flexibles y de menos horas.

Ahora bien, en ambos estudios se manifiesta que el rol de madre y trabajadora se resiente al procurar compatibilizarlos, y si bien las mujeres más jóvenes ven la conciliación como algo muy posible, a medida que la realidad las va poniendo en el dilema, este conflicto aumenta. Así, quienes menos satisfacción sienten en cuanto al tiempo que le dedican a la familia y al trabajo, son las mujeres que trabajan jornada completa, sólo un 55,6%, versus el 80% de satisfacción en aquellas mujeres que o trabajan jornada parcial o no trabajan remuneradamente.

A esta percepción de un difícil camino para la mujer que trabaja y es madre, se le puede sumar un antecedente muy importante dado a conocer hace poco tiempo: esto es el alto consumo de psicofármacos por parte de las mujeres, principalmente cuando éstas trabajan fuera del hogar, lo que nos pone dentro de los países más consumidores.

Sin duda que esta cifra es muy preocupante, y si a ella agregamos el hecho de que la principal causa de licencias laborales en la mujer, excluyendo las maternales, es el estrés o depresión (La Tercera 10 de junio), este dato nos está indicando que algo no se está haciendo adecuadamente por parte de nosotras las mujeres.

Al parecer lo que se le está exigiendo a la mujer del siglo XXI ser: buena madre, esposa, trabajadora, bella, verse bien, buena dueña de casa o jefa de hogar, etc. y le están impidiendo ser realmente una mujer feliz.

Diversos estudios tanto nacionales como extranjeros muestran que las mujeres no quieren ser "super women", sólo aspiran a poder equilibrar de forma armónica sus distintas prioridades de acuerdo a la etapa de la vida que están viviendo. Equilibrio que supone flexibilidad, ejercida responsablemente tanto por las mujeres, las autoridades y los empresarios; asumir lo propiamente femenino y masculino sin temores, aceptando y potenciando las diferencias entre los sexos; y una mayor complementariedad femenino- masculina en el ámbito de lo privado.

Este anhelo femenino debe estar incorporado de manera evidente dentro de las políticas que tanto el actual como los futuros gobiernos propongan para la mujer. No es suficiente impulsar una mayor participación de ellas en el mundo político y laboral, ya que si para esto deben abandonar su maternidad o su familia, prioridades para la mayoría de las mujeres en alguna etapa de su vida, sólo tendremos más agentes productivos, pero menos personas realizadas y felices.

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