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Los frutos de la tenacidad

En La Galletería de Laura R. - Vitacura 3414- siempre hay algún pastelito para picar encima del mostrador. Pequeños "canapés" de torta de lúcuma, de manjar, de cheesecake, de chocolate con mazapán, galletas. O de lo que esté saliendo de la fábrica - instalada ahí mismo- en el momento. La idea, según Laura, la propietaria, es que la gente "no sufra" cuando va a comprar un postre o una torta, porque muchas veces, sobre todo los fines de semana, hay que hacer fila antes de conseguir un esponjoso postre de tres leches o una crujiente torta de milhojas.

27 de Enero de 2006 | 13:28 |
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Aunque hace 36 años que Laura Rosseti está dedicada a la fabricación y distribución de postres, tortas y galletas (con las famosísimas ex galletas Amor, que sigue vendiendo mucho), desde que hace tres años le dio su nombre a la empresa y se instaló en Vitacura el éxito se ha hecho más patente. "La respuesta del público ha sido espectacular. Creo que es muy importante para la gente saber quién está detrás de una empresa. Y como soy yo la que pasa todo el día aquí, verificando que todo esté bien y tratando de hacer las cosas lo mejor posible, las personas al final me han ido conociendo", dice con gran entusiasmo.

Ella está contenta, lo mismo que su marido y sus tres hijos, todos partes fundamentales del éxito de La Galletería de Laura R., que además cuenta con un local en la calle Manuel Montt y distribuye sus delicias en cafés, casinos, restaurantes, supermercados y banqueteros. Laura dice que su capital más importante son sus empleados, los que en este momento ascienden a 45. "Estoy feliz de darle trabajo a la gente. Algunos están conmigo desde hace 36 años, somos como una familia".

Otro de los grandes capitales de Laura es su familia; sin ellos habría sido imposible llegar hasta donde está. "Tengo la suerte de poder hacer lo que hago porque me han ayudado muchísimo mi marido y mis hijos. Eso es muy importante. Nada es sólo logro mío".

Laura cuenta que es autodidacta y que por eso siempre se preocupa de estar al tanto de las novedades del país y del extranjero, de ir a clases, de experimentar y de comprar libros para ofrecer constantemente postres ricos y novedosos. En este momento, por ejemplo, está haciendo comidas saladas como canapés y empanadas, "con pedazos de carne de verdad".

Cuando se le pregunta cuál es la receta de su éxito, cuenta que vende a precios muy razonables para que la gente vuelva. También explica que se ha preocupado de hacer postres y tortas de diferentes tamaños, para las distintas necesidades de la gente, y para que nadie tenga que meter al freezer una torta enorme o se vea en la obligación de comer un mismo postre toda una semana. Lo otro es que no hace nada que a ella no le guste.

La segunda clave del éxito de la galletería es la tenacidad de su dueña: "Si hay que hacer algo ahí estoy. Siempre hay que dar el ejemplo a los empleados. Les digo que el cliente siempre tiene la razón y que hay que entregar lo máximo". Por eso, antes de las siete de la mañana ya está coordinando los despachos, las entregas, hablando por teléfono, "y si me tengo que quedar todo el día y hasta en la noche en los locales, lo hago". Hoy está invirtiendo, porque se quiere agrandar, tanto en locales como en distribución. "Nos ha ido muy bien y doy gracias a Dios. Para mí ésta es una etapa de realización personal, porque además me encanta lo que hago".




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