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El nutriente vital

Sin su adecuada reposición, las pérdidas de agua y electrolitos - por sudor, evaporación y respiración- merman el rendimiento de los deportistas, sobre todo en pruebas de largo aliento. La mayor parte de los nutrientes esenciales pueden estar ausentes de la dieta por varios días o meses sin efectos graves. Con el agua no pasa lo mismo.

26 de Septiembre de 2005 | 13:16 |
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Chocar con la pared es una frase vagamente definida pero que se acuñó entre los maratonistas para definir la sensación de abulia y fatiga que sobreviene generalmente poco más allá del tercio final de la prueba y que resulta de la interacción de varios factores que incluyen pérdida de agua y electrolitos, agotamiento de las reservas de glucosa, acidosis y otros fenómenos.

Sin su adecuada reposición, las pérdidas de agua y electrolitos por sudor, evaporación y respiración merman el rendimiento de los deportistas, sobre todo en pruebas de largo aliento, disminuyendo su volumen de plasma y distorsionando la química muscular.

Mecanismos hormonales gatillados desde la hipófisis - donde se produce la hormona antidiurética o ADH- y también desde las glándulas suprarrenales a través otra hormona - la aldosterona-, ambas con acción en los riñones para retener agua y disminuir así la producción de orina, son respuestas a la deshidratación y protegen al atleta del colapso que lo acecha cuando la pérdida de agua es tal que el volumen de plasma y, por ende, de sangre, es insuficiente para levantar presión.

Esto ilustra la importancia de la hidratación que debemos mantener a través de la ingesta de agua y de electrolitos, los minerales involucrados en la generación de energía eléctrica en nuestro organismo y, por ende, del tono muscular, la contracción muscular y la transmisión de impulsos nerviosos. Todo esto porque nuestro organismo está bañado de un mar interno que remeda al mar desde donde evolucionamos: un mar de líquido extracelular rico en cloruro de sodio (sal de mar) que invade todos nuestros tejidos, en contraste con un líquido intracelular rico en cloruro de potasio.

El ejemplo del Everest

Esta diferencia de concentraciones de sodio y potasio que se producen entre el interior de la célula y el exterior de ella - y que se mantiene por la membrana celular que trabaja contra la difusión de sodio hacia adentro de la célula y de potasio hacia afuera- es la que genera una tensión eléctrica fundamental para la transmisión nerviosa y para la contracción muscular.

En una persona de 70 kilos, dos tercios de su peso corporal o aproximadamente 45 kilos corresponden a agua que existe en compartimentos separados pero en constante interacción. Dos tercios del agua corporal están en el interior de las células y el tercio remanente es extracelular, que conforma el plasma sanguíneo (sangre sin células sanguíneas) y el líquido intersticial. En una persona de 70 kilos, el volumen de líquido intersticial es de 11 litros y el de plasma de cuatro litros, tres cuartos y un cuarto de todo el líquido extracelular respectivamente.

Mientras más magro sea un atleta, mayor será la proporción de agua en su peso corporal (quizás hasta de 70 por ciento). Al contrario sucede con un individuo más obeso.

El agua es el nutriente más crítico y, aunque no aporta calorías, dependemos inmediatamente de ella. La mayor parte de los llamados nutrientes esenciales pueden estar ausentes de la dieta por varios días o meses sin efectos graves. Con el agua no pasa lo mismo. Uno no puede sobrevivir sin agua más que unos pocos días y sin una hidratación adecuada un atleta no puede completar una prueba de largo aliento.

La mayor parte de los problemas de bajo rendimiento o de enfermedad por calor o colapso encontrados en deportistas de largo aliento - maratonistas, triatletas o montañeros- reside en una falta de reposición de agua y electrolitos.

Es interesante apuntar que en el intento previo al ascenso definitivo del Everest fracasó, quizás por un inadecuado manejo de la hidratación. El equipo suizo de Lambert llevó combustible para fundir nieve y producir una pinta de agua al día por escalador durante los últimos tres días de escalada, algo absolutamente deficiente para el enorme estrés y esfuerzo de la prueba. La expedición inglesa donde Hillary y Tensin llegaron a la cima consideró un suplemento de agua siete veces mayor...

La sed no es confiable como sensor de deshidratación ya que la sentimos cuando ya estamos deshidratados. Por ello es que durante ejercicios extenuantes debemos considerar un suplemento frecuente de agua y electrolitos más allá de la sensación de sed. Los deportistas deben ser alentados durante la prueba a beber más, mucho más allá de su satisfacción para asegurar una adecuada hidratación.
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