EMOLTV

“No somos un movimiento contemplativo, somos una fundación de acción”

11 de Julio de 2005 | 13:21 |
imagen
Con casi 20 años en el Hogar de Cristo, tiene muchas historias que contar. Partió trabajando en la calle, con los abandonados, y en campamentos. Después se fue, con su señora, a estudiar a Italia, y al regresar, se reintegró haciendo cargo de una hospedería de niños.

En 1991 asumió el cargo de director social y desde ahí ha visto (y hecho) crecer la obra, que este año gozará en plenitud la canonización de su fundador, el beato Alberto Hurtado SJ.

Concuerda con que “el milagro” que confirma la santidad de Hurtado es la obra. “Aquí hay mucha gente que, en su contacto con la pobreza, se ha convertido y creo que ese es el gran milagro de contar con el Hogar de Cristo”.

-¿Cómo vives el hecho de que, sabiendo que la obra es buena y exitosa, genera anticuerpos? Los acusan de marketeros y otros.
“A ver, si bien es una obra que está inspirada en el Evangelio y acompañada por el Señor, los que estamos aquí somos de carne y hueso y nos equivocamos, y mucho. Tratamos de corregirlo y somos muy autocríticos; nuestro directorio es muy duro y hemos debido modificar y mejorar nuestros programas.
“También, toda institución grande genera anticuerpos, no sólo el Hogar de Cristo, la Iglesia, las empresas grandes. En el caso del Hogar, diría que genera poquitos anticuerpos y, en general, la gente tiene una alta simpatía por su labor porque está en todo Chile. Hay además, muchos mitos, como que tiene mucha plata y yo los invito a conocer el Hogar, no a aportar, lo pueden hacer en otras instituciones”.

-También hay críticas que vienen desde los mismos jesuitas. Y a los jesuitas.
“De la Compañía y de otra gente ligada a la Iglesia que asegura que el padre Hurtado era mucho más que el Hogar de Cristo... Bueno, sí, el Hogar es una más de las instituciones que formó y además, nadie le pide al Hogar que sea el padre Hurtado en forma integral. No es nuestra función luchar por la libertad sindical, ni sacar artículos sobre justicia social en la prensa; podemos colaborar con ello, pero nuestra función es servir a la gente.
“Y cuando se critica a la Compañía de Jesús, bueno, nosotros somos una obra creada por un jesuita, con la espiritualidad ignaciana”.

-¿Puede esa crítica a los jesuitas deberse al hecho de que ustedes son más frontales en decir las cosas, más duros en remover conciencia?
“Nosotros no tenemos tapujos en decir las cosas que ocurren en la realidad y en mostrar la realidad. Hay gente que eso le molesta, pero creo que es poca. Puede ser que hayan algunos que asocien Hogar de Cristo, Compañía de Jesús, revolucionarios, bueno, yo los invito a leer el Evangelio, al final de San Mateo, y reflexionen para qué vinimos a este mundo. No vinimos a servirnos de este mundo, si no que a servir a los demás”.

-Algunos creen que ser cristiano no pasa sólo por hacer, o sea, ser acción perpetua.
“Que no se le pida al Hogar de Cristo ser la plenitud del cristianismo. Nosotros estamos llamados a cumplir con un mandato de Jesús que es servir a los más pobres. Los que estamos aquí tratamos de alimentarnos con la oración, pero no todos los que estamos aquí son católicos. Pero sí todos tratamos de darle sentido profundo a la acción que realizamos.
“No somos un movimiento, somos una fundación de acción, fuimos creados para actuar, no lo fuimos ni para reflexionar ni ser contemplativos. Necesitamos de eso para nuestra acción, pero lo más importante es la acción”.

Las fórmulas usadas por el Hogar de Cristo han resultado tan eficientes en los últimos años que muchas han sido replicadas por otras instituciones de beneficencia, como entregar el vuelto en farmacias y supermercados, hacer masivas campañas para conseguir socios y la cena de pan y vino.

Todo para sustentar los hogares de niños, los centros de ancianos, las hospederías, los jardines y salas cunas o programas en campamentos, lo que implica atender cerca de 30 mil personas diariamente; además, de las iniciativas ligadas a “Un techo para Chile”, el Infocap y otros.

-¿Qué hacen para mantenerse vigentes? Pareciera que esas fórmulas se agotaron.
“Eso le ocurre al resto de las acciones de la sociedad, la Iglesia tiene que innovar y las empresas. Nosotros para poder servir tenemos que ir modificándonos y es lo que buscamos”.

-¿Es difícil?
“Sí, pero tenemos mucha flexibilidad. Antes atendíamos a muchos niños en edad escolar y cuando se amplió la jornada escolar, inmediatamente, abrimos jardines y salas cunas; en todo Chile tenemos 80. Es nuestra pega; hoy nos hemos metido fuertemente en la calle y eso nos ha obligado a crear residencias para personas con trastornos mentales o maltratados. El vínculo con la realidad te obliga a innovar”.

-¿Cómo se innova para obtener recursos?
“En eso Dios nos ayuda mucho, Él nos va a dar la energía, la fuerza y la creatividad para encontrarlos siempre y estamos abierto a que mucha gente opine. Y tenemos mucha gente haciéndolo dentro del Hogar.”

-Tienen múltiples programas, pero pareciera que después de que cumplen una meta, miran y ven que hay más que hacer. ¿Esto es de nunca acabar?
“En general, la vida es así; nosotros llegamos sólo al 30% de las personas que están en la calle. Además, nos ha ido bien en algunos programas, ¿cómo no los vamos a seguir replicando?
“Hay que pensar que en Chile hay 3 millones de personas en pobreza y 720 mil en extrema pobreza. Son menos que lo que eran en 1987, en términos porcentuales, pero siguen siendo muchos. Hemos avanzado harto, pero todavía nos queda una tarea bastante grande”.


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?