Aunque, tal vez, es una de las facetas menos conocidas de Giancarlo Petaccia, el tenis le apasiona. Jugó y entrenó diariamente desde los 8 años. Alcanzó un buen nivel nacional y viajó mucho, pero no se hizo profesional, aunque le hubiera gustado.
"Lo mantengo y sigo jugando prácticamente todos los fines de semana", dice.
-¿Otros hobbies?
"Uno que aprendí viajando, que me apasiona y practico seguido también, es el buceo. He hecho cursos y pretendo ser pronto instructor. Ésas son mis dos pasiones, pero el deporte en general me gusta mucho, todos los días le dedico un poquito de tiempo".
-¿Vas al gimnasio?
"Ya no voy mucho; me aburre, pero sí ando en bicicleta, hago natación, cualquier cosa que sea maniobra distractiva para la mente, la hago, porque estoy arriba de la pelota, siempre".
-Cuando hablas pareces hiperkinético, pero no es la apariencia que das.
"Súper, pero me he contenido, porque mi hiperkinesia trasuntaba todo para afuera y eso me trajo ene problemas. He aprendido a respirar, a contar hasta tres y tal vez, por eso, ahora me veo más tranquilo. También un proceso de la madurez… ¡Más vale! Hay que tener riendas para frenar el ímpetu, muchas veces.
"Me imagino en el programa, como era a los 20 años, imposible, no podría ser comunicador. Tirando lo primero que se te viene a la mente; uno madura, se pone filtros".
Además de sus programas de televisión, estuvo dos años haciendo radio y escribió para algunas revistas de turismo, los mismos datos que recopilaba en sus viajes. Ahora está trabajando en dos proyectos de televisión que quiere materializar luego. "En esto hay que estar todo el tiempo… (chasquea los dedos como señalando que hay que ir muy rápido) Mis inquietudes sobrepasan mi paciencia. Un programa está armado y lo presento en agosto y otro para un poco después".
-Tus amigos ¿De qué lado vienen?
"Del colegio y del tenis. Cada uno tiene profesiones distintas, pero vienen del área de los estudios y del deporte, que siempre han sido mis temas. Del colegio me iba al tenis, fueron 18 años así".
-¿Te frustró no ser profesional?
"En su momento sí, porque pensé que iba a vivir del deporte; le dediqué la mitad de lo que llevo de vida al tenis, pero bueno…"
-¿Por qué no lo fuiste?
"Diría que me faltó… talento ¡Chino Ríos no hay todo el tiempo! Son los elegidos. Además en ese tiempo obtener recursos era más complicado, viajar era más difícil, ahora se ha estrechado un poco el margen.
"Llegué a ser bueno en Chile y eso igual es importante, porque te frustras más grande, a los 16 o 17, cuado viajas a Europa y te ganan niños de 14 y entonces decís estoy mal . Además, la disciplina de vida que te deja, la ocupas para todo, la metodología que te da el deporte".
Un poco en broma, un poco en serio, dice que su papá lo metió a jugar tenis porque "yo cacho que los tenía locos en la casa". Los dos primeros años no le gustaba mucho, pero después se volvió su pasión, porque –como es un deporte "medio individualista"- entrega estrategias para vivir. "Creo que voy a jugar tenis hasta que me muera. Es un mundo, un pequeño mundo".
-¿Otras frustraciones?
(Sin darle mucha importancia) "Me frustro rápido, pero eso me hace pararme y seguir. Lo importante es levantarse. Pero no han sido cosas que me hayan marcado, sólo pequeñas cosas. Lo que me he planteado, lo he logrado".
-Deseos por cumplir.
"En mi trabajo, seguir haciendo cosas y los proyectos se consoliden. Que mis negocios funcionen. Y formar una familia… eso me encantaría.
"He sido muy individualista, pensando siempre en mí, porque mi familia me ayuda y me facilita eso, pero el gran proyecto de la vida es la familia. Creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar, no más".
-¿Guapo?
"Como toda la gente, hay días que sí y otros que te levantas y te encuentras fatal. Tampoco me considero exitoso con el sexo opuesto".
-¡Ya, claro!
"No, porque ser exitoso tiene que ver con la realización de ciertos proyectos, y, a mí, me han dejado… no sé, exitoso sería un tipo ya consolidado, con su familia hecha, con hijos… ¡y yo no tengo nada! Se aburren, se aburren de mí".
-Tal vez eres muy fregado.
"Sí, de más, pero estoy trabajando en eso. Mi individualismo también juega en contra, seguramente y muchas otras cosas que tengo que no las quiero decir, porque me voy a hacer mala publicidad. Sin duda, tengo yayitas heavy, sobre todo de carácter".
-¿El típico italiano malgenio?
"Sí, malgenio, malcriado. Me crió mi mamá consintiéndome todo el tiempo y mi papá era súper machista".
Explica que lucha contra eso y que no se muere de hambre. Sabe cocinar, pero lo hace sólo en ocasiones especiales y siempre pasta. "Para conquistar, pero dura el rato, porque como son sólo pastas, al mes la tengo gorda y me deja, se aburre por lo poco variado".
-¿Heredaste el machismo también?
"Me lo saqué de encima y me tiene muy contento. Me encanta el rol de la mujer en nuestros tiempos, que se desarrolle y crezca. No podría estar con una mina que respire a través mío".
-Te voy a probar… ¿tan poco machista como para que tu mujer te mantenga si te quedas sin trabajo?
"Me muero, porque el orgullo me mata. Pero si me quedo sin pega, te juro que haría cualquier cosa para llevar plata a mi casa, me da lo mismo, me las rebuscaría. Vendo huevos en la calle, me da lo mismo.
"No vale, me está poniendo en una situación muy extrema. A mí no me importaría que mi mujer ganara más, pero no quedarme en la casa haciendo el aseo, ¡me muero!, espero que no me pase".
Los viajes son su otro gran tema, pero no habla de lugares, sino de personas, vuelve a los sitios donde se sintió acogido, donde sintió la calidez de la gente, como el Norte de África, ciertos lugares del Caribe, Brasil, México, Italia. Este último país, más que porque tiene familia, porque es un museo al aire libre. "Es tan distinto: todo lo que pasa aquí, ya pasó allá". Ahora no tiene mucho tiempo, pero quiere conocer el Oriente; "viajar es la plata mejor gastada".
La música es otra de sus pasiones, trae de todos los lugares que ha visitado y le provoca fuertes recuerdos, lo acompaña en los diferentes momentos de su vida. También le gusta leer, novelas y libros de autocontrol, como Osho.
-¿Vicio privado?
"Cotidianeidades: después de haber tenido un día heavy, de harta actividad, llegar a mi pieza y poner una película o echarte a ver tele; estar un rato solo; me gusta estar solo, necesito mis momentos de soledad y sé convivir muy bien conmigo mismo.
"Si me voy más allá, qué me vuelve loco, el tenis es un placer que la gente no se puede explicar, me siento absolutamente dichoso. También bucear, meterme bajo el mar".
