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Amigos que viven al estilo "Friends"

La serie americana, éxito durante diez temporadas terminó el año pasado, pero reveló un nuevo tipo de familia en que los lazos de sangre se cambian por una amistad a toda prueba.

17 de Octubre de 2005 | 13:25 |
"Yo estaré junto a ti, cuando la lluvia empiece a caer/ yo estaré junto ti, como siempre he estado/ yo estaré junto a ti, porque sé que tú también estarás para mí."

La canción principal de "Friends" no habla de amor, sino de amistad. La misma que unió durante diez años a los personajes de una de las comedias más exitosas y que se forjó gracias a la diaria convivencia.

Fuera del éxito y lo hilarante de algunas situaciones, la serie se convirtió en todo un referente generacional. Jóvenes profesionales con cero interés en el matrimonio, pero sí dispuestos a pasarlo bien y disfrutar de aquellas cosas que sólo la independencia económica puede dar.

El fenómeno no tardó en llegar a Chile, donde las familias en que la amistad es el único nexo han pasado a ser casi una institución.

La formada por las ingenieras comerciales Macarena Torres (25), Tatiana Riesle (25) y Claudia Martínez (26) es un ejemplo. Estas amigas desde la época universitaria compartieron un departamento y vivieron unos pisos más arriba de "los gordos", también ex compañeros de estudio.

"Nos cambiamos allá porque nos sentimos más protegidas sabiendo que ellos están cerca", cuenta Tatiana. De hecho, los hombres se hicieron cargo de todo el trabajo pesado de la mudanza, y ellas los reciben a tomar desayuno y les planchan las camisas en caso de emergencia.

Pero el apoyo mutuo no se remite sólo a lo práctico.
Proyecto piloto
Según explica el sociólogo Mario Sandoval, los hogares al estilo "Friends" son una especie de "proyectos piloto de familia".

"Los jóvenes de hoy quieren alargar el período juvenil a toda costa. Si uno se fija en la serie, no son jóvenes los que aparecen ahí, sino adultos que llevan un estilo de vida que se acerca más a lo juvenil", aclara.

De hecho, se atreve a decir que estamos "en los albores de una nueva sociedad en la que las estructuras como la familia están cambiando rápidamente. Este cuestionamiento al concepto tradicional parte de la base de que los nexos entre los amigos que conviven también entregan soporte emocional, cariño y apoyo.

"En el fondo, se trata de un nuevo tipo de organización social que cumple con los mismos parámetros de una familia tradicional".

Hace más de un año, cuando estaba recién llegada al departamento, Macarena sufrió una pena de amor que la dejó literalmente "por el suelo". "Si no hubiera estado acompañada por mis amigos, renuncio a la pega y dejo todo botado", cuenta.

We are family

Casi como sacado de la canción de Friends, Claudia agrega que "son como mi familia; sé que siempre van a estar ahí".

"Más que un tema de ahorrar costos, nos instalamos juntos porque somos amigos, tenemos modos de vida parecidos, y especialmente porque necesitamos compañía", dice. Es que la añorada independencia puede resultar difícil en un principio, aunque todos coincidan en la satisfacción que da el valerse por sí mismo.

De hecho, uno de los capítulos emblemáticos de "Friends" muestra a Rachel Green (una de las protagonistas) rompiendo las tarjetas de crédito que le había dado su papá -que, por supuesto, pagaba él-, como quien corta el cordón umbilical.

Rodrigo de la Paz (28) no fue tan drástico, pero también rompió la "cadena alimentaria" que mantenía hasta entonces. Apenas se cambió a vivir con Romina de la Sotta (30) cortó los hilos que lo unían con la casa paterna.

"Puede sonar tonto, pero cuando iba a almorzar con ellos, mi mamá me daba fuentes con comida para que no cocinara. Nunca se las acepté, porque quería dejar en claro que, por lo menos, era capaz de alimentarme por mi cuenta", explica.

La "Romi" pasó a ser su nueva familia, y, aunque cueste creerlo, la relación entre ellos no pasa de ser una muy profunda amistad. Lo más curioso es que parecen el matrimonio ideal: se cuidan, se respetan, se quieren, se apoyan, no pelean y lo pasan muy bien juntos. Pero, según palabras del propio Rodrigo, "ninguno es del tipo del otro, y eso lo tenemos tan claro, que facilita el que tengamos una relación directa, confiable y limpia".

La apertura es tal, que Romina llevaba a su pololo a alojar y al día siguiente almorzaban todos juntos, como una forma de reforzar una amistad que ella califica como "necesaria y nutritiva". "Cuando me compraba ropa siempre le preguntaba la opinión. Me da lo mismo que me vea en ropa interior, porque es como mi hermano, e incluso mejor, porque a ellos los pasas a llevar sin quererlo, pero nosotros nos respetamos tanto, que eso no ocurre".

No cuesta darse cuenta que, efectivamente, los ambientes que se generan en este tipo de hogares son bastante más relajados y dan más espacio para la risa, las bromas y las "tallas internas".

"Lo mejor de todo es que llegas a tu casa cansado del trabajo y te encuentras con gente a la que quieres y con la que puedes reírte y sacudirte de los problemas del día", explica Loreto Labraña (25).

Su experiencia de vivir junto a Tatiana (28) y Charles (23) le rindió frutos. "Nosotros nos juntamos para abaratar costos, pero terminamos siendo tan amigos, que sabemos cuándo el otro está bajoneado, y nos preocupamos de subirle el ánimo. Como que los problemas que tienes son más fáciles de llevar si estás con tus amigos, y sabes que al llegar a tu casa van a estar ahí".
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