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Brillo versus barra de labios

No hay duda que uno de los gestos de belleza más arraigados en el mundo es el de maquillarse los labios, tarea que en algún momento se hizo con henna y carmín y hoy es posible gracias a una enorme oferta de productos, cada vez más sofisticados y diversos, que visten de brillo y color las bocas de miles de mujeres.

07 de Octubre de 2005 | 10:00 |
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Uno de los gestos de belleza más antiguos que existe es maquillarse los labios. Se estima que en Mesopotamia ya se los coloreaban con un polvo rojo del ocre que sacaban de la arcilla 3.000 años AC, y en el Antiguo Egipto hombres y mujeres se aplicaban pigmentos en boca y mejillas, mientras Cleopatra usaba una mezcla de henna y carmín para dar color a su sonrisa. La historia sigue hasta llegar a la primera barra de labios que se comercializó a nivel global en 1828, de la casa Guerlain, compuesta por pomelo, mantequilla y cera. En 1895 apareció en Francia la llamada pomade en baton, elaborada sobre la base de sebo y cera de abejas, y en 1860 el alemán Charles Meyer creó el primer color en forma de lápiz.

La historia confirma que el uso del labial es sin duda uno de los gestos más arraigados entre las mujeres de todo el mundo. De hecho, se estima que el 80 por ciento de las mujeres mayores de 45 años se aplica labial al menos una vez al día, y el 61 por ciento lo usa varias veces al día.

Un éxito que ha desafiado a la industria cosmética a estar constantemente creando nuevos productos para las mujeres cada temporada. La variedad hoy es muy amplia, no sólo en colorido sino en texturas y efectos, y la primera distinción que se debe hacer es entre la tradicional barra de labios y el cada vez más popular brillo o lip gloss.


Labiales: poder hidratante

Estadísticamente, la barra de labios es el cosmético más utilizado por las mujeres y que en mayor número poseen. En general, existen cuatro tipos de barras de labios: mate, semimate, gloss y semigloss, en función de la apariencia externa que proporcionan.

Pero si hay algo que distingue a la nueva generación de labiales es la incorporación de fórmulas enriquecidas con activos hidratantes y emolientes, con lo que se contribuye a no resecar la delicada piel de la boca. Por lo demás, se trata también de productos que tienen mayor duración y en muchos casos poseen filtro de protección solar.

A pesar de lo simple que es su uso, sacar el máximo provecho de un labial tiene sus secretos. Primero, antes de aplicar es fundamental hidratar los labios para evitar que queden pellejitos. Y una vez que se maquillan, no importa si se hace con la barra o un pincel, es mejor empezar siempre desde el centro de la boca hacia fuera, sin salirse del contorno.

Al maquillar hay que considerar que no todos los labios tienen la misma forma, y que ésta es determinante a la hora de usar el labial. Es así como en casos de labios muy gruesos se recomienda perfilarlos justo en la parte interna de la línea natural para reducir el volumen, y luego rellenar con colores oscuros y mates. Los tonos claros tienden a agrandar, y los brillantes centran la atención en la boca. Al contrario, cuando el objetivo es aumentar el volumen de unos labios muy delgados se deben perfilar por fuera, y maquillar con colores más claros al centro.

En cuanto a la duración, es sabido que las fórmulas mates y semimates se mantienen fijas con mayor facilidad que los labiales nacarados o las texturas muy cremosas. Y si aún persiste el problema de colores que se van a lo largo del día se puede acudir a algunos trucos como extender una gota de base de maquillaje sobre toda la boca antes de poner el labial para crear un fundamento sobre el que se deposita el color.

Otro consejo útil es presionar los labios maquillados contra un papel, eso ayuda a fijar el pigmento sobre la piel, prolongando la duración del color. De lo contrario, se puede aplicar una ligera capa de polvos traslúcidos sobre los labios.

Y si en fórmulas la oferta es amplia, la de colorido es aún mayor. Hoy la industria ofrece decenas de matices dentro de una misma gama, al margen de las nuevas propuestas que presenta cada temporada, y que buscan seguir las tendencias de la moda. Este otoño invierno, por ejemplo, ha estado marcado por labiales en tonos berries que van desde el rosa pálido al morado más profundo y cercano al color del vino. Pero también se ha dejado espacio para los productos más neutros que dan un look natural a partir de los tonos beige y arena.


Brillos: mayor volumen

Uno de los grandes aportes del lip gloss llega en términos de volumen. Y es que basta con un toque de brillo en el centro de los labios para lograr un efecto de mayor voluptuosidad en una boca fina. Además, tienen la ventaja de que pueden ser utilizados por mujeres de todas las edades, no es algo que sólo se vea bien en niñas más jóvenes; la clave está en saber combinarlo con el resto del maquillaje para conseguir un resultado armónico.

Por otro lado, la industria ofrece gran variedad de productos que se adecuan a las distintas necesidades. Hay brillos absolutamente transparentes o con toques de color para quienes prefieren llevar la boca maquillada y no sólo brillante. Y es que como las barras de labios, los lip gloss también han protagonizado revolucionarios avances en sus fórmulas y texturas. Hoy las innovaciones han permitido que los productos contengan partículas capaces de reflejar la luz ambiente, lo que favorece un mejor resultado, o que incorporen diminutos puntos de luz plateados o dorados. A esto se suma la presencia de siliconas, que aportan mayor volumen y labios visiblemente más pulposos.

En relación a su textura, son cada vez más confortables y no pegajosas, lo que la hace más liviana. Y si de color se trata, van desde los completamente transparentes hasta los que tienen matices en tonos de rosa, coral, tierra, rojo... una alternativa para cada gusto.

Como consejos de aplicación, podría decirse que siempre es recomendable tener labios impecables antes de maquillarlos. Y para ello junto con hidratarlos es útil exfoliarlos de vez en cuando, para lo que se puede utilizar un cepillo de dientes. Cumplido este prerrequisito, si se desea dar sólo un toque de color a la boca se aconseja poner apenas una gota de labial con los dedos, sin líneas definidas ni muy marcadas. Y luego aplicar el gloss en el centro de los labios, sin extenderlo necesariamente hasta los bordes.

Otro consejo usual entre los expertos maquilladores es perfilar la boca con un tono neutro, similar al que naturalmente tiene la boca, extendiéndolo justo por fuera de la línea natural del labio, y después difuminarlo con el dedo. Sólo entonces se debe aplicar el lip gloss, y el resultado es un maquillaje de efecto vidrioso, pero natural.

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