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El desafío de retomar el sexo tras un parto

No es fácil vivir una sexualidad plena durante el período de lactancia. Pero con diálogo y creatividad es posible.

07 de Noviembre de 2005 | 10:57 |
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"Cuando nació Sebastián me dediqué completamente a él. Estaba muy pendiente de no alejarme de mi marido, pero en el plano sexual fue distinto: me costaba desvincularme de mi rol 'amamantador', sentía que mi cuerpo estaba destinado a otra tarea y cuando me veía en otra situación íntima, me sentía como ensuciando algo que era de mi hijo", relata Ana María (32).

Retomar la intimidad de pareja puede llevar varios meses. El período de "cuarentena" que los médicos solían recomendar pensando en el reacomodo físico de la mujer puede extenderse por bastante más tiempo. Y los factores que influyen en este alejamiento son de diversa índole: hormonales, físicos y sicológicos.

Uno de los signos más comunes es la baja en el deseo sexual de la mujer. Esto responde, en parte, a su necesidad de abocarse completamente a sus tareas maternas, lo que tiene que ver también con el mandato cultural asociado a este rol. Pero además hay una causa hormonal: los altos niveles de prolactina (que permite la lactancia), que no sólo inhiben el deseo, sino que también dificultan una respuesta sexual normal.

"La prolactina tiene un efecto antiestrogénico que lleva a que la mucosa vaginal no esté tan apta para el impulso erótico: hay menos lubricación y más sequedad vaginal", explica la ginecóloga Patricia Aliaga, directora de la Unidad de Sexualidad Humana del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

A esto se suma el cambio en el sentido que muchas mujeres les dan a sus pechos, agrega la doctora. "Si antes eran un elemento de placer y de erotismo, ahora tienen un sentido nutricio, más ligado al bebé que a la pareja".

Los maridos no siempre están preparados para estos cambios e, inevitablemente, resienten la situación:
"Durante todo el tiempo que dio de mamar, yo sólo podía tocarle la espalda y los hombros, cualquier otro acercamiento le producía incomodidad", recuerda Eduardo (39). "Yo sentía que ella sólo me veía como un colaborador en las tareas en torno a la guagua".

Él sabía, asegura, que esto era algo transitorio y que "ella no tenía nada contra mí". Pero de todos modos, a medida que pasaban las semanas, él se empezó a preguntar: "¿Hasta cuándo? Y... ¿cuándo?".

El psiquiatra y sexólogo Andrés Morales, del Departamento de Reproducción Humana de la Universidad Católica, afirma que, si un hombre está bien informado y tiene una comunicación eficaz con su pareja, "lo normal es que sea capaz de tolerar este período, que es uno de los más adversos para la vida sexual".

El hombre debe saber también que la mujer necesita un tiempo para reencontrarse con su cuerpo, el cual, inevitablemente, habrá sufrido cambios después de la maternidad, agrega la sicóloga Sandra Ahumada, de la Unidad de Sexualidad del Hospital Clínico de la U. de Chile.

La mujer vive un reacomodo en varios planos, advierte: Primero, en la relación con su cuerpo y en su propia sensación de atractivo; después, en la relación de pareja, y luego en el sistema completo de la vida familiar, que inevitablemente va a girar en torno al nuevo hijo. "Esto la llevará al estrés propio de una situación nueva que, además, es de alta demanda física y emocional para ella".

Y el hombre también está sufriendo cambios, advierte el psiquiatra Andrés Morales. "Tener un hijo es algo que los remueve mucho en el plano emocional". Así las cosas, no es raro que la sexualidad vaya quedando en un segundo plano.


Atreverse a explorar

Creer que la vida sexual va a retornar espontáneamente con el paso del tiempo puede llevar a que los momentos de pareja se vayan relegando a espacios cada vez menores, advierte Sandra Ahumada. Por eso es tan importante vivir este proceso en comunicación mutua.

Además del diálogo sobre cómo están vivenciando esta nueva etapa, los especialistas recomiendan atreverse a buscar otras formas de intimidad. "En el plano sexual, por ejemplo, se pueden explorar otras caricias que no necesariamente incluyan el coito", agrega la sicóloga Loreto Araya, de la misma unidad.

Para Sandra Ahumada, estos espacios de intimidad sexual "no coital" son muy importantes porque permiten a las mujeres "ir recuperando el erotismo de a poco" y, además, descubrir "otras formas de intimidad y de encantamiento erótico", agrega la ginecóloga Patricia Aliaga.

Uno de los factores que, en muchos casos, inhiben el retorno a la vida sexual es el dolor vaginal que reportan algunas mujeres. El doctor Andrés Morales cita un reciente estudio alemán: la mitad de las mujeres que había tenido relaciones sexuales a los dos meses del parto indicaron haber sentido dolor. Las causas de éste tenían que ver principalmente con el uso de fórceps o con las episiotomías (corte del tejido perineal para facilitar la salida del bebé).

A veces, partos complicados producen en las mujeres un miedo inconsciente y anticipado al dolor durante el coito.
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