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"Los chilenos están acostumbrados a que el juez tome las decisiones por ellos"

A pesar de que la reforma que dio vida a los Tribunales de Familia busca acelerar los procesos y el advenimiento entre las partes, la tarea no se ve fácil. Esta jueza, una de las primeras en jurar en Santiago, reconoce defectos y virtudes.

10 de Noviembre de 2005 | 09:25 |
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Muchas son las expectativas respecto de los Tribunales de Familia que empezarán a funcionar el 1 de octubre. Luz María Barceló fue durante años la jueza de Menores de Puente Alto y en julio de este año juró como una de las cinco primeras juezas de familia de Santiago.

La labor no ha sido nada fácil, pues a sus tradicionales responsabilidades frente a los juicios por tuición, relación directa irregular, alimentos, autorización de salida del país, nombramiento de curador y medidas de protección para los niños vulnerados en sus derechos; se unieron la violencia intrafamiliar – que pertenecía a los tribunales civiles- y todo lo que es Ley de matrimonio civil -nulidad, separación y divorcio-, aprobada recientemente.

Luz María sabe que la gente tiene altas expectativas puestas en el nuevo sistema y por eso, apuesta por un cambio de cultura que permita a los mediadores jugar un rol primordial a fin de evitar que las parejas lleguen a los tribunales.

-¿Qué ventajas le ves a esta reforma?
"Junta en una sola competencia, en un solo tribunal, todos los temas de familia. Además, es oral".

- Cuando juraron las 5 primeras juezas, dijeron que veían algunos inconvenientes, ¿cuáles son esos?
"Todo cambio trae cosas buenas y dificultades. Cambiar culturalmente de una justicia escrita a una oral, sobre todo en temas tan íntimos como los de familia, es complicado. La gente va a tener que exponer sus problemas en una audiencia, ser capaz de oír al otro sin tirarse un zapato por la cabeza.
"No estás frente al que te robó la cartera, sino al tipo con el que hiciste tu proyecto de vida, quisiste formar una familia; hay involucrados sentimientos, un montón de cosas que, probablemente, en un primer momento van a requerir de mucho control de la audiencia y manejo de situaciones".

Además, relata, existe el inconveniente, en este momento, de que se requiere de una serie de organismos externos para cumplir la labor a cabalidad. En el tema de filiación, por ejemplo, se requiere de la prueba de ADN, que tarda más que lo que el juicio oral debe durar.

-El Servicio Médico Legal dijo que aceleraría los exámenes, ¿Se llegó a acuerdo?
"Evidentemente no tiene los medios y, aunque ponga mucho de su parte, no los va a tener muy luego como para acortar los plazos de tal manera que esta justicia rápida, que se suponía iba a fallar en 60 días máximo, pueda cumplir.
"De hecho hay una modificación que extiende el plazo de los juicios de filiación hasta los seis meses. No cabe duda, eso sí, que de todas maneras va a ser más ágil que antes".

-¿Qué sucede con las causas que se están tramitando actualmente?
"El 1 de octubre empiezan a funcionar los Tribunales de Familia y los de Menores dejan de recibir causas nuevas, pero continúan existiendo por seis meses y, tal vez, por otros seis más para terminar las causas que ingresaron hasta el 30 de septiembre.
“Lo que sí heredaremos es el hacer cumplir los fallos que estos hayan dictado".

-¿La nueva ley logrará que los padres esquivos cumplan?
"No, no va a producir un cambio sustancial en términos del cumplimiento de las órdenes. Es muy distinto cobrarle a alguien que tiene un trabajo estable y se le puede retener la pensión alimenticia, o quien trabaja saliendo al extranjero y se le pone una orden de arraigo, que a alguien que es independiente o difícil de encontrar.
"Es más, a veces, cumple los quince días en la cárcel, que es sólo un apremio, sale e igual no paga".

Luz María insiste en que esta nueva ley no es "mágica", sólo da más alternativas –como la mediación- y acorta los plazos, pero no cambia la realidad ni produce un cambio cultural en materia de relaciones familiares que se tardará varios años más.

Esta nueva justicia busca llegar a soluciones de colaboración, en que las partes busquen sus propios acuerdos; "también esto requiere de un cambio de mentalidad importante", asegura, "porque los chilenos están acostumbrados a que el juez tome las decisiones por ellos".

-¿Cómo así?
"Buscar tus propias soluciones, genera un cambio de concepto que no es sólo para el pago de la pensión alimenticia, sino que es ponerse de acuerdo en tenemos tres hijos en común, estamos separados, pero podemos concordar en que esta semana estén aquí y la próxima semana en tu casa, porque hay una fiesta familiar".

-Pero que eso pase en la primera etapa va a ser bien difícil.
"Sí, creo que sí, va a ser complicado porque hay que producir cambios en todo sentido. En el Tribunal de Menores las causas se fallaban por los informes sociales, por los documentos que se acompañaban y resulta que, ahora, el valor del peritaje va a estar dado por su introducción al proceso a través de la audiencia oral. O sea, el papel, físico, pierde toda relevancia".

-¿Ustedes, los jueces, tuvieron que prepararse especialmente para eso?
"Sí, claro. Yo, como vicepresidenta de la Asociación de Juzgados de Menores, tuve que estudiar el proyecto de ley de los Tribunales de Familia. Nos mantuvimos de alguna manera ligados a las comisiones que trataban el tema.
"La ley se promulgó en agosto del año pasado y en junio hicimos un curso de dos semanas en que analizamos todo este cambio e hicimos algunas modificaciones menores en la ley, que influían, más que nada, en la cosa práctica. Ahí nos habilitamos, además, como monitores de la reforma de los jueces que se fueron formando después".

-¿En este momento están formando los equipos de trabajo?
"Uno de los grandes principios de la reforma es integrar las disciplinas; es decir, que en los temas de familia no se requieren sólo conocimientos jurídicos, sino que son necesarios los psicólogos, las asistentes sociales, los antropólogos, los sociólogos, los médicos. Se pensaron varias alternativas y se llegó a la creación de los Consejos Técnicos, que son órganos asesores del juez que dan su opinión en el ámbito de su especialidad.
"En la teoría, este consejo debe ser interdisciplinario, pero en la práctica tenemos la realidad que los antiguos tribunales tenían asistentes sociales con un derecho adquirido para continuar en sus puestos de trabajo y que, además, tienen una gran experiencia dada por todos estos años, y que continuarán como Consejo Técnico".

Una de las características de la nueva justicia es que en cada tribunal habrá la misma cantidad de jueces que de asesores. Por ejemplo, en el 4°, del que está a cargo Luz María Barceló, hay 12 jueces, nueve asistentes sociales y tres psicólogos que provienen del programa de violencia intrafamiliar de la Corte de Apelaciones de Santiago.

Por supuesto, las seis primeras juezas nombradas han debido ponerse de acuerdo en muchas cosas, hacer caminar la reforma y coordinarse con las otras instituciones relacionadas, como el Sename, el ministerio de Justicia, el Sernam y el Instituto Médico Legal, entre otros. Cuatro pertenecen a Santiago, una a Pudahuel y la otra a Colina. El 1 de agosto juraron 17 jueces más, que son la dotación con la que partirán estos tribunales en la capital. En San Miguel son más, porque se hacen cargo de los sectores aledaños como Melipillla, Talagante, Peñaflor, Puente Alto; en total 9 jueces más.

-¿Y en regiones? ¿También parte el 1 de octubre?
"Sí. Esa es la gran diferencia con la Reforma Procesal Penal, que se demoró cinco años en llegar a la capital y venía con todo el manejo; en cambio, ésta parte en todos lados al mismo tiempo".

-¿Las partes actúan solas o con abogado?
"Solas, con abogado privado o con uno asignado por la Corporación de Asistencia Judicial".

La profesional relata que las audiencias son calculadas, en tiempo, según la causa (alimentos, por ejemplo), pero si en el curso de ella se asocia otra, como régimen de tuición irregular, la audiencia se alarga y no hay manera, antes de empezar a trabajar, de saber cómo funcionará, porque hasta ahora sólo han hecho simulaciones.

-¿Temor a colapsar?
"Creo que no. Hay todo un tema de la agenda de audiencias, de cómo organizar cada una de ellas para no tener tiempos muertos, para que el juez sea aprovechado en toda su capacidad. En eso están trabajando los administradores de cada tribunal, pero todavía no han tenido experiencias prácticas, salvo la escasa similitud con la Reforma Procesal Penal".

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