EMOLTV

Preguntones, tecnológicos y agrandados

Ésas son las características principales que hacen a la infancia actual muy, pero muy diferente a la de ayer.

26 de Septiembre de 2005 | 11:04 |
Que los niños no son los de antes ya es un cliché. Más útil es tratar de comprenderlos, buscando esos rasgos que los distinguen y tratando de explicar la génesis. Si han cambiado, es porque quienes los crían también lo han hecho.

¡Exijo una explicación!

Dar una orden sin un porqué suena a los más chicos tan anacrónico como decir "descueve". Hoy se ha democratizado la relación familiar, "por lo que los padres tienden a explicarles a los hijos mucho más el porqué tienen o no que hacer una cosa", explica Isidora Mena, sicóloga infanto-juvenil de la Universidad Católica.

El resultado: niños que no aceptan imposiciones sin argumentos. Por lo mismo, agrega, son más inquisitivos respecto de cualquier norma; eso hace que muchas veces se les vea como desafiándolas, cuando en el fondo esperan razones.

Es así como Paulina Sandoval (35) se ha pillado haciendo tratos con sus hijos de 5 y 3 años para que se levanten, se vistan, coman o se duerman. ¡Agotador!
En este cambio no sólo ha tenido influencia la visión de la sicología infantil, sino también la internalización que la sociedad ha logrado respecto de los Derechos del Niño, afirma la sicóloga de Unicef, Soledad Larraín.

Es como si supieran de memoria el N° 6 del decálogo: "El niño tendrá derecho a la libertad de expresión".

En la casa de Raimundo Fritz (8), priman las negociaciones, y el computador es uno de los elementos transables. "Juego en el PC dependiendo del día. De viernes a domingo puedo ocupar el computador para chatear y jugar. De lunes a jueves sólo para hacer tareas". Con la tele, también respeta algunos acuerdos.

Los nuevos roles también influyen, agrega Isidora Mena. "Ambos padres trabajan, tienen menos horas para estar con los hijos y, por ende, están menos dispuestos a pelear en el poco tiempo que les queda".

Chicos digitales

El segundo pilar que sostiene a los niños se llama tecnología. A sus 5 años, Camilo Ibarra navega, juega en línea con adultos e instala sus programas, aunque no sabe leer ni escribir. De a poco ya demuestra que es todo un "nativo digital", miembro absoluto de una sociedad tecnologizada, donde se imponen los estímulos que cambian continuamente, mensajes cortos y al grano.

"Sin computadores, habría menos formas de comunicarse y habría que buscar tareas en libros. Sería más fome", dice Florencia Olmos (9). Cristóbal Elgueta (11) es lapidario: "Los niños no pueden vivir sin internet".

Los locos bajitos del siglo XXI serán mucho más sintéticos, más activos, rápidos, impulsivos.
¿Mucho más independientes?
"Sí y no", responden las expertas. Mientras los niños de hoy han ganado terreno en poder decidir sobre su ropa, la comida o las aficiones que quieren desarrollar, han ido perdiendo algunas otras libertades. Principalmente, de movilidad. Impensable resulta para muchos irse solos al colegio o salir a comprar pan a los 7 años.

¿Cuál es el riesgo? "Que hay muchas cosas en la realidad que requieren de una segunda mirada y los niños podrían perder esa capacidad de contemplación", agrega Isidora Mena.

Esta forma nueva de aprendizaje complica a los adultos, porque da la sensación de que se latean con nosotros.

De ahí que el desafío presente sea grande: crear un puente entre el estilo y lenguaje de los adultos con el de los nuevos tiempos. "Cuando se producen problemas de comunicación intergeneracional, queda capital cultural sin transmitir", añade la especialista.

Conectados con la realidad. "Son como viejos chicos", "las 'cachan' todas", "saben más que uno". ¿Qué papá no lo ha dicho de su hijo?

Florencia, por ejemplo, está pendiente de los astronautas del Discovery..., "aunque tengo fe de que van a volver bien".

A Cristóbal, en tanto, le ha impactado "cómo los terremotos pueden producir todas esas cosas". Raimundo sigue prefiriendo los segmentos deportivos en la TV, pero no deja de sorprenderse "con lo que cuestan algunas cosas".

Los medios de comunicación han ido destapando temas otrora "tabú" -delincuencia, pedofilia, derechos humanos, sexualidad, etc.-, en tanto los chicos se la pasan frente a la pantalla.

Según un estudio de Adimark dado a conocer en el foro "La suciedad a través del juego: ¿Es parte del desarrollo?", organizado por Unilever, la actividad cotidiana que más realizan los niños es ver TV (88%).

En paralelo, ahora que las relaciones se plantean con mayor igualdad, se ha dejado de ver a los hijos como seres intocables, protegidos de ciertos temas, comenta Soledad Larraín. Lógico y válido le parece entonces que surjan preguntas del estilo "¿por qué dos personas del mismo sexo viven juntas?".

Si los menores hoy son más realistas es también por la actitud paterna, agrega Isidora Mena. Se vive cada vez más estresado, pero a la vez más consciente de la dedicación que requieren los niños. Por eso, los adultos se ven complicados con la crianza, autocríticos e inseguros de si lo están haciendo bien.

Algunos chicos entienden a sus padres -y hasta empatizan sintiéndose un poco atribulados con la falta de tiempo, de dinero o de trabajo-; otros aprenden a manipular. Pero todos tienen mucho más presente que la vida para los padres es compleja.



EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?