Este año cumple veinte años de egresado del Colegio Alemán de Santiago – nació el 24 de octubre de 1967-, donde estudió siempre. Entre sus actividades, se ha dado el tiempo para organizar la comida que juntará a los compañeros de curso.
A propósito de eso, cuenta que el periodismo no aparecía entre las carreras que nombraba su biografía de IV Medio; la odontología, la arquitectura y el derecho eran las profesiones que más le llamaban la atención. Postuló a leyes, pero, finalmente se decidió por el periodismo en la Pontificia Universidad Católica, porque englobaba un poco de cada cosa que le gustaba.
Era buen alumno, pero le bastaba tener notas aceptables, porque priorizaba participar de cuanta actividad se organizara, tanto en el colegio, como en la universidad. En esta última estuvo a punto de ser expulsado, pues reprobó dos veces un ramo de Historia con René Millar ("a quien todavía recuerdo con mucho cariño").
Dice que si estudiaba, le iba, en general, bien, "pero prefería estar metido en las actividades de la semana universitaria; el hacer vida de universidad, conocer gente de diferentes posiciones, de distintas inquietudes, de diferentes carreras, de diferentes realidades; eso a mí me sigue marcando mucho".
-Un gran plus para ser periodista.
"De todas maneras. Hoy, cuando entrevisto, muchas veces me toca estar con gente que conocí de blue jeans y polera, más de alguno en una barricada (se ríe). Son experiencias que se van sumando y uno, a la larga, agradece".
-¿Te resulta más fácil conducir solo o en pareja?
"En pareja. Yo siempre digo que uno no es monedita de oro, no tiene por qué ser del gusto de toda la gente; el tener una dupla –como Mónica Pérez, que es una excelente profesional- siempre va a ser un aporte. Yo prefiero el compartir, el poder dialogar en la mesa de conducción. Fue una experiencia que ha tenido mucho éxito en la mañana y que desde hace unas semanas hemos replicado en la tarde.
"En la medida en que lo que uno hace con cariño, que le gusta, es bien recibido por la gente, en términos de audiencia, entonces, uno lo hace con mucho gusto".
-¿Siguen teniendo la audiencia más alta de la mañana?
"En las mañanas nos va muy bien, somos líderes en audiencia. El año pasado los canales irrumpieron con una apuesta distinta a la mera entrega de noticias, que terminan entregando, no sé, recetas, en la mañana. Son una alternativa distinta a la que estamos acostumbrados y ganaron terreno, pero con el tiempo hemos vuelto a posicionarnos; al mediodía también nos está yendo muy bien".
Explica que, naturalmente, esto oscila: en el informativo central está mucho más marcado el tema del rating que les deja la teleserie y en 'Medianoche', depende mucho de la hora a la que va, del programa que lo antecede. "En la mañana y al mediodía, lo que me gusta es que uno está compitiendo, más menos, con productos similares".
-¿Se siente algún tipo de presión por trabajar en el canal del Estado?
"No, no. Además de todas mis actividades, participo de la 'Entrevista del domingo', que es fundamentalmente de política y economía y a la que resolvemos a quien invitar y qué conversar con el director de prensa y el editor general. Hay gente que dice que no me cree, pero la experiencia que he tenido en diez años en TVN, es que nunca he tenido una presión de mis jefes o de la dirección. Es más, más de algún roce he tenido y, en alguna oportunidad, una autoridad ha encontrado una pregunta irrespetuosa, pero yo nunca he tenido ni un veto ni una censura, ni en lo personal ni en lo profesional. Desde ese punto de vista, me siento trabajando con total independencia.
"Cada cierto tiempo se dan debates en radios o diarios, sobre presiones aquí o allá, pero yo te quiero ser bien sincero: no las he sentido y créeme que he trabajado con peces bastante gordos en materia política y económica, en este tiempo".
-¿Cómo manejas la cercanía con la gente?
"Es muy divertido… yo estudié periodismo no para ser famoso y uno se sorprende de que la gente sea, habitualmente, muy cariñosa. Hay otros que te tiran pesadeces o comentarios fuera de lugar, pero a la larga hay que acostumbrarse; no sólo uno, sino mi señora, los niños, a que te reconozcan, se te acerquen y hasta te pidan autógrafos.
"Es raro, porque el tema de las noticias genera una cierta distancia: te ven de lejos, comentan, pero son muy pocos los que se acercan, a diferencia de otras áreas del canal. Me pasó que cuando participé en el programa misceláneo durante el último mundial de fútbol, la gente como que agarra confianza y ahí sí que se te acerca, te comentan y opinan".
