La música lounge y la luz tenue copan el ambiente y agarran desprevenido a quienes descienden al subterráneo-restaurante.
Los comensales, inquietos y ansiosos, comienzan a llegar desde las 21:00 a un local del centro gastronómico BordeRío. Todos superan los 30 y sólo algunos rebasan los 40 años. Son profesionales, tienen buenos sueldos y, aseguran, el matrimonio no figura en su futuro cercano. La mayoría ha privilegiado estudios, viajes y gustos caros, en lugar de la familia propia.
No los congregan los seis tenedores -de un máximo de siete- que la revista Wikén entregó al local, sino conocer gente que comparta sus intereses. Sí, es un encuentro de los llamados "singletons" (grupo de solteros).
Mientras casi todos llegan con actitud recelosa y parapetados en un grupo, uno entra solo. "Si la idea es conocer gente nueva, ¿por qué iría acompañado?", opina Ricardo, un italiano avecindado desde hace tres años en Chile. "Los demás andan un poco tímidos, por eso van con amigos", señala seguro.
Su soltería no es extraña. Entre 1992 y 2002 las parejas que dan el sí en el altar cayeron en un 40% en el país.
Mucho se ha hablado del fenómeno, pero hasta ahora no existía una instancia para que se conocieran y compartieran inquietudes. Hasta ahora. Así, a mediados del mes de abril, vio la luz "Singles Night" (Noche de Solteros).
Puro orgullo
Sobre una pared proyectan fragmentos de "Top Gun", "Cuando Harry conoció a Sally" y "Star Wars", entre otras películas de los años '80.
En algunos comensales se nota una cierta producción, otros, se ven recién salidos del trabajo. Pero todos visten bien y se dan importancia.
Cuatro tandas de appetizers (bocadillos) de comida mediterránea, hindú y tailandesa formaban el picante, aromático y afrodisíaco menú.
Oído, vista, gusto y olfato eran estimulados. ¿Y qué pasa con el tacto? "Eso queda para que lo exploren ellos", responde Paola Carvallo, productora del encuentro y, según dice, 100% singleton.
Tras uno de sus viajes notó que en Chile no existía un lugar específico para conocer personas en su misma parada. Sitios web y avisos para solteros hay muchos, pero no apuntaban a este segmento.
"Nuestro público no es gente que tenga apuro en casarse o en encontrar pareja. Son los solteros orgullosos de serlo", dice Paola. En eso coincide la mayoría de los comensales presentes en la fiesta.
Primera vez
"Fue una buena oportunidad para conocer gente, no obstante la timidez de los chilenos", opina Ricardo. Su facilidad para hacer amistades le significó varios teléfonos nuevos y una invitación a un asado. Pese a vivir cuatro años en Nueva York, cuando estas fiestas eran la moda, para él ésta fue la primera.
Sin embargo, no todos vieron lo mismo.
"Sentí muchas miradas de gente que no estaba en la misma parada", cuenta Marilú, otra asistente al encuentro. "Algunos tenían una actitud de 'igual vine, pero no sé si encuentre algo, no me gusta ninguna, no cumplen mis expectativas'", ejemplifica.
Este encuentro fue el primero "made in Chile" -aunque el año pasado hubo uno, pero para un grupo de alrededor de 10 personas-, y se notó. "Uno igual va con un poco de temor, con prejuicios como del tipo 'van a pensar que soy de tal manera'. Aún me queda ese chilenismo", indica Marilú.
Ella conocía estas fiestas en Inglaterra, donde estudió dos años. "Los solteros ingleses tienen los mismos rollos que los chilenos", señala. Las diferencias, dice, pasan por acostumbrarse a la dinámica. Mientras acá los solteros todavía sondean la tierra que pisan, los británicos conocían el camino de memoria. "Allá los solteros estaban preparados e iban a la lucha. Acá aún estamos cohibidos", cuenta.
La timidez nacional tendría poca cabida en otras "Single Night" internacionales. Como el Speed Dating (Citas Veloces), modalidad surgida en EE.UU. y adaptada con éxito por los españoles. Hay que conversar durante siete minutos con siete personas distintas. "Con el tercer chico ya estaba más relajada", cuenta una asistente a esas fiestas que plasmó su experiencia en el sitio web de la empresa organizadora.
Se trata de encuentros nocturnos en locales con estilo y que apuntan al mismo blanco: treintones con poco tiempo libre y dispuestos a pagar unos 25 mil pesos por la velada.
"Después de la cita me conecté al sitio y escogí a quienes quería volver a ver", cuenta. Al día siguiente, en su mail encontró la lista de gente que la seleccionó.
No solterones
Marcelo, un asistente a nuestra versión criolla de fiesta para solteros, no tiene ningún problema con los prejuicios. "Estoy soltero porque quiero. Mis amigos están casi todos casados o con pareja, así es que es bueno tener una instancia para poder conocer gente con tus mismas inquietudes e intereses", señala, optimista.
Cree que los temores desaparecerán con los eventos venideros. Se inscribió para la segunda fiesta y hace poco se reunió con un grupo de personas que acudieron a la primera velada.
"Somos solteros, no solterones", especifica otra singleton.
Son cerca de las 02:00 y todos se han retirado. Algunos intercambian teléfonos. "Quizás de acá no salgan parejas, pero sí conocerán a más gente, que a su vez tienen otras amistades, y quizás por ahí surja algo", concluye Paola Carvallo.
Los asistentes a esta primera fiesta singleton quedaron muy satisfechos, según cuenta Paola Carvallo, dueña de la productora "You have a Date" que organiza los encuentros. Esto le dio el pie para que calendarizara un encuentro mensual durante todo este año. Durante la próxima velada será el lanzamiento oficial de "Singles Night" y los organizadores pretenden convertirla en la institución de los singleton por excelencia Paola asegura que para sus eventos no importó ideas de ningún país. "Traté de que resultara lo más espontáneo y fluido posible", explica.
"La idea es que la gente se siga juntando y que lleven más amigos", cuenta Paola.
