EMOLTV

Pasión por la cerveza

Emprendedores se atrevieron a entrar al archi- industrializado mercado de la cerveza con productos artesanales de calidad Premium. Y se quieren quedar con el 5% de la torta. Antes van a tener que conquistar los paladares de los chilenos, aún no acostumbrados al sabor original de la cebada malteada.

12 de Marzo de 2007 | 10:10 |
imagen
Cuando uno pide una cerveza en un pub, los mozos no pasan la carta. Para qué, si las opciones generalmente se reducen "nacional" o "importada".

Las más vendidas, Cristal, en el primer caso, y la mexicana Corona, en el segundo. Ambas cervezas industriales, ligeras, poco amargas, fáciles de tomar, que dejan más que satisfechos al 95% de los chilenos.

Pero, como sucedió con el vino - que hoy se pide por cepas, valles, mezclas- , existe un 5% del mercado que exige más que un simple schop.

Consumidores gourmet, de bolsillo más largo, que distinguen una "lager" de una "ale" y una "stout" (ver recuadro que aprecian el amargor y los aromas que entrega el lúpulo),
Dependiendo del tipo de levadura, resulta un estilo diferente
El estilo lager, es el más común en Chile y se genera tras una fermentación a baja temperatura (entre 8 y 12 grados), donde las levaduras fermentan y sedimentan al fondo de la cuba. Ello genera una cerveza más limpia, refrescante con sabores y aromas a cebada y lúpulo muy fáciles de digerir. La levadura casi no aporta aromas.
El estilo ale se obtiene de una fermentación a alta temperatura (entre 15 y 20 grados) y en la parte alta de la cuba. Las cervezas son mucho más intensas y frutosas. La levadura, además de producir alcohol y CO2, entrega aromas como plátano, manzana, durazno y miel.
La stout es una cerveza de color negro debido al uso de cebada tostada, la que aporta aromas y sabores a cacao, café tostado, ahumado, caramelo. También fermenta a alta temperatura en la parte de arriba de la cuba.
El lúpulo es una flor de la familia de la cannabis que entrega amargor y aromas que pueden variar (dependiendo del tipo de lúpulo) entre especiado, frutal y floral.
que no se asustan con la turbidez de una cerveza no filtrada y que la sirven en vaso, no muy helada y con una gruesa capa de cremosa espuma.

Esos amantes de la cerveza están de suerte. Porque un grupo de apasionados emprendedores están desarrollando el negocio de las micro cervecerías. Producciones artesanales a pequeña escala que están entrando con fuerza en los bares y restaurantes más in del país. Esos donde el mozo sí que ofrece la carta.

La punta de lanza en este nicho fue Kunstmann, micro cervecería valdiviana, hoy controlada por CCU. Ellos pavimentaron el camino para que, sólo en Santiago, aparecieran nombres como Kross, Capital, Oceanik y Die M.

Detrás de cada una de estas marcas hay hombres apasionados con un norte común: producir la mejor cerveza de Chile, y para los chilenos.


Todos para uno

Es tan chico el mercado aún, que los micro cerveceros no compiten entre ellos, sino que se sitúan en el espacio que queda entre las cervezas importadas - industriales- que llegan más caras a Chile y las tradicionales chilenas. Pero con un producto que, aseguran, supera en calidad a ambas categorías.

Ellos apuntan a un producto 100% natural, sin químicos, saborizantes ni estabilizantes, sólo usan cebada malteada como fuente de grano y no pasteurizan. Incluso hay quienes no filtran. Por ello la fecha de vencimiento es de unos pocos meses y generalmente no viajan bien.

Y mientras los micro cerveceros no sean competencia están dispuestos a ayudarse. Porque si uno de ellos saca al mercado un producto mediocre, salen todos perjudicados.


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?