La Tere (42) es la segunda de siete hermanos. Su familia es de Talca y su padre fue por años maestro mueblista, hasta que se jubiló. Si bien todos los hijos tuvieron la oportunidad de estudiar, incluso una de las mujeres comenzó párvulos, ninguno terminó sus estudios y abandonaron, la mayoría, antes de salir del colegio.
La razón, explica Ana Teresa Tapia, es que se pusieron a trabajar como temporeros y comenzaron a ganar plata, tal como le pasó a ella. Sus primeros años se desempeñó como nana puertas afuera, hasta que al final, su patrona y su familia la obligaron a decidirse.
“A mí y mi hermana se nos hizo más difícil porque éramos las mayores, pero no, no me arrepiento”, dice.
-¿Fue difícil venirte a los 17 a Santiago?
“Tengo que contar el por qué”.
-Si quieres.
“Yo estaba pololeando y me desilusioné así que llamé a mi hermana que ya estaba aquí”.
-¿Te viniste despechada?
(Lanza una carcajada) “Sí y me quedé”.
-¿Por qué no te casaste después, porque compinches tienes que haber tenido?
“Sí, tuve otros pololos como cuatro años después... lo que pasa es que soy muy exigente”.
-¿Y no querías tener hijos?
“Sí, hubo un tiempo, pero me colocaban condiciones y a mí no me gusta. Él quería, en primer lugar, que dejara de trabajar y, en segundo, que me fuera al sur. Yo venía arrancando del sur y él me quería enviar de nuevo para allá, noooooooo (se ríe)”.
En la Anecap sacó el título de peluquera porque piensa que algún día tendrá su propio local. Lo intentó hace un tiempo con otra compañera, pero el negocio no fructificó ya que la socia le exigía a ella poner toda la plata y después empezar a dividir las ganancias. “Le dije que no, que primero, antes de sacar las ganancias en mitad yo tenía que recuperar los 3 millones de pesos que iba a invertir, así que le dije que no”.
-¿Quieres dejar de ser empleada?
“Sí, no puedo decir que voy a estar en eso siempre. Yo sé que voy a echar de menos porque uno no se olvida de la noche a la mañana de las personas, pero... una vez, cuando dije que me quería retirar, uno de los lolos se me puso a llorar”
Por lo mismo, está terminando su enseñanza media (va en segundo recién), luego quiere hacer un nuevo curso intensivo de peluquería y después hacer uno de cosmetología.
-¿Qué te imaginas de Roma?
“Sólo lo que he visto en la tele, la verdad es que en lo único que pienso es en entrar al Vaticano y ver al Papa”.
-¿Te da miedo viajar en avión?
“No, yo pregunté quien me aseguraba todo y me dijeron el Estado y su Presidenta y yo confío en la Presidenta”.
-¿Te dieron una razón de porque te habían elegido?
“No, pero debe ser porque represento a la mujer trabajadora. Creo que reconocen lo que uno hace por la trabajadora chilena, yo trato de buscarles soluciones, no es que me quede aquí, voy al INP o a la Inspección... no fui a mi casa para el 18, me quedé a trabajar aquí. A veces le hago hasta de psicólogo, las escucho, terminamos llorando las dos, les doy consejos. Trato de ayudar y en la tarde me voy satisfecha de haber hecho algo bueno”.
