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“¡Yo no soy ni un delincuente ni un alcohólico!”

20 de Noviembre de 2007 | 09:44 |
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Aunque pocos lo sepan, Matías es publicista. Cuando egresó del Athletic Study Center, un colegio para deportistas, “no tenía idea qué hacer, estaba perdido y esa era la carrera de moda. Pero estoy agradecido de haber estudiado eso. Además, soy instructor de snowboard y, aunque he tenido que dejarlo un poco de lado, con esas dos cosas puedo vivir asegurado, porque lo de la tele es muy irregular”.

-¿Te sirvió de algo tu paso por la publicidad para tu carrera?
“Sí, me gusta la publicidad, es comunicación y el teatro también, entonces está todo súper ligado. Lo bueno es que empecé y me titulé en la Universidad del Pacífico, porque lo más importante es que hay que empezar los ciclos y terminarlos, eso me enseñó mi viejito. Mi papá me dijo no es por las lucas, ¡pero lo que empezai me lo terminai!. No repetí ni un ramo, me saqué la cresta y terminé. Trabajé un tiempo en eso pero la vida me empezó a llevar por otro camino y siempre supe que tenía cierto talento para este cuento”.

-Partiste haciendo comerciales, ¿eso te motivó para dedicarte al teatro?
“Sí, a los 18 me pillaron en un bar, me llamaron para castings, quedé en uno y dije ay que suerte, esto es chiripa. Después hice dos comerciales, tres, diez. Tenía la plata que no me podía imaginar a esa edad. Después me dije si puedo hacer esto, puedo hacer teatro también, le dije a mi viejo y me subí con él al escenario con un papel muy chico, daba jugo, era muy torpe pero igual después me llamaron de las teleseries. Estudié un año teatro en la escuela de Fernando González. Esta es una pega de oficio, hay que estar enamorado. Si hubiera sido más chico, la escuela hubiera sido mi salvación para superar de a poco todo, en cambio yo me fui a la guerra al tiro. Pero no desmerezco como lo he hecho porque siempre he estado muy comprometido y ligado, ya sea arriba o abajo del escenario. Las campañas publicitarias de las obras las hago yo, entonces la publicidad no es algo que pasó por mi vida”.

- ¿Es verdad que la primera vez que te subiste a un escenario fue sólo para superar tus miedos?
“Como terapia. Era chico y había terminado con mi primera polola, mi primera vez de todo y duramos seis años. Soy súper hiperkinético y me quedó un hueco libre y justo mi viejo estaba montando el show "Hasta aquí no más llegamos" y quise participar. Siempre tuve pánico escénico, en la U me llamaban adelante y yo tiritaba. A todos los cabros que dicen que eso no es para ellos, nada que ver. Les digo, súbanse igual, todas las cosas se superan y se aprenden a controlar. Y es un miedo tan rico porque aunque uno dé jugo arriba del escenario se siente una adrenalina súper fueeerte.
“Lo mismo cuando te pegai un salto en snowboard, se pasa miedo pero si lo saltas y caes parado, olvídate, es impagable. También arriba de un escenario, es muy extremo, yo creo que por eso me gusta tanto el teatro, porque es extremo”.

- ¿Y tu paso como notero de “SQP”?
“Ahí yo hablaba de las fiestas electrónicas que hacía y de deportes. No entraba en la farándula, jamás hablé ni opiné”.

- Te golpeó duro la farándula este año.
“Sí, pero lo hemos sabido manejar”.

- ¿Lo “hemos”?
“Es que siempre me vinculan con mi papá. Mi viejo siempre ha hecho noticia con cosas buenas y esas no son noticias para la farándula, ésta se caracteriza no por construir sino que por destruir a las personas. Me da pena todo esto porque no es el ejemplo que he recibido en mi familia, por lo que hecho noticia, he hecho cosas buenas pero eso no es noticia. Lamentablemente hice noticia por un condoro que me mandé hace 10 años atrás y estoy pagando ese condoro de adolescente ahora, a los 28, y a muchos les debe haber pasado, no es que lo justifique, pero me complica. No es lo que me enseñaron y fue algo que no manejé no más. Siempre fui discreto, jamás he salido opinando estupideces, entonces que digan lo que quieran, pero la verdad la tengo yo”.

- A él también le afecta en un sentido práctico.
“Uuff, sí sobre todo para mi viejo es una complicación porque él vive del teatro y tuvimos que parar las funciones porque mi futuro es incierto. A la persona más incondicional que tengo está en la cuerda floja por mi culpa, imagínate cómo tengo al canal, a mi compañía. Podrían haber matado a mi personaje en la teleserie, pero al contrario está con más historias”.

-¿Qué crees que pensará la gente de ti después de todo esto?
“Quizás porque aún soy joven no escucho todo lo que debería escuchar pero soy súper leal y la imagen que tiene la gente de mí no soy yo. Yo sé que deben pensar que soy un delincuente, curado, chascón, casi roquero pero no es así”.

- ¿Cómo te defiendes?
“Es que aún no hay nada claro y ya salió la noticia, entonces cómo me defiendo. Esto es como una bola de nieve, que si le sigues dando de comer sigue creciendo y eso no me interesa. A la farándula trato de tenerla bien lejos y sólo trato de ser simpático y reírme de lo que pasa, pero no entrar en cosas tan personales. Si tienen que decir algo que sean los que no me conocen, los que están afuera, por eso se llaman opinólogos. La opinología no tiene nada de verdad. Imagínate, yo puedo opinar que fulanito es un tal por cual y listo”.

- ¿La justicia es más dura con los de la tele?
“Sí, no es justo que las personas que son conocidas paguen un precio ejemplificador. No soy delincuente, no ando robando ni matando. No sé cómo manejan los criterios. Lo que me pasó a mí es excesivo, tengo una condena superior a un cabro que ha matado y reincidió, y yo no reincidí. Lo mío fue una presunción cuando tenía 20 estaba curado afuera de mi auto pero no manejado y a los 18 años sí me pillaron manejado en estado de ebriedad pero ¡saliendo de un matrimonio! No estaba atropellando a nadie, ni choqué ni con un gato y estoy condenado a un año de reclusión nocturna. Sobre todo si se mira el tiempo que ha transcurrido yo no he cometido ni una falta porque no soy un alcohólico”.

- ¿Qué es lo último que ha pasado con tu caso, querían apelar?
“Todavía estamos en dimes y diretes, estoy más encargado de trabajar que de preocuparme por eso, pero ha sido complicado. Está todo stand by y me duele. Por qué los delincuentes siguen delinquiendo, porque no sirve de nada portarse bien o reincidir, porque la condena es igual o peor si dejas una cagada. Yo estoy condenado a un año y hay unos que matan y los sueltan al día siguiente”.

- ¿Qué sería justo para ti?
“No soy abogado ni juez, sólo me llama la atención porque uno ve las noticias y hay tanta cosa... Yo quiero que mi caso se revise, no sé cuáles son los pasos, estoy buscando cualquier mecanismo para que mi caso sea reevaluado. No es que no quiera pagar pero a los 18 cumplí firmando todos los meses y a los 20 no debo cumplir si yo no iba manejando. Entonces, si tengo alguna sanción, que sea justa, no desmedida. Sobre todo porque me afecta en muchas cosas. Esta es una sanción para reinsertar a la gente en la sociedad, para que en el día puedan trabajar y en la noche castigaditos, pero a mí no me están reinsertando porque yo salgo del canal y me voy al teatro, trabajo de noche. No sé si la justicia es igual para todos”.

- Y te llega ahora, en tu mejor momento...
“Ha sido todo muy vertiginoso y esto me cae justo ahora y no me siento orgulloso para nada, me da mucha pena por mi mamá, que su niño… es un problema para todos” (dice notoriamente aquejado).

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