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La mujer que soy

En el artículo anterior entregamos las nueve categorías en las que podían clasificarse a los hombres chilenos y entre los que se encontraban los metrosexuales y hombres alfa.

22 de Febrero de 2008 | 13:34 |
Las mujeres no son las mismas de hace veinte años. Los estudios y el entorno demuestran que ya no son necesarias las grandes manifestaciones feministas del siglo XX para que el mundo sepa que ellas existen y que conocen sus derechos. Ése es un pasado ya asumido en la mentalidad de presidentas, empresarias, micreras, amas de casa y obreras de la construcción que conviven en este país.

Sin embargo, es difícil encontrar clasificaciones de tipos de mujeres contemporáneas que no correspondan a calificativos machistas o más bien sexistas, como la mujer motosierra o la mujer Excel, que dicen que hace muchas cosas, pero sólo se utiliza para la operación básica.

Por suerte, los estudios de mercado y la misma historia social han elaborado términos algo más complejos y humanos que los calificativos sexistas que repletan los mail masivos de la oficina.

He aquí una pequeña lista de la mujer de hoy:

Las singleton: Es la más representativa de este siglo. Es treintona, soltera, fuma y le gusta vestir a la moda. Emprendedora en su carrera, se ha gastado cada peso que ganó en ropa de moda y en las últimas vacaciones a Tahiti. Son el principal punto de mira de los estudios de mercado, ya que sus ingresos mensuales los emplea en artículos como ropa, productos de belleza y decoración de su departamento.

Son cosmopolitas y asiduas a la buena mesa, pero se cuidan porque saben que su imagen vale mucho. Se identifican con Carrie Bradshaw, de “Sex and the City”, y Bridget Jones. Afectadas por la inmadurez emocional masculina, en el fondo de su corazón, un diamante sobre oro blanco brilla con esperanza. Suele encontrarse, después de su trabajo, en algún bar de moda, disfrutando de un happy hour con sus amigas, que también son singleton, porque las que tienen pareja suelen considerarse como que “han pasado a mejor vida”.

Las happy boomers: su término proviene de la expresión inglesa “baby boomers”, que se refiere a la generación de personas nacidas tras la Segunda Guerra Mundial, entre el período de 1946 y 1964. El que estas mujeres sean hoy “happy” se resume en la manera favorable con que han asumido el paso de los años. Han superado la barrera de los 45 y aseguran que se ven y sienten mejor que a los veinte, porque la madurez les ha traído sabiduría y cierto encanto que de joven carecían. Pero son conscientes de que la física y la regeneración molecular les han declarado la guerra a su aspecto, y por eso han decidido aliarse con los productos antiedad más caros de la sección de belleza de la tienda.

Una happy boomer cree a ojos cerrados que Jane Fonda se ve así, a sus sesenta y tantos, porque ocupa la Age Perfect Pro-Calcium. Sharon Stone y Kim Basinger son sus modelos a seguir. Es posible verlas a eso de las 11 a.m. de una mañana soleada, tomando un jugo natural con un sombrero de ala ancha, muy ancha.

Las home divas: nacieron de un estudio hecho en Estados Unidos e Inglaterra, que demostró que más del 60% de las encuestadas se sentían felices de permanecer en sus casas y de mantenerlas bonitas y acogedoras. Es por esto que es una devoradora de canales del cable, como Casa Club y Utilísima. El Discovery Home & Health es una biblia en cuidado y crianza de los hijos. Sabe bordar, hacer mosaicos y tiene alguno que otro conocimiento de pintura. Sus obras suelen exponerse, orgullosas, en sectores estratégicamente transitados del hogar.

Pero todo esto no quiere decir que sean sólo dueñas de hogar. Ella trabaja, sólo que lo hace medio tiempo y desde la comodidad de su casa-templo, gracias a la tecnología actual. Generalmente, se encuentra sentada en un sillón, bordando o tejiendo, frente a la tele y al lado de un canasto de mimbre del que salen hilos y lanas multicolores. Los chalecos anchos son su atuendo más común. La millonaria estadounidense Martha Stewart, con sus libros y programas de TV sobre comida y entretenimiento hogareño, representa a una home diva en todo su esplendor.

La mamá 4x4: sus hijos son la razón de su vida. Su gran herramienta es su jeep, con el que diariamente corre la maratón que significa transportar a sus hijos al colegio, ir al gimnasio, luego al supermercado y estar a tiempo para ver la teleserie brasileña de las tres de la tarde. Es experta en diseño de vestuario, en cuanto se refiere a disfraces para los actos de fin de año y qué decir de la maestría que tiene en bastas de jumper.

Suele verse dentro de su todo terreno, estacionado al frente de las puertas del colegio de sus hijos, hablando por celular y vestida con su uniforme de trabajo diario: un buzo.

La señora Juanita: su creador fue el ex Presidente Ricardo Lagos. Es la dueña de casa chilena promedio, a la que en teoría van dirigidos los discursos de las autoridades, pero por alguna extraña razón, ni ella ni su familia han podido disfrutar de las mejoras sociales que esos textos mencionan. De manos gruesas, ha sabido luchar contra viento y marea para sacar a los suyos adelante y se las ingenia día a día por tenerlos a todos felices. Es por eso que se ha ganado el respeto de la sociedad.

La abuela de Tunick: es vieja. Y es chora. Su ícono es María Cristina Fuentes, la señora, ahora de 77 años, que en el 2002 participó en el desnudo masivo que el fotógrafo Spencer Tunick organizó en Santiago. Este tipo de mujeres suelen ser la partner del nieto adolescente, que a la hora de pedir permiso se apoya en su abuelita para convencer a los papás de que lo dejen ir a la fiesta, mientras la señora está desde atrás pidiéndoles que “no sean malos con el niño”.

Ella quedó viuda hace años, o fue una de las pocas que se atrevieron a separarse del marido, en una época en que hacerlo significaba la deshonra. Las actrices Liliana Ross y Delfina Guzmán son del tipo abuela de Tunick.

Algunos creen que está gagá, pero lo único que quiere es ser libre y feliz. Antes del mediodía, se la ve -en ciertos grupos sociales- aprovechando las clases de baile entretenido que el alcalde puso gratuitamente para los de la tercera edad -y en otros- en clases de pintura o historia. Pololea con un viudo que conoció en el viaje que organizó su comuna a Bariloche o arma tours a Europa con sus amigas, según sea el caso.

La novia en potencia: es el tipo de mujer que las singleton dejaron de llamar para ir al happy hour, porque la odian. No se avergüenza de andar con el traje de novia en la cartera, y se ha esmerado a lo largo de su vida en aprender las mejores recetas de cocina, en saber que los puños y el cuello se planchan antes que el resto de la camisa y que si una le pega un pedazo ensalivado de hilo en la frente, a la guagua se le pasa el hipo. Estudió por compromiso, porque su verdadera vocación está en la casa. Es posible que más adelante evolucione a mamá 4x4.

Le gusta ir a la iglesia, el escenario del fin de sus días de espera y del comienzo del resto de su vida. A veces la pillan frente al espejo, ensayando los gestos que hará con sus ojos cuando diga “acepto”.
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