EMOLTV

¿Desechar o reparar?

09 de Mayo de 2008 | 09:16 |
imagen
Recuerdo la plancha pesada y de cordón negro que había en mi casa durante mi infancia. Iba y venía desde la casa del señor Villablanca, encargado de repararla.

Como no había otra, nos enojaba su desperfecto, lamentábamos su ausencia, esperábamos su arreglo y finalmente celebrábamos su llegada.

Hoy, la plancha deja de funcionar, dura poco el enojo, se deja en la basura, rápidamente se compra una nueva y asunto resuelto; pareciera que ya no tenemos tiempo para lamentar, buscar una forma de reparar y esperar el regreso.

El problema es que no es sólo la plancha, sino también los juguetes de los niños, los muebles, los libros, los lápices. También las relaciones.

El día se mueve tan rápido que frente a la pena de un niño por la pérdida del juguete o por la muerte de la mascota, lo más fácil y rápido es reponerlo con uno nuevo. Acompañar al niño que lamenta el juguete roto, pensando juntos una forma de pegarlo, buscando a alguien que sepa repararlo o incluso encontrándole otra función, es mostrarle el valor de las cosas, del cuidado y la reparación. El valor de tolerar grados de la propia frustración permite recrear lo existente, manteniendo los vínculos.

Si no nos detenemos y otorgamos oportunidades para formar estos valores, no podemos espantarnos por las relaciones desechables que solemos observar: "Dejaste de satisfacer mis necesidades... Hasta aquí no más llegamos".

Las convivencias humanas, para que perduren y podamos gozar los placeres y ventajas de relaciones largas y profundas, también requieren tiempos para enojarse, lamentar, buscar caminos de solución, trabajo y paciencia, de esta manera, cuando se dañan, pueden retomar su armonía y, luego, tiempo para celebrarlo.

Necesitamos aquietarnos en una sociedad de abundancia, donde sólo importa lo que es útil en el momento, y son tantas las novedades y la estimulación a cambiar lo viejo por lo nuevo.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?