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Sextresados

Es un círculo vicioso, en el que la falta de sexo produce estrés y la tensión inhibe el deseo sexual. Esforzarse por alejar la negatividad y darse tiempo para la intimidad puede traer beneficios “innumerables”, según los expertos.

03 de Octubre de 2008 | 09:30 |
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El estrés es tensión. La ansiedad se mezcla con diversos malestares producidos por nudos musculares, un colon irritado y la siempre mal bienvenida jaqueca. En ese estado, las posibilidades de disponerse mental y físicamente para la intimidad parece una idea lejana.

Pero la tensión no sólo es la causante de una vida sexual deficiente, sino que también puede ser su consecuencia. Así lo explicaron investigadores del Instituto de Psicología de la Universidad de Göttingen, Alemania, tras ver qué sucedía con 31.868 voluntarios hombres y mujeres.

Lo que descubrieron fue que el 36% de ellos y el 35% de ellas se vuelcan hacia las actividades laborales u otras obligaciones, sin permitirse el tiempo libre, con tal de olvidar sus frustraciones, dejando la vida sexual a un plano absolutamente relegado. De hecho, más de la mitad aseguró que mantenía relaciones sexuales, como mucho, una vez a la semana.

“Ese es el típico mal de Santiago”, dice la psicóloga y terapeuta sexual del Centro de Terapia del Comportamiento, Myrna Concha. “El trabajo, los largos tiempos de traslado desde ahí a la casa… Esto pasa en todas las clases sociales donde la misma intimidad se transforma en una rutina que mata todo”, asegura.

María Inés Zavala, terapeuta sexual, también coincide con el estudio alemán y con Concha, explicando que, entre otros males que puede traer al ser humano, el tener una vida sexual descuidada, se encuentran la baja de la autoestima y la desvalorización de sí mismo y de lo que le rodea.

Asimismo, Concha agrega a los aspectos negativos el problema que puede traer a una pareja el estrés y el mal humor que provoca la falta o poca frecuencia de actividad sexual satisfactoria, creándose “un círculo vicioso que puede hacer que los matrimonios terminen (…) La sexualidad es parte importantísima de la vida íntima, por eso cuando no existe o es decadente las cosas se complican”.


Ciento doce veces al año

Una mujer adulta, chilena, tiene 2,3 relaciones sexuales a la semana, 9,1 al mes y, misteriosamente, los hombres tienen 2,9 semanales y 11,7 mensuales, según “La sexualidad de los chilenos”, un estudio realizado en el año 2006 por la Fundación Futuro.

Los expertos siempre han preferido no entregar una cifra de “normalidad” para hablar de las veces que es recomendable tener relaciones sexuales. Sin embargo, es imposible no mirar para el lado, sobre todo si hay encuestas y ranking, como el “Informe Durex 2005”, donde, de 41 países, los chilenos ocuparon un nada despreciable 12° lugar en encuentros sexuales anuales, con una cantidad de 112.

Grecia fue el campeón, con 138 veces al año, mientras que los japoneses, con sus sólo 45 veces dentro de los largos 365 días del año, quedaron en el último lugar.

La media global, según el mismo informe, son unas 103 veces anuales, por lo que se podría decir con orgullo que los chilenos están por sobre la media. Sin embargo, de ellos, uno de cada cuatro dice estar estresado, como informan los datos del Ministerio de Salud.
¿Será suficiente la frecuencia sexual de los chilenos o, al menos, normal?

“La respuesta es muy simple: no hay nada normal. La sexualidad es entre dos y si el líbido de uno va en concordancia con el de la pareja, ambos pueden decidir tener una relación al mes, dos a la semana o incluso una cada quince días”, asegura Zavala.

Para Concha, el problema radica en la desgana con que se comienza a relacionar una persona con su vida sexual, a la que tiene olvidada por las distintas obligaciones que se ha autoimpuesto.

“Para que no haya estrés, el ser humano siempre tiene que estar en un movimiento positivo y con el sexo pasa lo mismo. Hay que buscar la novedad, el milagro maravilloso que es estirar la mano al despertar y encontrar a la persona amada, no dar eso por hecho”, dice la terapeuta, quien explica que los beneficios que otorga una vida sexual sana son “innumerables”. “Si hasta te mantiene más joven. Basta ver la cara de la gente enamorada”, dice.

Por su parte, Zavala asegura que “tener una buena sexualidad libera una serie de tensiones y, por lo tanto, se tiene una mejor calidad de vida. Porque la sexualidad significa un ejercicio, liberar endorfina, hay una renovación de las células, bajas de peso, mantienes una tonicidad muscular adecuada, una buena piel porque hay mejor oxigenación”.
Y claro, quita el estrés.
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