EMOLTV

Síncope de calor

Una abundante hidratación antes, durante y después de la competencia puede ayudar a prevenir la peligrosa hipertermia en los deportistas.

16 de Diciembre de 2008 | 10:11 |
imagen
La hipertermia, es decir, el exceso de temperatura corporal, más allá de los 40 grados Celsius, y sostenida en el tiempo, puede ser fatal en los deportistas.

Durante ejercicios extenuantes nuestro cuerpo produce enormes cantidades de calor que deben disiparse al medio ambiente para mantener su temperatura promedio de 37 grados Celsius. Muchas veces esto no es posible. La deshidratación, y el exceso de temperatura ambiental, sumados a la humedad, impiden que nuestro cuerpo pueda disipar eficientemente calor.

En un medio ambiente acuático esto es llevado al límite. Porque el agua conduce mucho más la temperatura. Ya en aguas sobre los 18 grados Celsius acecha la enfermedad por calor, con merma del rendimiento y diversos síntomas que pueden ir desde el dolor de cabeza a la pérdida de la conciencia con convulsiones...

Un deportista que no está acostumbrado al calor queda en estas condiciones "expuesto". Se trata de una especialidad de alto riesgo, donde las miradas de su entrenador y del equipo médico deben enfocarse todo el tiempo.

En el caso de una competencia que se da en condiciones críticas de calor, muchas veces se opta por la suspensión. De no ser posible, se aconseja una abundante hidratación antes, durante y después de la competencia, el uso de gorro blanco y de pantallas solares cuando se compite al aire libre.

El calor es un parámetro de enorme importancia al momento de competir, por aquellos pocos centímetros o segundos que hacen la diferencia al mermar el rendimiento deportivo. Y no sólo eso. Sabemos que en esfuerzos máximos un sobrecalentamiento puede tener graves consecuencias.

Las víctimas pueden ser atletas profesionales, aficionados e incluso los espectadores que disfrutan de un día más que soleado.

Sobre los 22 grados Celsius, y potenciada da por la humedad del aire, acecha una enfermedad por calor. Cuando las condiciones exceden los 30 grados Celsius y con un aire muy saturado de agua, con una humedad relativa del aire de un ochenta y más por ciento, acecha el colapso.

¿Por qué el calor disminuye nuestro rendimiento al punto de enfermar? ¿Es posible evitarlo?

Nuestro cuerpo disipa el calor excesivo a través de la piel. Por radiación, por convección y por conducción, si la temperatura ambiente es menor a la de la piel; y por evaporación del sudor si la temperatura ambiente es mayor a la de la piel. Por eso en ambientes saturados de humedad, el sudor ayuda poco a eliminar calor corporal. Y mucho menos en el agua cálida.

Durante el ejercicio aumenta el flujo de sangre a los músculos para satisfacer sus necesidades energéticas... y al mismo tiempo aumenta el flujo sanguíneo a la piel para disipar la producción aumentada de calor, todo esto a expensas de un aumento de la cantidad de sangre que bombea el corazón.

Nuestra capacidad para satisfacer las demandas energéticas del ejercicio y para perder calor puede ser sobrepasada y desequilibrarse en condiciones extremas, para cualquiera de los dos lados: rendimos menos y logramos disipar calor... o entramos en hipertermia.

La alta temperatura y la carga deportiva pueden confabularse malignamente, al punto de hacer insuficiente la capacidad cardíaca para mandar sangre a los músculos y a la piel; en fin, vulnerando la capacidad del sistema de adaptarse al ejercicio manteniendo su temperatura. En estas condiciones puede sobrevenir un colapso. Hidratación por vía venosa y medidas de enfriamiento en base a tinas de hielo o agua pueden salvar al atleta.

Pero el tratamiento será siempre un fracaso de la prevención a un síncope por calor.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?