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Descansar la piel

Tras el relajo de las vacaciones, las fiestas y trasnoche, los párpados están hinchados, hay resequedad, poros tapados por no quitarse el maquillaje y deterioro por el consumo extremo de alcohol y azúcar. Para devolverle la vitalidad a la piel, estos son los pasos a seguir.

10 de Marzo de 2009 | 08:50 |
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Paso 1: Desintoxicar

Pueden ser peelings o dermoabrasiones, realizados por cosmetólogas o médicos. Pero lo más sencillo es tener una rutina de limpieza todas las noches, para sacar el maquillaje y eliminar los efectos de la contaminación. Además, otras formas de desintoxicar la piel son: tomar mucha agua, porque ayuda a eliminar toxinas, y comer frutas y verduras.

Las aguas termales también tienen efectos desinflamatorios. Hay que considerar que si el maquillaje es de buena calidad, no debiera generar problemas. Por otra parte, la exfoliación una vez a la semana elimina las impurezas, devuelve la luminosidad, activa la circulación y mejora las arrugas superficiales.

Al momento de exfoliar, se debe hacer con movimientos circulares, con productos especiales para rostro y cuerpo.


Paso 2: Hidratar

El alcohol, los cigarros y el trasnoche resecan la piel, que naturalmente contiene un 70 por ciento de agua, y puede llegar a perder un litro diario en las mujeres mayores de 30.

Pero no sólo eso, el sol también es un agresor importante contra su salud. Por lo mismo, que las cremas hidratantes contengan, además, un FPS 30 es imprescindible. Mantener la piel hidratada es la mejor forma de lograr elasticidad y turgencia, pero también ayudan cuidados generales, como duchas no muy calientes ni muy largas, un jabón neutro y cremas con vitamina C, colágeno y elastina.

Además, es bueno tomar como mínimo dos litros de agua al día, llevar una dieta sana (disminuir el azúcar y la sal), con suficientes frutas y verduras.


Paso 3: Dormir

Aunque las horas de sueño perdidas no se recuperan nunca, dormir bien los días siguientes a las fiestas sí puede implicar un cambio importante en el estado de la piel. Lo que pasa es que, mientras dormimos, la piel vive un proceso intenso.

Se encuentra en un estado de regeneración, renovación y reparación, en el que un sueño profundo puede implicar una diferencia significativa. Claro que no guarda relación directa con la cantidad de horas de sueño (porque cada persona tiene necesidades diferentes), sino con la calidad. Con poder descansar.

Al dormir bien se relajan los músculos de la cara, lo que aumenta la elasticidad de la piel y la cantidad de colágeno. La falta de sueño y la fatiga, en cambio, producen tensiones musculares y pliegues de expresión, que llevan a despertar con ojeras y falta de vitalidad.


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