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¿Realmente existe una nueva masculinidad?

Los cambios son “tímidos” y solo se habla de ellos, sin llegar a acciones más concretas.

13 de Mayo de 2011 | 13:21 | Francisca Vargas V.
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El Mercurio

Machista, dominante, competitivo, agresivo, frío y de pocas palabras. ¿Eso significa ser hombre?


La pregunta es difícil de responder ni tampoco se puede generalizar, pero sutilmente se siente que algo está cambiando en el sexo opuesto.


La prueba, es que han aparecido en los últimos años colectivos de hombres que proponen nuevas masculinidades e identidades, menos agresivas y sobre todo, con equidad de género, es decir, con la idea de formar relaciones más igualitarias con las mujeres en todo sentido y lugar, en espacios públicos (trabajo, política) y privados (hogar, relaciones).


Devanir Da Silva, antropólogo social de la Universidad de Chile y miembro activo del Kolectivo Poroto afirma que su grupo posee integrantes a nivel nacional, y nacen desde la necesidad de reflexionar en torno a la propia identidad masculina.


 “Creemos que podemos ser distintos y construir una nueva masculinidad, visibilizando otras masculinidades que aporten a la concepción de género en la sociedad y que cambien ese pensamiento androcéntrico de concebir la realidad”, afirma.


La idea que los convoca es la promoción de masculinidades más autónomas, sensibles, equitativas y la generación de reflexiones personales no hegemónicas.


“Planteamos un discurso más político, donde nos sumamos a las demandas de los grupos de mujeres para generar una interacción más igualitaria. Reconocemos la diversidad sexual y nos interesa hablar sobre la paternidad, la relación con la madre de nuestros hijos, los mandatos en relación a nuestra sexualidad, la espiritualidad y el machismo en la religión”, comparte Claudio Pérez-García Cortés miembro del colectivo de Hombres de Valparaíso.


Sin embargo, en la práctica todavía estas renovadas y académicas intenciones sólo se quedan en el discurso y no tienen grandes frutos. A lo sumo, el cambio se estaría produciendo en la paternidad y solo en ciertos grupos en forma aislada.


En ese sentido, Francisco Aguayo, sicólogo PUC e investigador en Masculinidades (y Paternidades) y Director de EME, Masculinidades y Equidad de Género, afirma que hay tímidos avances y solo en ese aspecto.


“Lo que observamos en los últimos 20 años son cambios en las relaciones de identidades de género, por ejemplo, hay una mayor participación de los hombres en temáticas de paternidad pero todavía tenemos muchas parejas donde hay una distribución tradicional de los roles de género, la mujer al cuidado de los hijos y encargada de las labores domésticas y el hombre, proveedor”.


Esta visión sobre los roles sería una realidad generalizada e independiente a que existan matrimonios, donde ambos trabajan remuneradamente y comparten las tareas de cuidado de los hijos y el hogar. Aunque, sostiene, que en términos globales esa participación no llegaría a ser nunca igualitaria.


“Los datos de la investigación que estamos haciendo con Estudios IMAGES indican que la mayor carga de cuidados y labores seguiría estando en manos de las mujeres, y claro, los hombres aseguran que participan, pero ellas dicen que su participación es menor a lo que ellos afirman”.

Una nueva masculinidad

Aunque el experto en masculinidades y equidad de género no comparte la idea de que exista realmente una nueva masculinidad, piensa que si existiera, tendría que incluir actitudes más igualitarias con las mujeres.


“Los hombres deberían compartir co-responsablemente las tareas de cuidado y crianza de los hijos; compartir las tareas domésticas y no ejercer violencia hacia ellas u otros hombres diferentes”, sostiene.


Este equilibrio en las labores diarias –continúa– habría que trasladarlo también al trabajo o los espacios públicos y “compartir puestos de poder en la empresa privada y en el mundo público, igualar el trabajo remunerado y las posiciones importantes en el mundo de la política, donde se ve que hay fuertes barreras para que las mujeres participen en el poder político”.


Sobre su expresividad, dice que es el asunto menos determinante, pues le preocupa más el tema de salud de los hombres, “ellos no están abiertos a consultar médicamente sobre sus dolencias físicas o mentales cuando están alejados de sus hijos en las separaciones o se sienten sobre responsabilizados por proveer a sus familias. Esa una carga similar a la que sienten las mujeres sobre el cuidado de las hijos y las labores del hogar”.


Sin duda ser hombre proveedor, vigoroso, luchador, valiente, protector, fuerte, viril, guapo y buen amante no debe ser fácil, pero compartir la vida con otra persona y aceptar las diferencias es el principio de un gran y equilibrado cambio, donde esta idea de masculinidad puede ser más flexible, amable y hasta menos auto exigida.





Para hablar sobre Masculinidades y Salud, EME/CulturaSalud ha organizado un encuentro internacional, el próximo lunes 23 de mayo de 18 a 21 hrs. en el Café Literario de Providencia. Inscripciones y consultas en: coloquios@eme.cl


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