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Celebrar el Día del Niño sin regalos sí es posible

Clave es el valor y la importancia que le dé la familia a la fecha.

05 de Agosto de 2011 | 16:45 | Por M.Francisca Prieto, Emol
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Viviana Morales, El Mercurio
Después de su cumpleaños y Navidad, el Día del Niño es una de las festividades más importantes para los más chicos, ya que significa una oportunidad más en el año para recibir regalos. Por lo general se celebra el primer fin de semana de agosto, pero desde varias semanas antes la industria juguetera se encarga de recordar a los padres que la fecha se acerca, bombardeándolos con catálogos y propaganda televisiva. Así, es imposible hacerse los desentendidos.

Se trata de una festividad relativamente nueva, que ha sido introducida desde la publicidad y el marketing, según explica Carmen Gutiérrez, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico. Por esta razón, agrega la especialista, resulta imposible negar la existencia de una "presión social que le confiere un valor en sí mismo a esta fecha".

"Los padres no son ajenos a esta presión social, ello sumado al ritmo de vida vertiginosa, presiones laborales, contribuyen a hacer de los padres presa fácil del sentido de obligación y de culpa, por lo que dar un regalo a los niños los puede liberar de ella y conferirles la tranquilidad de cumplir", sostiene Gutiérrez.

Una actitud que para algunos puede ser algo cómoda, pero no por ello descalificable. "Hay papás que son cómodos, tú no puedes inculcarles cosas que no van con ellos. Si los papás son cómodos y eso (dar regalos) les acomoda, bien. Yo creo que está dentro del espectro, del abanico de las decisiones en la vida", afirma Oriana Valverde, sicóloga infanto-juvenil y directora del Colegio de Sicólogos.

Pero, ¿es posible celebrar el Día del Niño sin caer en el juego del consumismo? Ambas expertas coinciden en que la clave está en el valor y la importancia que la familia le otorgue a la festividad. En este sentido, Valverde sostiene que el camino a seguir va por el lado de apreciar la fecha desde el punto de vista del cariño, del amor y de la entrega. De esta manera, salir a festejar o hacerle un regalo pasa a ser un accesorio y no el fin en sí mismo.

"Hay que darle otro enfoque, otro prisma", señala la sicóloga, eso sí con cierto grado de consistencia, es decir, no afirmar que en el Día del Niño no se va a consumir, pero el resto del año la familia consume con desenfreno. Si es así, "el niño va a captar un doble mensaje", asegura.

La duda que queda es si los niños van a valorar de la misma manera esa otra forma de ver su día. "Le van a dar el mismo valor, porque todavía son chicos, muy plásticos y muy supeditados a la familia. No pasa lo mismo con los adolescentes, que son más cuestionadores y más críticos", afirma Oriana Valverde.

Carmen Gutiérrez tiene un punto de vista un poco diferente. "Claramente un niño que no reciba regalos puede experimentar frustración por comparación. Lo más relevante es cómo maneje esa frustración", opina.

Se oye fácil, pero hay que considerar el impacto que tiene la publicidad sobre los más chicos, algo en contra de lo cual los padres deben luchar... o tal vez no. Según la directora del Colegio de Sicólogos, no es necesario considerar a la propaganda como un enemigo, sino que es mejor aliarse con ella, pero evitando caer en su juego. "En el fondo es una opción, tú lo tomas o lo dejas", dice y agrega que eso mismo hay que traspasárselo a los niños.

"Lo importante es enseñarle al niño a elegir. Él va a tener muchas opciones, y lo importante es lo que él elija en conciencia y según los valores que uno le transmite. Tampoco hay que renegar de las cosas en la vida, pero yo creo que hay que tomarlas en su justa medida, en forma equilibrada", concluye.

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