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Claudia Moreno: La titánica labor de generar conciencia de reciclaje en los chilenos

Creadora de la empresa Tricicla, que recicla desechos a domicilio, asegura que los chilenos no tienen conciencia que deben pagar por el retiro de su basura. También cree fundamental que las empresas asuman su responsabilidad medioambiental.

01 de Septiembre de 2011 | 08:59 | Por María José Errázuriz L.
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La historia parte con su segundo embarazo. Obligada a permanecer en cama los últimos meses, se comenzó a sentir agobiada porque nadie podía llevar a un punto limpio los desechos que reciclaba en su casa y que se estaban acumulando en el patio.


Entonces se puso a investigar. Navegó por internet hasta descubrir que ninguna empresa ofrecía el servicio de retirar la basura reciclada desde los domicilios. En cambio, dio con un grupo de organizaciones sociales que se reúne en torno a la mesa de trabajo Santiago Recicla y en el cual participan algunas empresas y autoridades de gobierno y se unió a ellos.


Así, después de mucho pensarlo, Claudia Moreno, 38 años, casada, dos hijos pequeños, decidió dar un giro a su vida profesional. Ya había abandonado sus trabajos como traductora en la fundación World Vision – pega que le gustaba, pero que le generaba cierta insatisfacción porque la realizaba en solitario desde su casa- y un estudio de abogados, por lo que pensó que estaban dadas las condiciones para un emprendimiento.


Convocó a su marido y unos primos y después de idear el proyecto que dio vida a Tricicla, en abril de 2010 comenzaron a dar el servicio en el sector de Colón Oriente. El inicio fue muy intenso; vestidos con fosforescentes buzos verde recorrieron el barrio pedaleando un triclo muy llamativo.


Al poco tiempo la minipyme de reciclaje domiciliario ya tenía los primeros clientes y pudieron comprar una camioneta que ahora hace recorridos por Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura y La Reina. Hoy están abocados a crecer para asegurar su sobrevivencia y por eso, han comenzado a dar el servicio a empresas que se encuentran también en el sector.

-¿Dónde nació tu lado verde?
“Cuando chica viví con mis padres en Brasil y ahí el tema verde está muy presente, especialmente por la defensa del Amazonas. Después, cuando estudiaba traducción en la UC hice un intercambio en Nueva Zelanda y ahí si que el tema es muy fuerte. El bichito me quedó dando vuelta”.

-¿Cómo fue el inicio?
“Hicimos una promoción por este sector. Comenzamos a dar vueltas con el triciclo buscando generar un impacto visual en el entorno. Nos pasamos los primeros 6 meses pedaleando, pero implicó mucho trabajo porque hay que ir hogar por hogar enseñando a reciclar. Lo hicimos con un folleto donde se dice cómo se hace, qué se puede o no reciclar.
“Nuestra idea siempre ha sido que la gente se entusiasme, por eso nos llamamos ‘Tricicla, barrio sustentable’. Nuestro sueño ha sido siempre generar un cambio en los vecinos por lo que hicimos un trabajo de hormigas”.

-¿El mensaje que ustedes difunden consigue rápida acogida?
“En esto el marketing tiene mucho que ver: hay públicos que están sensibilizados, listos para recepcionar una idea como ésta, pero generalmente, son personas que tienen alta información y se han interesado en el cuidado del patrimonio medioambiental. Muchos de nuestros clientes eran personas que antes lo hacían por su cuenta yendo a puntos limpios, pero tienen claridad de que ello implica tiempo.
“En cambio, hay otras personas que cuando se les habla de esto es como si escucharan chino”.

Claudia comenta que de sus casi 90 clientes, sólo hay dos titulares hombres cuestión que da cuenta de que los labores del hogar siguen a cargo de las mujeres. Además, muchas de ellas expresan abiertamente su deseo de que este emprendimiento logre éxito. “Nos dicen que tenemos que salir adelante y que le dirán a sus amigas que se sumen a Tricicla”, cuenta.

-La realidad dice que en Chile se recicla poco.
“Lo que dice la Conama es que en Chile se recicla sólo un 14% de los desechos, pero eso considera el reciclaje industrial; en el ámbito domiciliario debe ser muy menor”.

-El sistema funciona mal porque nos estamos llenando de vertederos con desechos que podrían se reciclados.
“Bueno, es que para las empresas de basura el negocio está en los tonelajes que recolectan...”

-¿Y a los municipios no les interesa el tema? ¿Ellos podrían reciclar y generarse ingresos?
“El costo de reciclar es muy alto porque hay mano de obra, transporte y acopio involucrados y su valor es muy superior a lo que se puede recuperar con los desechos. Además, hay una normativa legal que impide que los municipios hagan lucro con los desechos de la comuna. Cualquier iniciativa de reciclaje municipal implica un desembolso que no pueden asumir, pero aún así hay municipios que están haciendo algo como La Pintana que recicla su material orgánico y lo convierte en compost.
“En este momento se está dando forma a un Plan Maestro de Reciclaje y hay varias propuestas, pero hay varios actores que se han restado al trabajo de Santiago Recicla”.

-¿Así como están las cosas, esta tarea es bien titánica? No hay conciencia ciudadana ni en las instituciones.
“Hemos solicitado el auspicio de varias empresas, pero no nos ha ido bien. El ciudadano, en tanto, tiene conciencia pero nadie va a querer pagar más contribuciones para que le retiren la basura reciclada y para los municipios el tema no es prioridad e incluso han fracasado en sus intentos”.

-¿Qué se necesita para que esto prenda?
 “Los medios de comunicación son fundamentales; como parte de su responsabilidad social empresarial debieran asumir este tema como prioritario. Además, se debe intensificar la labor de educación en los colegios porque los niños son muy permeables y pueden mover a sus familias”.

-¿Mientras sea un servicio caro, las dificultades para que se masifique son altas?
“Yo no encuentro que sea un servicio caro, muchas veces nos gastamos más en una comida. Además, hay que considerar que se hace un ahorro en el uso de auto y en el tiempo que se destina al punto limpio. Hay que tener presente que se contribuye a que el reciclaje se haga en origen y se haga bien, porque cuando los residuos van sucios no son recepcionados en el centro de acopio final.
“El tema ha sido lento porque la gente no entiende por qué tiene que pagar para deshacerse de su basura, es más creen que se les debiera pagar a ellos por entregar materiales con los que supuestamente otro se va a hacer rico, cuando no es así”.

-¿O sea, se debe tener mucha conciencia verde como para que esto resulte?
“Es cierto, pero hay gente que cada vez tiene más claro que el que contamina, finalmente terminará pagando. Este es un emprendimiento muy difícil y hemos estado a punto de bajar la cortina muchas veces, pero es tan lindo lo que hemos hecho que persistimos.
“Para nosotros esto tiene un valor y hay mucha gente comprometida que no podemos dejar abandonada”.

-¿Qué los puede mantener en pie?
“Que las empresas nos consideren dentro de sus planes de responsabilidad social empresarial, que nos auspicien mientras nos logramos solventar. Por otro lado, deben tener conciencia de que la economía puede ampliarse hacia una industria verde, generando nuevas oportunidades laborales, o sea, deben asumir su responsabilidad medioambiental”.


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