"Más allá del cuerpo, la mente y las emociones está el espíritu. Esa parte de nuestro ser que deviene de una divinidad o directamente de Dios", explica Lita Donoso, psicóloga clínica transpersonal titulada en la Universidad de Chile (
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Por tanto, el principal objetivo de pertenecer a una comunidad espiritual, sea cual sea, será desarrollar el espíritu, la divinidad que habita en cada uno.
Entonces habrá que estar atento para distinguir las que mantienen la pureza de las enseñanzas y no caer en quienes hacen comercio con el conocimiento ancestral y milenario que manejan.
Una de las prácticas más accesibles para iniciar un camino espiritual aparte de seguir un culto en las religiones católicas, musulmanas, evangélicas o judías está en aprender prácticas meditativas y yoga.
Meditar es ponerse en sintonía con el espíritu a través de distintas técnicas, hay miles, y yoga significa unión, del cuerpo, mente y alma. Son ejercicios físicos unidos a respiraciones conscientes que permiten esa unión, algo así como tecnología sagrada para acceder a ese llamado o conexión con el espíritu.
"El yoga es un vehículo para la persona se conecte con ella misma, una alternativa para trabajar el espíritu pero hay muchas aristas, grados de entrenamiento y comprensión de la ciencia espiritual. Aquietar la mente, llevar una vida emocionalmente estable forma parte del camino espiritual, pero no lo es todo", aclara Lita Donoso.
Para esta destacada investigadora y creadora de un método de autosanación y autorrealización, para cultivar el espíritu hay que buscar y no claudicar hasta encontrar el colectivo adecuado.
"Si alguien tiene la necesidad de buscar va a encontrar, es una ley casi cuántica. Y cuando visite la comunidad, vaya con el corazón y la mente abierta, por si siente que hay manipulación, efectos hipnóticos de los directores de estas escuelas sobre sí mismos, salga arrancando", aconseja.
Por eso, antes de inscribirse en un grupo espiritual, propone revisar las siguientes características y responder estas preguntas:
- ¿Es gratuito?
- ¿Está basado en el respeto mutuo y no hay un gurú humano que tiene la última palabra?
- ¿Sus enseñanzas y forma de relación se basan en el amor verdadero?
- ¿Qué tipos de prácticas ofrece? ¿Son disciplinas armónicas? ¿O Atentan contra el bienestar y el pudor?
Las advertencias son para no caer en sectas. "Hay que saber distinguirlas porque hay sectas muy connotadas, elitistas, conspicuas pero sectas al fin y se caracterizan, porque te plantean que el conocimiento es oculto y que para acceder tienes que ganar ciertos méritos. Falso de la falsedad absoluta, hoy las claves de la realización están en internet si uno sabe discernir y en los libros que se pueden comprar, ya no hay nada oculto", afirma.
De todas maneras, el ser espiritual no será un camino fácil ni llano. Al hacerlo en comunidad será como escalar una montaña en grupo, donde cada uno será necesario y cada movimiento moverá al otro y viceversa, como una especie de familia espiritual, que se contiene y alienta para seguir avanzando en conciencia.
"Es un camino precioso y no significa que estés meditando todo el día, sino que tiene que ver, en cómo te vas transformando en mejor persona".
Entonces para crecer y evolucionar habrá que vencerse a sí mismo, estar en permanente auto-observación, quererse y tener ganas de avanzar, aunque solo el instinto sea el que dirija los movimientos.
En este avance, Lita Donoso advierte sobre los cuatro principales enemigos que se enfrentan en este proceso: "Los miedos, el campo emocional alterado, el ego y la enfermedad que contempla a la muerte como último enemigo".
Si la comunidad espiritual es la correcta o la búsqueda va bien encaminada, la persona tendrá las herramientas para vencer todos los desafíos que se presenten en esos cuatro ámbitos de la vida de cualquier ser humano.
La clave para vivir
Para Dan Buettner, columnista del New York Times, explorador del National Geographic y reconocido investigador, que visitó nuestro país para exponer sus claves para "Vivir Feliz hasta los 100 años", en el seminario organizado por Bci y Fundación Las Rosas, reafirma la idea de "pertenecer y participar de una comunidad espiritual" para vivir mejor.
Más allá de la adhesión a un grupo específico o religión determinada, su recomendación va en "profundizar el compromiso espiritual existente y en buscar una tradición espiritual o religiosa, donde haya un concepto de Dios y un lugar donde la gente se reúna", afirma.
Sin embargo, dice que "los beneficios de una práctica espiritual no están claros si vienen de una conexión individual a un dios, o si se trata de tener una red de apoyo social que viene con las comunidades, o porque al estar involucrado se tiene menos probabilidad de tener comportamientos riesgosos o estresantes".
Lo que sí tiene claro de acuerdo a su investigación, que entre 255 personas centenarias, todas menos cinco, creían en un dios y tenía una relación con Dios.
