EMOLTV

Juan Pablo Mellado: la tan chilena fuente de soda

14 de Agosto de 2014 | 15:23 | Por Juan Pablo Mellado
imagen
Si hay un comedor donde los chilenos nos sentimos casi igual de cómodos que en nuestra propia casa, ese lugar es la fuente de soda.

Se trata del restaurante donde nuestras comidas han encontrado un lugar donde ser cocinadas y servidas sin pretensiones ni rituales engorrosos, con un servicio informal, cotidiano y directo.

Muchos países tienen ese tipo de restaurantes que terminan siendo el sitio donde el ciudadano corriente puede almorzar todos los días o ir después del trabajo por un plato reconfortante, rápido y sencillo a conversar con los amigos. En España es el bar de tapas; en Italia, tal vez la trattoría; en Francia me atrevería a decir que es el bistrot. En muchos lugares del mundo se les llama sencillamente cafés, o boliches o huariques.

Pero todos cumplen con este requisito primordial: acoger con sencillez y alimentar con una comida sencilla, abundante y deliciosa (confort food, le llaman los gringos) a toda clase de gente, de todas las edades y a casi todas horas.

Hablando de gringos, justamente fue en Estados Unidos donde nació el concepto “soda fountain”, que eran pequeños boliches donde, en una barra, se servían las primeras bebidas gaseosas. Con el tiempo esto derivó en el dinner norteamericano, con hamburguesas hechas al momento, batidos y café, y fue ese el restaurant que en los ‘50 quisimos imitar. Conseguimos hacerlo parecido en ciertas cosas, la estructura, las sillas back to back, la barra con taburetes, los materiales.

Pero a la larga nos salió todo bien distinto: la comida nos quedó más alemana, y también más francesa e incluso algo italiana. Entremedio agregamos a la carta chancho a la chilena, cocina huasa, algunos mariscos y sánguches, enormes y bellísimos. Nos gustó más la barra que las mesas, le pusimos espejos a los muros y nos creció un servilletero de casi un metro de alto. Todo el cóctel resultó ser, con el tiempo, profundamente chileno, criollo en el más literal de los sentidos, como un joven con rasgos de aquí pero también de allá, de esos abuelos venidos de otros continentes, un joven que habla con puros chilenismos pero se viste de gringo. Un híbrido hermoso, que huele y sabe a Chile, sin duda el restaurant más nuestro.

En Chile todos tenemos una fuente de soda preferida, en el presente o en pasado. Personalmente, cuando chico, las pequeñas celebraciones familiares cotidianas (después de un acto en el colegio o una competencia deportiva, por ejemplo), se acompañaban con un buen churrasco en la que considerábamos la mejor fuente de soda de San Fernando. Quedaba en una esquina frente a la plaza de armas. Se llamaba Lido II y, lamentablemente, ya no existe.

Saludos, Juan Pablo Mellado, chef del Culinary.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?