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Niños con ADN de tres padres: nulo impacto en nuestro país

06 de Febrero de 2015 | 09:33 | Por Ricardo Pommer
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Para entender la reciente aprobación que realizó el Parlamento inglés respecto de permitir que una mujer que posee enfermedades mitocondriales podrá trasplantar el núcleo de su óvulo a una mujer sana, hay que recordar en primer lugar que el óvulo tiene dos tipos de ADN, nuclear y mitocondrial. El primero de ellos es el que contiene la mayor cantidad del material genético del ser humano, y tiene información del padre y la madre. Mientras que el segundo contiene sólo la información de la madre.

Dicho lo anterior, me parece que este avance tecnológico – el cual por cierto se viene experimentando desde los tiempos de la oveja Dolly – sienta un importante hito desde el punto de vista científico.

Sin embargo, en el supuesto caso que este tratamiento se realice alguna vez en Chile no implica ninguna relevancia desde el punto de vista de la prevalencia. Esto porque en nuestro país se presentan, en promedio, dos casos al año de mujeres con mitocondrias enfermas y como tal, el costo de implementar esta tecnología sería demasiado alto si nos remitimos exclusivamente a la prevalencia y, por ende, al costo-efectividad.

Las principales razones de infertilidad femenina que vemos a diario los médicos que nos dedicamos a esta área son: óvulos envejecidos, endometriosis o trompas obstruidas. Por lo tanto, si bien este es un avance científico importante, desde el punto de vista práctico no ayuda en nada al mundo de la reproducción.

No obstante, las mujeres que en Chile presentan estos casos - que por cierto, es una enfermedad genética que terminará con la vida de sus hijos – tienen la posibilidad de recurrir a la ovodonación, la cual se realiza en todos los centros de medicina reproductiva de este país que hacen tratamientos de alta complejidad.

Por lo tanto, si ya hacemos ovodonación, ¿por qué tendríamos que estar en desacuerdo con este nuevo procedimiento? En ese sentido creo que ningún médico de este país que realiza tratamientos de alta complejidad podría reprobar este avance científico.

En Inglaterra se necesitó llegar a votación de este tratamiento porque - a diferencia de Chile – en esa nación, desde un punto de vista legal, existe la maternidad genética.

En cambio en nuestro país es madre quien pare. Por lo tanto, como diría un abogado, traer esa discusión legal a este lado del mundo no tienen ningún asidero jurídico.

Algunas voces han criticado que este procedimiento puede abrir la puerta para que se comiencen a realizar “bebés a diseño”, algo que no comparto en absoluto. Tal como dijo el propio Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, aquí lo que se está haciendo es un trasplante donde se está poniendo el ADN de un óvulo en otro óvulo.

Aquí no se está manipulando el ADN. En términos prácticos, aquí no se está cambiando el color de ojos o pelo, lo que se está haciendo es un trasplante que permitirá que a mujeres portadoras de esta enfermedad no se le mueran sus hijos.

Dr. Ricardo Pommer, past president de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER).
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