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La otra cara del paraíso: el documental de tres chilenos en Indonesia

En 2011, dos chilenos viajaron al archipiélago Mentawai, para grabar un documental sobre surf. Pero luego de convivir con una tribu ancestral y experimentar la amenaza de la malaria, la idea se transformó en "Another day in Paradise". Revista Viernes ahondó en la historia de este proyecto.

03 de Julio de 2016 | 09:00 | Por Natalia Ramos Rojas, revista Viernes.
REVISTA VIERNES LA SEGUNDA

A mediados de septiembre de 2013, Pier Paolo Colonnello (30) recibió una llamada. Al otro lado del teléfono, Sebastián Radic (29) le avisaba lo que ya intuía: por fin había terminado los 10 últimos minutos del documental en el que venían trabajando hace más de un año. Ansioso, Colonnello se fue a la casa de Sebastián apenas salió de su trabajo y sentado frente al computador revivió el viaje que dos años atrás lo había llevado hasta las islas Mentawai, en el sudeste asiático. Junto a su amigo José Campino, los dos con pelo largo, en traje de baño, a pata pelada y bronceados, metidos en el mar haciendo lo que más les gusta: surfear. Pero también viviendo experiencias que jamás imaginaron, como compartir con una tribu ancestral y viviendo la incertidumbre ante una enfermedad no diagnosticada, presumiblemente malaria, que fue la razón por la que Campino tuvo que, sí o sí, que volver a Chile.

Pero frente al computador, Pier Paolo Colonnello vio más allá. Se desconoció. Estaba con terno, con el pelo corto, había perdido el bronceado y, en vez de pasar días completos bajo el sol y en medio de la selva, dedicaba su semana a trabajar como ingeniero comercial en una reputada naviera enclavada en pleno barrio El Golf. Esa noche, la incomodidad, que venía sintiendo hace un tiempo y que no había sabido interpretar, se dejó caer de manera abrumadora. Se había traicionado.

Paraíso indómito


De tanto estudiar terremotos, tsunamis y los cambios que estos eventos de la naturaleza tenían en las playas, José Campino (30) -que en 2011 estaba haciendo su tesis para titularse de Ingeniería Hidráulica en la Universidad Católica- comenzó a darle muchas vueltas a una idea que se transformó en obsesión: llegar hasta las Mentawai, un pequeño archipiélago de islas volcánicas de Indonesia, para surfear.

Si llegar hasta allí no es sencillo, la estadía es aún más difícil. Insertado en medio del lugar más sísmico del mundo -las islas Mentawai fue el epicentro del terremoto que golpeó en 2004 al sudeste asiático-, más de la mitad de la población ha tenido malaria y la mortalidad infantil alcanza el 70%. Con una biodiversidad paradisíaca -hay más animales por metro cuadrado que en Madagascar- y con más amenazas que resguardos, las Mentawai son el paraíso de los surfistas que buscan las olas más grandes del planeta.

"Mi sueño era ir a Mentawai, pero ¡era muy complicado llegar y quedarnos ahí! Estábamos en eso cuando Pier, que había ido unos años atrás y a quien le pedí información, me dice '¿Y si hacemos un documental?'. Y ahí comenzamos", recuerda José Campino sobre un plan que empezó como un documental de surf. Aunque hicieron una peregrinación por canales de televisión para pre vender la idea, no lograron nada concreto pero quedaron convencidos de que a la vuelta podrían vender capítulos temáticos de 20 minutos. Contrataron como camarógrafo a Diego Rojas, un amigo también surfista, y se fueron a las Mentawai a fines de 2011.

Todo comenzó mal: como nadie hablaba indonesio, tomaron un ferry equivocado y en vez de ir al norte, partieron al sur y, con eso, la planificación del viaje para cumplir con los temas de la serie documental se fue al tacho. Pero después de más de una semana surfeando en las playas de la isla, conocieron a Temal. Él fue quien cambio el rumbo y la historia de esa travesía. "Temal debe haber tenido entre 14 y 18 años y manejaba una canoa. Lo contratamos para que nos llevara por los ríos interiores de la isla, estábamos completamente entregados a este cabro que hablaba un poco inglés, que era hijo de un indonés y de una mentawais. Nosotros habíamos leído sobre los mentawais pero fue él quien un día nos comentó de la tribu de su mamá y se ofreció a llevarnos hasta allá", cuenta Pier sobre una de las experiencias más enriquecedoras del viaje.

Porque si bien habían investigado para saber a qué se enfrentarían cuando conocieran a los miembros de esta tribu de dientes afilados y tatuajes, que no tienen edad porque carecen de un calendario para llevar el paso del tiempo y que tienen una esperanza de vida que no supera los 40 años, vivir con ellos durante dos semanas terminó de cuajar el conocimiento con la experiencia de compartir con una de las tribus más ancestrales del mundo.

Sigue leyendo la historia en revista Viernes.

"Another day in Paradise" se estrenó en Sanfic 2014 y fue liberado en YouTube la semana pasada para reunir fondos para la isla.
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