VIÑA DEL MAR.- "Aquí abajo es agradable y sabe bien", dijo el famoso chef neoyorquino, Anthony Bourdain, para describir el apresurado recorrido que hizo por Chile en 2009. Un viaje televisivo que finalizó con el retiro de un curanto, al son de un guitarreo que ambientaba a los caballos que galopaban en la costa cercana a Los Muermos: toda una travesía gastronómica, como las que solía hacer antes de quitarse la vida a los 61 años, y en la que enfatizó que se tuviera "cuidado con los hot dogs" de nuestro país.
Su advertencia tenía una patente y una dirección. Se trataba del local de comida al paso "Ricardo's Sibarítico", ubicado en la calle 5 Norte en Viña del Mar, a pasos de la avenida San Martín. Un lugar al que llegaría sin aviso, bajo la producción de la quinta temporada de su programa "Sin Reservas", y que tenía como objetivo probar "un paso en la gastronomía chilena que no podía perder": los completos.
—Crédito: Pantallazo del capítulo 5x11 de "Sin Reservas"
Y es que ese era el destino predilecto para hacerlo, ya que desde 1990 que los preparan sin parar. Una idea que trajo consigo el viñamarino de corazón (pero talquino de nacimiento) Ricardo Mercado, quien tras vivir tres años en Australia y Estados Unidos, llevó el sistema "takeaway" a la Ciudad Jardín. "Allá tenían 30 minutos para almorzar y eso lo cumplían hasta los gerentes, no como los de aquí que se toman tres horas", dice a Emol su fundador.
2012 fue el año en que el "Sibarítico" concursó por ser la Mejor Picada de Chile
Entonces fue que el sibarita los probó y puso en duda al tradicional tentempié chileno, criticando que la propuesta criolla del hot dog —en su versión italiana— contenía una excesiva cantidad de mayonesa y una salchicha. Lo que le pareció, en sus palabras, "
salvaje", "
terrorífico", pero "
impresionante y vergonzosamente delicioso". Incluso, antes de abandonar su completo en menos de la mitad, sugirió dorar la vienesa.
"Lo que me contaba la administradora, era que
realmente no supo cómo comerse el sándwich porque son difíciles de comer", desliza Mercado empatizando con el autor de
Confesiones de un chef (2000). "Yo a veces me admiro porque los 'cabros' empiezan por una punta y terminan en la otra, sin botar ni una miga al suelo...
¡Hasta a mí se me caen los pedazos de tomate y de palta en la guata!", añade riendo.
Un incidente como aquellos se ve diariamente en el rojizo local, cuando algunos de
los 250 clientes que suman "los días buenos" llega a realizar su orden. Algunos ya piden por defecto el favorito de la casa, que los mismos atendedores no saben si es el
italiano completo o la versión catalana que agrega queso. Otros se sumergen en las
más de 60 opciones que suma el menú, el cual parte con la vienesa sola pero termina con la vienesa "loca": una propuesta del "Sibarítico", que empila sobre la salchicha cebolla frita, poroto verde, mayonesa y ají.
Como diría Bourdain: "Aquí el tamaño definitivamente importa", prueba de ello es que los típicos recipientes de plumavit quedan chicos al momento de guardar sendos completos. Una característica que a más de a un extranjero ha guiado al local y que levantó en el dueño la idea de poner su retrato más de una vez. Idea que no funciona, porque junto a frascos de ketchup o saleros, también se los han llevado.
Ya va un año desde que el estadounidense que recorría el mundo comiendo fue encontrado muerto en un hotel de París, y casi tres décadas desde que Mercado abrió las puertas en Viña del Mar. Si bien, asegura que Bourdain ha sido un buen publicista, ya tiene dado por listo su legado: "Ya tuve varias franquicias, en Reñaca o Concón Alto por ejemplo, pero no resultan. Al final no hacen los sándwiches igual que uno y empiezan los reclamos… por lo que preferí ser más pobre pero estar tranquilo", asegura confiado pero apurado al teléfono. Será sábado y atenderán hasta las 6 de la mañana.
—Crédito: Pantallazo del capítulo 5x11 de "Sin Reservas"
